Bakugou Pasivo •One Shots•

KiriBaku

Katsuki corría con desesperación por las calles, empujando levemente a la gente que huía despavorida hacía el otro lado.

Trataba de ver que era lo que sucedía en medio de todo el caos, pero lo más importante, buscaba a su esposo.

Lo habían llamado de emergencia porque algo había sucedido con Kiri y lo necesitaban de inmediato en el área. Kats había dejado la comida a medio hacer, se colocó su traje con prisa y salió corriendo del departamento.

Una nube gigante de polvo cubría la escena y podía ver a los policías dispararle a algo, pero sabía que no estaba funcionando, sus caras de horror lo decían todo.

-¿Qué está pasando? -Cuestionó preocupado, no veía a su pareja por ninguna parte.

-Gracias a dios que llegaste, Ground Zero. Los villanos le inyectaron alguna cosa a Red Riot y esta fuera de control, hemos intentado de todo para detener su avance, pero es imposible- Explicó el policía con miedo.

-Bien, yo me encargo. Detengan el fuego- Ordenó y comenzo a caminar con prisa hacía la nube de tierra.

No sabía a donde se estaba dirigiendo, lo único que escuchaba eran leves gruñidos de dolor. Su corazón se apreto al pensar que su chico pudiera estar herido.

-Kiri- Llamó suavemente, sintió un ruido a su espalda.

Y lo siguiente que supo era que su cuerpo impacto contra el suelo ante el golpe, tosió con fuerza, sintiendo la sangre comenzar a correr por su frente. Pero eso no lo detuvo.

Se levantó de inmediato, esta vez más atento a cualquier detalle o señal.

-Soy yo Eijiro, soy Blasty- Gritó con fuerza.

Sintió movimiento a su derecha y rápidamente creo una explosión para poder ver, Kirishima estaba estático en el lugar.

Se acercó lentamente hasta él, con una pequeña sonrisa al notar que se encontraba en perfecto estado.

-Estoy aquí, Eijiro. Voy a ayudarte para que podamos volver a casa, nos daremos un baño juntos y luego podremos acurrucarnos todo lo que quieras. Pero necesito que vuelvas conmigo- Habló con la voz temblorosa, ver a su esposo así lo afectaba profundamente.

Levantó su mano y lentamente la acerco al otro, demostrándole que no iba a lastimarlo.

Se mordió el labio inferior al tocar el rostro de su pelirrojo, sin importarle los cortes que se formaban en su mano.

Al notar como Kiri no reaccionó violentamente, levantó la otra mano y tambien lo acarició.

-Vamos a estar bien, Eijiro. Solo tienes que concentrarte en mi voz, no haz lastimado a nadie, pero todos estamos preocupados por ti- Dijo suavemente- Necesito que regreses conmigo y me des una de tus hermosas sonrisas- Suplicó con desesperación.

De pronto se escucharon muchas pisadas acercándose hacia donde estaban ellos, los policías deben haber pensado que todo estaba bien.

-Tienen que alejarse de aquí- Gritó con fuerza, notando como Kirishima volvía a alterarse.

Así que respiró profundo y se abrazó el cuerpo de su esposo, sin importarle si se lastimaba.

-¡Eijiro! -Llamó con fuerza- Necesito que reacciones, mira a tu alredor, estamos bien- Le habló con rapidez.

Y por primera vez, Kiri se volteó a mirarlo. Lentamente sintió como el cuerpo entre sus brazos dejaba de estar tan duro y suspiró de alivio cuando ya no habían puntas clavándose contra su piel.

-¿...Kats? -Preguntó el héroe débilmente, mirando horrorizado las heridas que tenía su rubio.

-Soy yo, Eiji- Dijo el explosivo, alejándose levemente, notando como aún quedaba un poco de su transformación.

-¿Estás bien? Oh por dios, lo lamento, yo no quería- Empezó a balbucear el pelirrojo, entrando en pánico al ver a su esposo de esa forma.

Katsuki se coloco de puntas y silencio al otro héroe con un suave beso.

-Estoy bien, Kiri -Tranquilizó y se separó del gran cuerpo de su chico- Todos estabamos preocupados por ti.

-Uh lo lamento... no recuerdo que paso. ¿Cómo llegaste aquí? -Preguntó con confusión.

-Me llamaron, tenía tanto miedo de que algo te pasara- Confesó el rubio, abrazando nuevamente a su esposo.

Los últimos rastros de su transformación se fueron con ese abrazo, y finalmente rodeó el pequeño cuerpo de Katsuki, apretandolo con fuerza.

Se preocupó al escuchar un gemido de dolor y separó sus manos de la espalda del más bajo, notando como sus dedos estaban manchados con sangre.

-Estoy bien- Se apresuró a calmar el rubio- No es nada grave- Pero no sirvió de nada

Kirishima lo levantó con delicadeza, como si fuera una puta princesa y lo llevó fuera de toda la nube de tierra.

Los oficiales se pusieron alertas cuando vieron a una sola persona acercándose, pero al notar que Red Riot no estaba transformado se relajaron.

De inmediato los paramédicos se encargaron de curar a Katsuki, asegurando que no había sido nada grave, pero que no podría trabajar por algunos días.

A Kirishima igual le dieron algunos días libres, para que la droga terminara de salir completamente de su sistema.

Al final del día ambos chicos llegaron agotados hasta su hogar, se ducharon con cansancio, comieron pizza precalentada y se lanzaron a la cama.

Eijiro abrazó el cuerpo de su esposo y lo acurruco a su costado. Negándose a soltarlo, la culpa relucía en sus ojos.

-Estoy bien, Kiri. Deja de lucir como un cachorro apaleado- Dijo el rubio con diversión, acariciando cariñosamente el rostro de su pelirrojo.

-Es que si no fuera tan débil eso no hubiera pasado- Dijo el chico con impotencia, tomando la dañada mano, besandola con suavidad.

-¿Bromeas? Eres la persona más fuerte que conozco Kiri, creo que aun sigues afectado por la droga, porque mi esposo no diría cosas tan poco varoniles como esa- Se burlo el ex Bakugou, dando un pequeño golpe en la nariz del contrario.

-¡Blasty! -Reclamó un divertido Kirishima, mirando con dulzura a su Katsuki.

-Es la verdad- Respondió con un puchero- Tengo sueño Kiri- Dijo, acurrucandose aún más contra el cálido cuerpo.

-Duerme Kats, hoy fue un día largo- El más pequeño asintio, cerrando lentamente los ojos- Te amo- Susurró el pelirrojo.

-Yo tambien te amo, llorón- Respondió el rubio.

La habitación se llenó de suaves risas y Kirishima sonrió enternecido mirando la linda expresion de Katsuki.

Su esposo definitivamente era lo mejor que le había pasado en la vida.