SeroBaku

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Durante tres años se había dedicado a mirarlo, a aprender todo de él. Sus reacciones, sus gestos, sus tonos de voz.

A cualquier otro le hubiera resultado imposible, especiammente si consideramos la fuerte personalidad del rubio. Pero para Sero fue demasiado fácil.

Lo veía todos los días, conversaban de cualquiera tema, jugaban videojuegos, comían, entrenaban y se divertían juntos, bueno... ellos y el resto de sus amigos.

Nunca estuvo dentro de sus planes declararse, ni tampoco que el otro joven se enterara de sus sentimientos. Se negaba a arruinar su amistad de esa manera.

Y cuando finalmente tuvo un poco de valentía y trató de invitar al explosivo al baile de graduación, sus amigos lo arruinaron.

Mina había propuesto que fueran como un grupo, olvidándose de las parejas y disfrutaran su última noche como estudiantes.

Sero realmente apreciaba a su amiga, pero nunca la había odiado tanto como en ese momento.

Se observó en el espejo de su habitación, su traje de color azul marino le sentaba de maravilla, aunque tuvo que arremangarselo por su particularidad.

El timbre de su casa anunció la llegada de su Squad y la animada voz de su madre no tardó en aparecer.

Bajó por las escaleras y casi se colocó a babear al ver a Bakugou.

Un ajustado traje color borgoña se ajustaba majestuosamente a su cuerpo, destacando aquel respingon trasero que Hanta estaba acostumbrado a mirar.

-Te ves muy bien- Halago Kaminari, con un esmoquin negro.

-Todos estan muy guapos, chicos- Exclamó Mina con alegría, usando un escotado vestido blanco.

-Tú no te quedas atrás- Dijo el pelirrojo, vistiendo un traje de color gris.

-Muchachos dejen que les tome algunas fotos- La expresión de la señora les hizo imposible el negarse.

Bakugou se colocó al lado del pelinegro y lo miró con una leve sonrisa.

-Realmente te ves guapo, cintas- Susurró, para que solo el chico lo escuchará.

Las mejillas de Sero tomaron un color carmín y en ese momento su madre tomó la primera fotografía.

Su mano rodeó timidamente la cintura de Katsuki y se acomodaron lo mejor posible para "la sesión de tortura".

Diez minutos después los jóvenes se subieron al auto del padre de Kirishima, dejando que Kaminari conduciera.

Hanta iba rezando internamente, que Denki fuera el único con licencia de conducir realmente le causaba terror.

Para su suerte, todos llegaron a salvo al centro de eventos que la academia rentó.

Katsuki fue el último en bajarse y se sorprendió al ver una mano frente a él, esperando a que se sujetara para ayudarle a terminar de descender.

-¿Me permite? -El guiño de Sero le dijo que todo era una broma y considerando que sería la última vez que estarían así, no dudo en aceptar.

-No creo que tengas el status para poder tocarme, pero viendo que ninguno de mis otros esclavos esta por aquí, supongo que tendré que aceptar- Le siguió el juego.

Luego de algunos segundos ambos se soltaron a reír como desquiciados y Bakugou tomo la mano que le era ofrecida.

Al ver que sus amigos los habían dejado atrás, caminaron tranquilamente hacía la entrada.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora