Bakugou Pasivo •One Shots•

ShindoBaku

Suspiró agotado, se sentía totalmente frustrado consigo mismo por no haber podido aprobar el examen para obtener su licencia de héroe.

Su personalidad le había traido varios beneficios a lo largo de su vida, cómo el ocultar su casta y ganarse el respeto de todos a su alrededor, pero en casos como estos solo lo perjudicaban... eso de esconder ser un Omega era una mierda.

Pero no iba a arriesgarse a que lo descubrieran, no cuándo no tenía un Alfa y se negaba a que la puta gente del gobierno le buscara uno.

Esperó a que todos sus compañeros salieran de los vestidores que les habían asignado y cuando finalmente estuvo solo, se permitió ser débil.

Sus lágrimas salían con rapidez, se tragaba los gemidos de frustración que querían salir y se quedo ahí. Arrodillado en el piso de un helado vestidor y totalmente solo.

Se puso alerta cuando sintió como las dominantes feromonas Alfa llenaban la habitación, pero antes de que se pudiera parar, una mano se colocó en su cuello.

-No sabía que la UA tenía un Omega entre sus filas- Voz grave y con tintes de diversión.

Sintió como las grandes manos de deslizaban por su piel, recorriendo su cuello y pecho, como si buscara algo.

Y Bakugou sabía muy bien que era lo que ese chico quería encontrar.

-Vaya, vaya, pero si es un lindo Omega que no esta marcado- Sintió la respiración chocar con su oreja- Pude sentir tu olor llamándome desde que te vi en la entrada, no deberías ir esparciendo tus feromonas por todos lados- Regaño con burla, apegándose cada vez más.

-¿Quién eres? -Preguntó de forma brusca el rubio, aún si por dentro estaba aterrado de lo que podía ocurrir.

Desde que su celo se había presentado hace más de dos años, evitaba estar a solas con un Alfa, no quería arriesgarse y ser descubierto.

-Date la vuelta y mírame- Ordenó el desconocido, y aunque no estaba usando la voz, le fue imposible no obedecer.

Lentamente se volteó, las feromonas masculinas llenando sus sentidos de golpe, su cuerpo comenzaba a sentirse caliente.

Trató de concentrarse en el problema que tenía delante, recordaba haber visto a ese chico antes, era el que se parecía a Deku.

-Eres aún más hermoso de cerca- Le escuchó murmurar.

Nuevamente las grandes manos se movían por su cuerpo, recorriendo todo su pecho por sobre su traje de héroe. Comenzó a bajar, pasando por sus caderas y muslos, parecía muy a gusto en lo que hacía.

Katsuki levantó su mano con precaución, estaba listo para mandar a volar a ese idiota, cuando sintió como su brazo era doblado con fuerza.

Gimió por lo bajo y luchó contra todos sus instintos, no iba a mostrar su cuello en señal de sumisión.

-¿No lo entiendes, verdad? ¿Sabes cuánto te has estado arriesgando? -Preguntó el mayor con seriedad- Cualquiera pudo haberse dado cuenta, en la calle, en los vestidores de tu escuela, en el metro, pudiste haber sido marcado y violado contra tu voluntad hace mucho tiempo. Y no importa que tan fuerte seas, después de todo seguirías siendo un Omega y con unas simples palabras te doblegarian- Le gruño con fuerza.

De manera inevitable los ojos de Bakugou se llenaron de lágrimas, sabía que las palabras del pelinegro eran verdad, día a día veía casos como esos en televisión.

-No tienes idea de cuán afortunado eres de seguir vivo- El chico le hablaba con furia, mientras apretaba su brazo con fuerza.

-¡Pues lo lamento! -Le gritó, sin poder contenerse más tiempo- Lamento ser un puto Omega, lamento no querer ser débil y luchar para proteger a los que no pueden- Las lágrimas corrían nuevamente por su rostro.

La mano solto bruscamente su brazo y de forma automática, Katsuki se acaricio la zona lastimada, notando como la marca de los dedos quedo impresa en su sensible piel.

-No... tienes razón, yo lo lamento- El chico se disculpó y se sentó en las bancas- No debí colocarme así- Verdaderamente lucía arrepentido.

El rubio observó al otro chico, mientras se quitaba las gotas saladas del rostro. Era mucho más alto que el, su cuerpo estaba bien marcado y tenía un rostro atractivo.

Aunque el mayor parecía mucho más tranquilo ahora, aún era capaz de notar sus fuertes feromonas, estaba seguro de que eso no era normal.

-Te propongo un trato- Habló el mayor luego de un rato.

Se puso de pie y le ofreció su mano al rubio, una vez estuvieron de frente, el más alto sonrió, dandole una extraña sensación de alerta al más joven.

-Tengo problemas para controlar a mi lado Alfa por la falta de una pareja y tu necesitas a alguien que te marque antes de que todos descubran tu secreto- Comentó el pelinegro.

Le tomó unos segundos entender a donde quería llegar y aunque nunca lo admitiera la idea no le parecía tan desagradable.

-Ni siquiera se tu nombre- Replicó el rubio.

-Shindo Yo, tengo 17 años, alumno de la clase 2-A de la academia Ketsubutsu- Dijo el chico de forma animada- Y tu eres Bakugou Katsuki, de 16 años, clase 1-A de la UA- No le sorprendió que supiera todos sus datos- Ahora, ¿Qué me dices?

Shindo nuevamente le ofreció la mano y Bakugou lo miró con desconfianza.

Si aceptaba ese desconocido tendría que follarlo y sus vidas quedarían unidas por siempre. Pero si veía el lado bueno, era probable que casi no se cruzaran por la lejanía de sus escuelas y solo lo necesitaría para pasar sus celos.

Suspiró con fuerza y decidió no pensarlo por más tiempo.

Tomó la mano que le ofrecían con fuerza, sellando el trato.

Katsuki nunca se imaginó que esa tarde toda su vida daría un giro de 180 grados.