DekuKatsu

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Acababan de finalizar la última clase del día, el ambiente se notaba animado, después de todo era viernes.

Deku estaba terminando de guardar sus útiles en el bolso, cuando sintió una penetrante mirada sobre su ser.

-Esta noche en mi habitación- Fue solo un susurró, pero Deku fue capaz de escucharlo a la perfección.

Para cuando reaccionó, Kacchan ya se había ido seguido de su grupo de amigos.

Uraraka tocó su hombro, trayendolo de vuelta al mundo real. Terminó de arreglar sus cosas y siguió a la chica por los pasillos.

Habían acordado salir a tomar un helado esa cálida tarde, tenían que aprovechar antes de que la castaña se fuera a visitar a sus padres.

Las horas se pasaron volando, para el rubio entre gritos, peleas, bromas y videojuegos con Kirishima y para el peliverde entre risas y tranquilidad junto a su amiga.

Cuando los últimos rayos de sol iluminaban el cielo, Midoriya volvió a los dormitorios.

Se sorprendió al ver lo vacío que se encontraba el edificio, por lo general eran muy pocos los que se iban los viernes. Pero considerando que cada vez estaba más cerca la época navideña, lo encontraba razonable.

Caminó por los solitarios pasillos y antes de lo esperado, ya estaba frente a la habitación de su amigo de la infancia.

Antes de golpear la puerta, está se abrió, dejando salir a un pelirrojo con dientes de tiburón.

-Te estaba esperando, no tienes idea de lo ansioso que esta- Se burló el chico en voz baja- Lo dejó en tus manos, Midoriya- Palmeo suavemente su hombro y se fue sin más.

Deku lo observó hasta que la llamativa cabellera se perdió en la lejanía, internamente le agradecía a todos los dioses por poner a Kirishima en el camino de su Kacchan, ya que el chico había sido un gran apoyo para ambos en su complicada relación.

El peliverde se internó en la habitación, ordenada pulcramente como siempre, con algunos posters de bandas en la pared, libros en el escritorio y el uniforme tirado en una esquina.

Su vista se fijó de inmediato en un pequeño peluche de All might, que lucia desgastado y se camuflaba muy bien entre los cojines de la cama. Aún recordaba el brillo en los ojos del rubio cuando le regalo eso para su cumpleaños número seis.

Hablando del rubio, este se encontraba sentado en el centro de la cama, centrado en alguna cosa que veía en su celular. Vestía solo una camiseta gigante y se notaba bastante relajado.

Midoriya se sentó detras de él y lo rodeo con sus brazos.

-Escuché que estabas ansioso por verme- Dijo suavemente, dejando un pequeño beso en la nuca de su compañero.

-Nadie estaría ansioso de ver a un nerd de mierda- Contesto de inmediato el chico, pero sin su agresividad usual, se escuchaba totalmente avergonzado.

-Pense que mi lindo novio me extrañaría- Dijo con un falso tono dolido.

Y conociendo a la perfección cual sería la respuesta de su rubio tsundere, lo giró suavemente, hasta quedar frente a frente, evitando que este contestara con algun insulto.

-Dime Kacchan, ¿Qué quieres hacer esta noche?- Preguntó de forma suave- Podemos acurrucarnos y dejar que te mime, o puedo ponerte contra la cama y follarte hasta que te desmayes- Susurró provocativamente a su oído.

-Yo... -Y toda la agresividad que aún quedaba en su ser se esfumó, dejando libre al verdadero Kacchan, aquel niño alegre, entusiasta y cariñoso que alguna vez fue y que a diferencia de lo que todos creen sigue ahí, escondido en el fondo de una dura coraza.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora