Bakugou Pasivo •One Shots•

Villano x Bakugou

Abrió los ojos lentamente, viéndose rodeado por un mar de obscuridad y desolación. Intentó mover su cuerpo, pero se encontró con sus manos atadas detrás de su espalda.

Estaba sentado en el frío suelo, apoyado contra una rugosa pared y por lo que podía sentir con sus dedos estaba llena de fango.

De repente escucho un ruido lejano, similar a la gotera que se formaba en su habitación todos los inviernos. Lentamente se fue aclarando.

Eran pasos.

Trato de ver aunque fuera un poco a su alrededor, pero era imposible, dónde quiera que viese solo encontraba sombras y figuras que jugaban con su confundida mente.

Y en un instante se hizo la luz. La persona dueña de los pasos se hizo lugar a través de la puerta de metal.

Hubiese preferido seguir en la obscuridad.

Su sangre se congeló y su respiración se detuvo, el pánico inundando su ser. Intentó mantener la calma, pensando que todo era una puta pesadilla.

Pero pronto los pasos se acercaron hasta su lugar y no fue capaz de contener su miedo.

Se revolvió con desesperación, sintiéndose inutil cuando sus piernas no reaccionaron.

Su cabello fue tomado con fuerza, obligándolo a levantar la cabeza y mirar a aquellos perturbados ojos.

Deseaba que todo fuese solo otra pesadilla más.

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-Vamos Katsuki, usa esa boca para algo productivo- Susurró el de cabello azul grisáceo. El rubio se arrodilló y con una gran facilidad desabrocho el cinturón, para luego sacar la dura erección de su encierro.

La aspera mano se aferró a sus cabellos y le incitó a abrir la boca para comenzar con su trabajo.

A este punto Bakugou ya se había resignado a solo obedecer, no pensaba volver a ser torturado, no después de la sesión con electricidad.

No podía respirar, sus ojos llenos de lágrimas y lo poco que habia ingerido al almuerzo luchaba por salir de su cuerpo. Pero resistió, resistio como lo hacia desde hace meses.

Aun tenía una pequeña esperanza, Deku y kirishima jamás dejarían de buscarlo, tampoco Aizawa sensei y All might... se aferraba a que fuera así, solo eso lo mantenía con vida.

Ya había salido una vez de ese sucio lugar, esperaba poder hacerlo nuevamente.

Sintió un fuerte golpe en su mejilla y como su delgado cuerpo fue obligado a levantarse por el jalón en sus cabellos.

-Será mejor que te concentres- Murmuró el villano- ¿O acaso quieres que llame al idiota engrapado? -Preguntó, rascandose el cuello de forma frenética.

-No, no, no- A pesar del dolor nego repetidas veces con la cabeza- Lo lamento, por favor, solo te quiero a ti- Se trago el asco por si mismo y suplicó.

Luego de algunos segundos la presión en su cuero cabelludo disminuyó y su cuerpo cayó al suelo.

-Termina de una vez- Concilio el mayor.

De inmediato Katsuki se movió, sentandose en el regazo del líder de aquel "equipo" de villanos. La polla se fue introduciendo en su interior y por el gruñido que recibió supo que se estaba tardando demasiado.

Sus caderas subían y bajaban, autopenetrandose con velocidad y violencia. Lo hacía con desesperación, si lograba que el adulto se corriera en su interior no sería torturado, no esta vez.

Un nuevo jalón en sus cabellos le indicó que lo estaba haciendo bien, por lo que no se detuvo, por mucho que sintiera repulsión a aquel acto.

Cerró los ojos y trató de imaginar lo bien que estaría una vez que lo rescataran, su madre lo consentiria con deliciosa comida y su padre le volveria a leer cuentos como cuando era un niño. Kirishima seguramente actuaría como el bastardo sobreprotector que era, Deku sería una molestia como siempre y Aizawa le daría un sermón de media hora, para luego ser abrazado por All might.

Su cuerpo impactó contra el suelo, y pronto estuvo solo nuevamente. Se arrastró como pudo hacía el pequeño baño de la habitación e ignorando el semen que corría por sus piernas, se miró al espejo.

Ya no se reconocía a si mismo. No quedaba rastro del joven fuerte que alguna vez fue.

Resistir... tenía que resistir solo un poco más.

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-Lo siento señora Bakugou, pero ya ha pasado más de un año, es imposible que encontremos a Katsuki con vida- Informó el profesor con dolor, incapaz de creer como uno de sus alumnos más prometedores ahora debe estar reducido a nada.

El llanto de los padres inundó la oficina del director y fuera de ésta, toda la clase 2-A sufría la perdida de su explosivo compañero.

Y en otro lado Shiragaki Tomura miraba el inconsciente cuerpo de su juguete favorito luego de una larga sesion de sexo.

Todos los días se preguntaba si el chico sería capaz de levantarse, de todas formas debería empezar a buscar un reemplazo.

Dudaba mucho que el rubio sobreviviera otra noche.