Bakugou Pasivo •One Shots•

TodoBaku

¡Hola mi gente bella! Ha pasado un tiempo desde la última vez que me pasé por aquí. Por motivos escolares mis ratos libres han disminuido demasiado y no he podido actualizar tanto como me gustaría.

Pero ya falta poco para terminar el semestre, así que de momento les dejo este capítulo un tanto largo para compensar y tal vez en dos semanitas nos volvamos a ver.

¡¡Disfruten de la lectura!!

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La suave música resonaba a través de todo el establecimiento que había sido alquilado por los novios para la celebración de su matrimonio, después de años de salir juntos, finalmente Kirishima y Mina habían decidido unir sus vidas en una sola.

El ambiente se notaba sumamente relajado, ya que solo los amigos de confianza y los familiares más cercanos habían asistido a la ceremonia, después de todo, no podían olvidar que eran héroes profesionales, los descuidos no estaban permitidos en su vida. Obviamente esa reducida lista no podía dejar de lado a sus amigos de la UA, algunos compañeros importantes del trabajo o íntimos confidentes.

Como el caso de cierto rubio de mal carácter, mejor amigo y padrino del novio, que se encontraba en una de las esquinas del local, bebiendo de su copa de champán con una ligera mueca de cansancio. Las últimas semanas estaban siendo bastante alocadas en la ciudad y aunque su terquedad le pidiera irse a trabajar, sabía que debía estar ahí para Kirishima, por mucho que se estuviera muriendo del aburrimiento.

Fue en ese momento que su rojiza mirada se encontró con un rostro conocido, unos bicolores ojos que no veía hace más de un año, luego de que decidieran cortar comunicación tras una discusión que los hirió de gran manera. Tanto fue el daño que se hicieron con sus palabras, que no fueron capaces de volver a mirarse a la cara.

Y ahora estaba aquí, entrando con un traje azul marino, ese que se ajustaba a sus músculos y resaltaba su buen estado físico, el que destacaba su cabello y le daba un aspecto más maduro, ese puto traje que siempre solía acomodarle antes de salir de casa, pasando sus manos suavemente por detrás de su cuello, arreglándole la camisa y la corbata, y entonces él lo agarraba de la cintura y se daban un fugaz beso, disfrutando de aquel eterno amor que ambos juraban tener.

Un suspiro salió de sus labios y se giró, negándose a revivir recuerdos del que podría considerar el amor de su vida, era Bakugou Katsuki, el héroe número uno de la temporada, no podía permitirse ser débil a estas alturas de la vida. Ni aunque su corazón latiera de manera desenfrenada.

Se bebió el contenido de su copa de un solo trago, caminando rumbo a la barra, ignorando a sus antiguos compañeros de la escuela, su único objetivo era ingerir más alcohol para poder aguantar lo que le restaba de la noche. Kirishima le había hecho prometer que estaría hasta mínimo las dos de la mañana y recién eran las doce.

Sus manos se recargaron contra la superficie de madera, concentrado su atención en el joven pelinegro que servía los tragos, tratando de descifrar que era lo más fuerte que tenía en las estanterías. Abrió la boca, listo para hacer su pedido, cuándo un ligero toque en su brazo le interrumpió.

Su vista se dirigió al desafortunado sujeto que había osado interrumpirle en su momento de concentración.

Y entonces sus miradas se encontraron.

Casi por acto de magia las palabras desaparecieron de su mente, provocando que le fuera imposible siquiera pensar en formular una frase coherente, su respiración se agitó de manera notable y su corazón parecía a punto de estallar, cómo si hubiera estado corriendo kilómetros sin parar.