Raditz descansa en la cama de su habitación con el ceño fruncido.
Tiene los brazos cruzados detrás del cuello para reposar su cabeza, está contemplando al techo mientras reflexiona sobre lo sucedido.
- Maldición ¿Por qué estuve a punto de dejarlos ir? - Pregunta con confusión - Eran unos simples tetramand ¿Qué importa si morían o no? Son una raza de tantas que están extintas, como los inikia, los konatsianos, los... los saiyajin - Dice.
Se mueve para sentarse al borde de su cama mientras observa dos pequeñas placas metálicas pertenecientes a sus padres, ambos guerreros de clase baja que superaron a gran parte de la elite.
- Soldado Raditz, se detectó una anomalía en su rastreador, diríjase a la sala de reparaciones instantáneamente y se le otorgará otro igual - Dice una voz en el rastreador de Raditz.
- Maldición - Se queja el saiyajin poniéndose de pie.
Actualmente solo está vestido con unos calzoncillos negros, pero no tiene ganas de vestirse.
Se viste con un atuendo casual que se le permite usar mientras no está en misiones.
Sale de su habitación y se cruza a Vegeta.
- ¿Vas a algún lugar? - Pregunta el líder.
- A la sala de reparaciones, pasó algo con mi radar - Le responde Raditz.
- No me extrañaría que alguno de esos tetraman te haya apalizado mientras no te veíamos ¿Por eso tardaste tanto en matar a esa mujer? - Le pregunta Vegeta riéndose, Raditz gruñe.
- Tardé en matarla porque creí que podía sacar un beneficio de ella, pero debería haberla matado de todos modos - Dice el saiyajin de cabello largo, Vegeta se ríe.
- Me gusta más cuando hablas como saiyajin. Te haré un favor y olvidaré tu insolencia más temprano - Le dice el príncipe, entonces ambos se retiran.
Raditz llega a la sala de reparaciones donde un ser humanoide enano y regordete de color azul lo recibe.
- Ey, escuché en mi rastreador que debían hacer reparaciones - Dice el saiyajin.
- Sí, sí. Dámelo, está muy desgastado y tiene un modelo viejo. Probablemente lo mejor sea desecharlo y darte uno de último modelo - Menciona el técnico.
- No. Cambia el mecanismo pero mantén la misma carcasa - Le exige Raditz.
- Pero, señor, eso costaría mucho trabajo, y... -
- ¡Conquisté tres planetas esta semana, diría que estoy pagando tu sueldo, maldito! - Lo interrumpe el saiyajin.
- D...Disculpe, señor Raditz, yo... - El hombrecito intenta excusarse, pues es sabido que nadie de bajo rango puede cuestionar una petición (equivalente a una orden) de un saiyajin.
- Tal vez debería destruirte aquí mismo - Dice Raditz apuntando al ser con su mano derecha, empieza a cargar una esfera de energía.
- ¡¡NO, SEÑOR, POR FAVOR, TENDRÉ SU RASTREADOR MEJORADO EN MENOS DE UNA HORA!! ¡¡POR FAVOR, PERDONE MI VIDA!! - Ruega el técnico - Tengo esposa e hijos - Agrega.
- ... - Raditz lo mira, y cuando está a punto de matarlo aprieta los dientes con ira - Te doy treinta minutos... o acabaré con tu vida - Le dice, tras eso deja su radar y se va a dar una vuelta.
Actualmente se encuentra en el planeta Shina #4, uno de los planetas con la mayor concentración de guerreros en todo el imperio, ahí es donde se encuentra la residencia saiyajin.
Raditz revisa en su bolsillo y encuentra su tarjeta, entonces decide ir a buscar un bar.
Entra a un bar de mala muerte llamado "Riñas Duras", el lugar perfecto para él, pues en los bares de calidad tiende a haber muy poca acción y con personas que no valen la pena.
En Riñas Duras hay quienes pueden poner a prueba a un saiyajin.
Todos miran a Raditz cuando entra, a pesar de no llevar su distintiva armadura, todos saben que es un soldado de rango alto.
- Aquí no sirven leche - Atina a decir un ser corpulento mientras se ríe, está bastante embriagado y bajo la desinhibición del alcohol.
- Entonces tal vez deberías irte - Le dice Raditz sin dirigirle la mirada.
- ¡¿Qué?! - Exclama el ser lleno de ira. Se levanta de su mesa y camina hacia el saiyajin - Escucha, idiota. No sé quién eres ni me importa, te advierto que no me hagas enfurecer - Le dice a Raditz.
El saiyajin no duda un segundo en arrancar la cabeza del guerrero con un corto movimiento de su brazo derecho.
Todos observan atónitos cómo el cuerpo cae sin vida.
Muchos empiezan a susurrar, la mayoría había apostado a que este sería el guerrero que finalmente derrote a Raditz.
- Dame algo bien fuerte - Le exige el saiyajin al camarero, un ser humanoide con apariencia andrógina, piel roja, cabello blanco y ojos azules.
El hombre le sirve un gran vaso con un líquido naranja brillante muy espeso.
Raditz levanta su tarjeta durante un segundo para pagar por la bebida.
- Muchas gracias - Dice el camarero, que ya recibió el pago.
Raditz se bebe todo el vaso y se pone de pie.
- Esa bebida estaba envenenada ¿Verdad? - Pregunta.
- ... - Todos los presentes empiezan a susurrar, incluso algunos se dirigen a la salida para evitar la ira del saiyajin.
Pero Raditz dispara cinco ráfagas de energía con las que hace explotar a todos los presentes.
El bar termina hecho escombros, Raditz ríe viendo la destrucción que causó.
- Es una lástima, este bar era divertido - Dice mientras se pone las manos en los bolsillos y sale del lugar.
- ¡Arruinaste mi negocio! - Se queja el camarero saliendo de los escombros, está jadeando y tiene múltiples quemaduras causadas por los ataques de Raditz, su rostro se llevó la peor parte.
- Deberías habértelo pensado antes de envenenarme ¿En serio creías que iba a caer tan fácilmente en eso? Los guerreros somos entrenados para resistir veneno desde que somos bebés, una dosis tan pequeña como esa solo me dará un dolor de estómago, deberías haber usado mucho más o un veneno más potente... aunque supongo que limitaste la cantidad porque sabrías que puedo olerlo ¿Verdad? - Le pregunta el guerrero riéndose.
- Maldición, Raditz, ni siquiera era un veneno tan fuerte, solo quería mandarte a la cama un par de días, mi negocio no iba a aguantar todos los alborotos que causas cuando pasas por aquí, ya mataste a más de 100 de mis clientes - Se queja el dueño del bar.
- ... - Raditz se da la vuelta para mirarlo, tiene una mirada de hielo.
- Vamos, Raditz, no vas a matarme ¿Verdad? Hace años que nos conocemos, soy lo más parecido a un amigo que tienes... maldición, incluso te regalé una botella de licor konatsiano por ser un cliente frecuente, el alcohol de planetas extintos es caro y no te cobré un centavo - Le dice el hombre.
- ¿"Amigo"? - Pregunta Raditz, entonces empieza a reírse - Es verdad, si lo pensamos, tú eres mi mejor amigo - Dice con una sonrisa maliciosa.
- ¡Exacto! Vamos, deja que me vaya, puedo reconstruir el negocio y olvidaremos que esto pasó ¿Sí? - Le pregunta el hombre.
- ... - Raditz pone su mano derecha al lado del rostro del dueño del bar - Es cierto, eres mi amigo, y los amigos se hacen regalos ¿Verdad? Voy a regalarte un maravilloso show de fuegos artificiales. - Menciona, entonces toma al aterrorizado hombre por el cuello y lo lanza al cielo, tras eso dispara una ráfaga de energía que lo hace explotar en mil pedazos - Adiós, mejor amigo. - Dice Raditz, entonces se ríe a todo pulmón - Sí, yo soy esto, soy un saiyajin - Se dice a sí mismo.
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Dragon Ball: Caminos cruzados
FanfictionTodos conocemos la historia de Dragon Ball, pero... ¿Qué habría pasado si el combate contra Raditz no se hubiera desenvuelto con el mismo final? Esta historia muestra lo que habría pasado en un posible futuro diferente, con otros eventos sucedidos...