T3. Capítulo 73

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Ha pasado un mes desde la muerte de Son Goku, la Tierra se encuentra en un período de paz desde entonces.

Los habitantes que quedaron de la Ciudad Capital del Sur siguen de luto por su pérdida, pues durante la invasión de Freezer y Cold perdieron a más del 70% de la población de la ciudad.

En su hogar, Yamcha y Puar pasan los días con pesar, el guerrero decidió renunciar a su trabajo como actor y volvió a su rutina de tomar trabajos temporales para mantenerse. Incluso retomó su antigua costumbre de robar a aquellos que pasan por su desierto.

Ten Shin Han y Lunch mantienen un respetuoso luto por la muerte de Son Goku, también siguen entristecidos por la muerte del Maestro Roshi que fue hace ya dos meses.

Chaoz sigue entrenando a sus jóvenes alumnos, está totalmente determinado a ayudarlos a controlar sus poderes, cree que en algunos de ellos se encuentra una posible nueva generación de guerreros.

Karin y Yajirobe siguen con su vida usual, pero ahora el ermitaño no tiene la intención de volver a entrenar alumnos.

Kami Sama tiene constantes conversaciones con el Kaio Sama del Norte y Enma Daiosama, pide permisos para adelantar el progreso de los humanos y hacer que sean capaces de defenderse a sí mismos en un futuro, pero no obtiene el permiso necesario.

Krilin abandonó su vida y se dedica a entrenar día y noche en la isla de las tortugas, pero siente que su progreso no es el adecuado y tiende a la frustración.

Bulma desechó muchos de sus proyectos y decidió enfocarse en la creación de armas y dispositivos orientados al combate, fracasando en muchos de sus intentos.

Oolong vive junto a la tortuga Umigame en la Kame House, incluso tuvo que rechazar a tres jóvenes que llegaron buscando entrenar con el Maestro Roshi.

Chichi y Gyuma decidieron esforzarse más en sus huertos para encontrar algo con lo que distraerse, la mujer sigue teniendo problemas para procesar la muerte definitiva de su marido.

Son Gohan pasa los días entrenando de forma violenta, casi como si quisiera hacerse daño a sí mismo, tiende a volver completamente cubierto de heridas y no se preocupa por tratarse. Utiliza uniformes similares a los de su padre y no quiere portar ninguna otra prenda de ropa, también dejó crecer su cabello de forma descuidada.

"Soy un saiyajin, las heridas me fortalecen" es lo que dice cada vez que su madre y abuelo expresan preocupación.

Piccolo tiene multiples entrenamientos donde se mentaliza como si estuviera enfrentándose a Son Goku, la falta de quien fue su enemigo mortal hace tantos años hace que se frustre y tenga problemas para progresar en su entrenamiento.

Raditz es quien tiene más problemas para continuar su vida, sigue sintiéndose culpable a pesar de que Bulma ya se disculpó con él por las cosas dichas tras la batalla contra Cold.

El saiyajin pasa los días entrenando sin un objetivo claro, solo quiere mantener cualquier pensamiento lejos de su cabeza y encerrar sus sentimientos.

Ahora nos encontramos en una pequeña aldea de noche, en un bar de mala muerte.

Ten Shin Han ingresa en el lugar, puede ver una gran cantidad de personas golpeadas y noqueadas, en la barra se encuentra un hombre musculoso que tiene un largo cabello negro.

Es Raditz, quien bebe todos los días tras entrenar.

No pasa un solo día sin acudir al bar a callar sus pensamientos con alcohol.

El tríclope se sienta a su lado.

- Lindo espectáculo - Bromea.

- Me recuerda a mi hogar allí en el imperio, me gustaban las peleas de bar - Comenta Raditz.

Dragon Ball: Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora