KiriBaku*

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Uraraka Ochako siempre había sido una chica tímida, el ideal de hija perfecta. Respetuosa, cariñosa, con una gran belleza y buenas notas.

Gracias a su arduo esfuerzo durante sus años escolares, fue capaz de ganarse una beca universitaria, logrando entrar a una de las mejores del país. La universidad UA era reconocida a nivel mundial por crear a los mejores profesionales.

Y con el dolor de su corazón, Ochako tuvo que abandonar su hogar, dejando la ciudad que la vio crecer y aventurandose a un futuro incierto.

Todo era nuevo para ella, lleno de una tecnología que jamás habia visto, la gente era mucho más fría y desconfiada.

Las dos semanas que tuvo para conocer Tokio se esfumaron rapidamente y cuando menos lo pensó, ya estaba instalada en los dormitorios que UA les facilitaba.

Su primera semana de clases fue difícil, especialmente cuando no muchas mujeres decidían estudiar arquitectura.

Y lo que más temía sucedió, llego la hora de los trabajos en pareja. Uraraka estaba demasiado preocupada en mantener su beca, por lo que no habia tenido tiempo de hacer amigos.

A la única persona que conocía era Midoriya, pero él pertenecía a otra facultad y solo se lo encontraba de vez en cuando en la biblioteca.

Para su suerte no fue la única en quedar sin pareja.

Bakugou Katsuki también estaba solo.

Ochako se preparo mentalmente antes de decidir acercarse, había escuchado muchos rumores acerca del rubio. Se decía que había mandado a muchos chicos al hospital, que odiaba a las mujeres, pero por sobre todo que detestaba la compañía de la gente.

Pero no iba a dejar que eso la asustara, el maestro había sido muy claro, todos aquellos que no trabajaran en pareja reprobarían y ella no podía darse ese lujo.

Así que con las manos temblorosas movió la silla al lado del rubio y se sentó junto a él.

El chico de inmediato volteó a verla y Uraraka se quedo sorprendida ante lo guapo que era. Piel perfecta, cabellos sedosos y si se concentraba bien, podía ver unas pequeñas pecas en las pálidas mejillas.

-Soy Uraraka, espero que nos llevemos bien y podamos trabajar juntos- Se presentó sin titubear.

Su entusiasmo decayó al no recibir una respuesta, pero por la expresión sorprendida de sus compañeros, supo que lo había conseguido.

-¿Te parece bien si nos juntamos mañana en la biblioteca? -Cuestionó de manera animada la chica.

La campana resonó por todo el campus, señalando el termino del bloque de clases. El rubio copió los últimos requisitos de la maqueta y se levantó.

-Mañana a las tres, más te vale no llegar tarde, cara redonda- Y se fue.

La chica se quedo sentada ahí por unos cuantos minutos más, hasta que finalmente reaccionó, se levantó dando brincos y recogió sus cosas con una sonrisa gigante.

Sabía que Katsuki era el mejor estudiante de la clase, así que estaba emocionada de poder trabajar con él.

Al día siguiente Uraraka se vistió con su blusa más bonita, tomó sus materiales de mejor calidad y salió de su dormitorio llena de energía positiva.

Cuándo llego a la biblioteca pensó que le llevaría un buen rato encontrar al rubio, pero lo vio de inmediato. Estaba sentado completamente solo en una mesa apartada del resto, al lado de una ventana abierta y de un monton de libros.

Los cabellos se movían suavemente junto a la brisa y los rayos de sol golpeaban la blanca piel, el chico era realmente muy guapo.

-Buenas tardes Bakugou- Saludo de forma animada la chica, ganandose un regaño de parte de las personas más cercanas a la mesa.

El rubio le indicó que se sentara y Ochako observó lo que había sobre la mesa. Distintos libros sobre estructura griega, medieval y moderna, además de las libretas del chico, con unos excelentes apuntes y una caligrafía hermosa.

Iban en la mitad de su tercer boceto, cuando las pesadas puertas de la biblioteca se abrieron de golpe.

-¡¡Blasty!! -Uraraka quedó impactada cuando nadie hizo callar al chico que entró corriendo.

Por las expresiones de los demás, pudo notar como estaban acostumbrados a esto, y ella misma recordaba haber escuchado esa voz más de una vez.

Observó como el chico se acercaba a donde se encontraban ellos y quedo encantada con la extravagante apariencia.

Era pelirrojo, con ojos igual de rojos a los de su compañero, pero con un brillo de dulzura en ellos. Dientes puntiagudos y una enorme sonrisa en su rostro, tenía músculos muy definidos y se notaba más alto que Bakugou.

-Blasty que bueno que te encuentro- Dijo de forma animada, dirigiendose a su rubio acompañante- Se me ha quedado la billetera en casa, me prestas dinero- Aclaró de forma avergonzada.

El gruñon dio un suspiro resignado y le entregó su propia billetera al pelirrojo, dejando que tomara lo que necesitara.

-¿Vas a salir con los chicos? -Cuestionó de forma desinteresada.

-Ugh no, pero me da pereza caminar hasta la parada de bus, así que me pediré un uber hasta casa.

Con un sonoro gruñido, Katsuki busco entre sus bolsillos y le tendió las llaves de su motocicleta al chico.

-Me vienes a buscar luego- El pelo pincho acepto emocionado y tomó las llaves con fuerza.

-Gracias Katsuki, eres el mejor- Agradeció, devolviendole la billetera.

-Por cierto Eijiro, si haces la compra cocinare tu platillo favorito esta noche, la lista quedo sobre la isla de la cocina- Comentó de forma inocente el rubio, para conseguir que Kirishima fuera al super por él.

-Esta bien, nos vemos luego Blasty- El teñido se agachó y dejo un profundo beso en los labios de su novio- Te amo- Fue lo último que dijo, antes de alejarse con prisa.

Uraraka observo por donde el chico se había ido, sin creer lo que acababa de presenciar. Le sorprendía que nadie dijera nada ¿Acaso todos sabían que ellos mantenían una relación o nadie se dio cuenta de aquel momento tan íntimo?

-¿Estás aquí, cara redonda? -Preguntó el rubio, pasando la mano frente a su cara.

-Ah si, lo lamento... -Respondió de forma distraída- ¿Él...? -Ochako era muy curiosa, no iba a poder concentrarse si no averiguaba lo que estaba sucediendo.

-Kirishima Eijiro, estudiante de publicidad, mi novio hace más de tres años- Comentó el rubio, como si fuera algo totalmente normal- Es raro que no lo sepas, normalmente Kiri lo esta gritando por todas partes y a los cuatro vientos- Dijo de forma burlona.

-Ya veo... -Dijo sonriendo de forma incomoda- Felicitaciones Bakugou, se nota que son muy felices juntos- Internamente estaba muy decepcionada.

¿Por qué siempre tenían que gustarle los chicos gays?

-Deja de decir estupideces y vuelve a trabajar- Ordenó el rubio de forma avergonzada.

Si no podía tenerlo, al menos se aseguraría de disfrutar de la buena vista que le brindaba Bakugou.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora