Bakugou Pasivo •One Shots•

Especial Navidad (3/3)

Otra pequeña aclaración, universo sin quirks, son humanos completamente normales.

Y con esto cerramos el especial de Navidad, reiteró mis palabras, esperó que todos estén bien y se hayan cuidado con responsabilidad.

Nos leemos pronto <3

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Aquel veinticinco de diciembre era un día movido en comisaría, los policías iban de aquí para allá, analizando expedientes y organizando las notas que habían tomado de la declaración de los testigos. Todo estaba hecho un caos.

Hace apenas unas horas la ciudad había sido inundaba por una ola de crímenes, para su suerte nadie resulto muerto, pero si que dejo varios heridos y muchos robos por registrar.

La apariencia de los oficiales era lamentable, tenían profundas ojeras bajo sus ojos y una mueca de enfado en su rostro, lo normal, considerando que ese día tendrían que estar con sus familias y no hasta el cuello de trabajo por culpa de unos payasos.

Y entre todos los agentes, la rojiza cabellera de su jefe destacó, por lo que todos se apartaron de su camino, dejándolo avanzar sin interrupciones hacía aquel lugar que llevaba visitando durante tres días.

Las celdas.

No era normal que el capitan Enji Todoroki fuera a esos lugares, ya que siempre solía estar ocupado, pero considerando que habían logrado atrapar a uno de los delincuentes más importantes de la ciudad, era comprensible que se metiera durante horas a los calabozos, solo para tratar de sacarle información al sujeto.

-Dabi- Gruñó el hombre apenas coloco un pie sobre el desgastado y sucio suelo, observando con desagrado al chico que estaba recostado tranquilamente sobre una de las literas.

- ¿Qué pasa gruñiditos? Veo que sigues obsesionado conmigo, deberías calmarte y dejarme en paz, con razón tu mujer te abandono- Habló de forma burlona el de piel quemada.

El hombre de mayor edad sintió su sangre hervir ante el coraje que lo invadía, lo único que deseaba en esos momentos era golpear tan fuerte a ese imbécil y matarlo de una puta vez. El mundo sería mucho mejor sin basuras como él.

-Escúchame bien, porquería, hoy no estoy de humor, así que será mejor que empieces a cantar, si no quieres acabar en el fondo del mar- Amenazó, abriendo la celda del pelinegro.

- ¿Alguna vez estas de humor? -Cuestionó en medio de sarcásticas risas- Sé de algo que te puede alegrar, ¡hoy es veinticinco de diciembre! -Habló con falsa emoción, levantándose de la cama.

Caminó lentamente hasta el enorme hombre, sus miradas no se separaban, y parecía que ambos competían por quien sentía más asco por el contrario. Los ojos azules del delincuente tenían un brillo diferente, lo cual puso alerta al capitán, especialmente cuando los días anteriores su mirada parecía muerta.

-Este día tan especial viene un viejo panzón a estregar regalos, ¿Acaso no es bonito? -Inquirió, inclinando ligeramente su cabeza, como si estuviera pensando- Aunque mi santa Claus no es un viejo, al contrario, es un hermoso joven de ojos como rubíes, que hace las mejores mamadas del mundo- Habló con diversión- Es un chico muy bueno, pero la sociedad decidió que no iba a ser así, es una verdadera perdida para ustedes, porque cuando era pequeño su sueño era convertirse en un policía. ¿Pero adivina qué? Cuándo todos le dieron la espalda, yo fui el único que estuvo para él... y ahora es perfecto- Habló con fascinación, relamiéndose los labios al recordar a su hermoso novio.

Por un momento Enji sintió un escalofrió recorrer su columna vertebral, haciendo que se pusiera alerta, tenia una sensación muy rara, cómo si algo estuviera a punto de suceder. Por lo que sin dudar saco su arma y le apunto al delincuente.