Capítulo 4

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- Nos vemos - Le dice Raditz a sus compañeros.

- En un mes llegarás a la Tierra, si quieres traer a ese tal Kakarotto deberás llevarte otra nave - Le advierte Vegeta.

- Probablemente su nave siga existiendo por ahí, no debería ser difícil rastrearla si sigue vivo. Ya revisé el archivo y los seres de ese planeta no son muy fuertes, su gravedad es diez veces menor que la nuestra y tiene una buena luna, también tiene nuestros mismos ciclos solares, así que las condiciones son aptas para que ya haya limpiado el planeta - Menciona el saiyajin de cabello largo.

- Adiós - Le dice Nappa con desinterés.

- ... - Raditz se dirige a su habitación para buscar sus cosas.

- Ey, Vegeta ¿No crees que Raditz se está dando muchos humos? - Pregunta Nappa.

- Si nos consigue un cuarto saiyajin estaría bien. Ven, vamos a invadir el planeta Aryan, podemos hacerlo muy fácilmente - Le responde Vegeta.

- Acabamos de cumplir una misión que pagó bien, podríamos descansar - Le dice Nappa.

- ... - Vegeta se queda en silencio - Haz lo que quieras, yo iré a hacer más misiones, recuerda que a él no le gusta que me mantenga inactivo mucho tiempo - Menciona.

Mientras tanto, Raditz se encuentra en su habitación revisando sus cosas.

- Nada me asegura que tardaré poco en encontrar a Kakarotto, mejor llevo algunas cosas - Dice mientras empaca una robusta mochila negra, en ella pone un par de libros (incluyendo el libro prohibido), su armadura de bolsillo, unos cuantos paquetes de galletas, un par de medicinas y el control universal de emergencia que le permitirá encontrar la nave de Kakarotto.

Ondea su cola suavemente mientras revisa que no le falte nada, entonces recuerda una caja roja que tiene escondida bajo su cama desde hace años.

Tiene unos grabados que dicen "Solo puede ser abierta por Raditz y Kakarotto juntos".

Raditz está a punto de abrirla, pero desiste.

La guarda en su mochila y se viste con su armadura.

Entonces recuerda que hay dos cintas rojas que guarda desde niño.

Los recuerdos fluyen por su mente.

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- Raditz ¿Dónde estás? - Pregunta un saiyajin adulto con cabello alborotado y en punta.

- Seguramente ha salido a jugar - Le responde una saiyajin con cabello alborotado mientras ajusta unos vendajes en su brazo izquierdo.

- Jijiji - Se ríe un pequeño Raditz de tres años detrás de un rústico sillón de madera.

- Oh, entonces no va a poder disfrutar de este enorme pedazo de carne que traje - Dice el hombre, a Raditz empieza a salírsele la baba.

- ¡Carne! - Exclama saltando de su escondite y lanzándose hacia el saiyajin adulto.

- Te descuidaste - Le advierte el hombre tomando a Raditz por la cola.

- Aaaah - Se queja el niño mientras pierde todas sus fuerzas y cuelga boca abajo.

- Estuviste muy cerca esta vez, casi tocas a Bardock - Menciona la mujer.

Bardock suelta la cola de Raditz y deja que caiga.

- Déjame ayudarte, Gine - Menciona el hombre acercándose a las vendas de la saiyajin.

- No te preocupes, es un rasguño - Dice Gine.

- Por cierto, mamá ¿Ya no estás panzona? - Pregunta Raditz.

Gine le da un fuerte talonazo en la cabeza.

Dragon Ball: Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora