Bakugou Pasivo •One Shots•

MinaBakuMina

Bakugou trataba de ser una persona de mente abierta, ser más comprensivo hacia las personas a su alrededor.

Luego de una larga platica con Kirishima, le prometió que trataría de ser mejor persona. De eso ya han pasado dos meses y aunque haya sido un cambio muy pequeño, sus compañeros lo han notado.

Ya no grita tanto, ni se la pasa amenzando a Miroriya. Ahora también se suma a los viernes de película y se puede sentar al lado del peliverde sin hacer drama.

Aunque cuando suelen tener actividades en conjunto, suele sentarse entre Mina y Kirishima, ya que son dos de las tres personas en las que confía.

Kirishima porque fue su primer amigo de verdad, aquella persona que lo motivo a cambiar y que no tiene miedo de su carácter explosivo.

Luego esta Mina...

Aquella chica era simplemente increíble, cuando había tenido un día de mierda ella se acercaba y hacia todo tipo de cosas para sacarle una sonrisa. La ojos de mapache era sin dudas una de sus personas más preciadas, aunque claro, ella jamás se tenía que enterar de cuanto la estimaba.

Y por último estaba Atsushi, el hermano mellizo de Ashido.

Cinco minutos menor y completamente diferente, su piel poseía un rosado ligeramente más pálido y sus cuernos eran más largos. Y su caracter tambien era muy distinto, Atsushi solía ser más reservado y manipulador, además de sumamente posesivo.

La primera vez que se conocieron fue porque el chico se coló por su ventana sin que nadie lo viera y lo convenció de hacerle una broma a su hermana. Desde ese momento se volvieron conpañeros de travesuras y de entrenamiento.

Con un Kosei similar al de su melliza, el chico era capaz de crear tornados de ácido, más no le interesaba ser un héroe.

Esas tres personas ocupaban un importante lugar en su corazón, un lazo mucho más fuerte que el de amigos.

Es por eso que no entendía como todo se había desmoronado en cuestión de segundos.

El sábado en la mañana Kirishima habia llegado a su habitación, sacandolo de su adorada cama para arrastrarlo al centro comercial. El teñido le invitó el almuerzo en su local de comida picante favorito como compensación.

Volvían cuándo el cielo tenía tonalidades rojizas, ya que se habian entretenido un par de horas en el arcade.

Cuando llego a su habitación su plan era tirarse a la cama y luego hacer sus tareas. Pero apenas abrió la puerta sintió una sensacion rara.

Su cama estaba desordenada, su closet abierto y había ropa esparcida por el suelo. Levanto sus manos, listo para atacar, cuándo algo lo agarro por atrás y cubrió sus ojos.

De inmediato comenzó a forcejear, pero la persona que lo sujetaba era muy fuerte. Sus manos fueron apresadas y amarradas bruscamente, haciendo doloroso el sólo moverse.

Estaba a punto de ponerse a gritar como loco, cuando su boca fue sellada por unos suaves labios.

Unas grandes manos comenzaron a recorrer su cuerpo, jugando con el borde de su ropa.

Un pequeño jadeo escapó de sus labios al sentir una suave mordida y de forma instintiva abrió la boca, dejando que la lengua desconocida entrara en su cavidad.

Las manos se adentraron por su polera, recorriendo su abdomen y se detuvieron en sus pectorales, comenzando a acariciarlos como si fuera una puta chica.

Se comenzaba a sentir mareado por todas las sensaciones abrumadoras, no tener su vista lo colocaba aún más nervioso.

Los dedos recorrieron su espalda lentamente, hasta llegar a su pantalón. Y se sobresaltó al sentir como su trasero era agarrado con fuerza.

Volvió a removerse desesperadamente, sin importarle si se lastimaba las muñecas. La ansiedad subiendo por su estómago, su respiración se alteró y su pulso subió.

Sintió como las manos se alejaban de su cuerpo y ambas personas se alejaban de él, cayó de rodillas al piso, tratando de normalizar su respiración y dejar de temblar.

A través del puto pitido que resonaba por su cabeza fue capaz de escuchar susurros a lo lejos, aquellas personas estaban discutiendo.

Luego de unos segundos volvio a sentir las manos, pero esta vez en su cabeza. Su respiración volvio a descontrolarse y trató de alejarse lo más que podía.

La venda cayó de sus ojos y parpadeo rapidamente tratando de acostumbrarse a la luz y disimular las lágrimas que se habían juntado en sus ojos.

Se quedo estupefacto al ver a la persona arrodillaba frente a él, que le estaba desatando las manos. Y de inmediato miro hacia atrás, deseando que esto fuera solo una pesadilla.

Cuando sus manos estuvieron libres se levantó con rapidez, incapaz de sentirse bien en su propia habitación e ignorando a las personas.

-Bakugou espera- La grande mano lo tomó por la muñeca, sacándole un jadeo de dolor- Yo... lo sentimos, no era nuestra intención asustarte.

-Katsuki- Susurro la chica, mirandolo con culpabilidad.

-¿Por qué? -Fue lo único que preguntó, sin poder mirarlos y sintiendo como las lágrimas luchaban por salir.

Porqué sabiendo cuántas noches se despertaba agitado, recordando cuando lo habían secuestrado, teniendo pesadillas constantemente sobre eso... porqué si ellos lo sabían mejor que nadie... cómo habian podido hacerle eso...

-¿Atsushi... Ashido... por qué? -Volvio a preguntar con la voz rota y las primeras lágrimas escapando.

Se sentía traicionado. Las personas en que mas confiaba, aquellos chicos que tenían un lugar especial en su corazón, con los que se había abierto y les había confiado todo de él... cómo pudieron hacerle eso.

Y lo peor, es que ni siquiera se dignaron a decir nada.

Los miro por última vez, totalmente dolido, esperando alguna reacción, alguna justificación... esperando cualquier cosa que le dijera que solo habia sido una broma de mal gusto.

Pero nunca llego nada.

Abrio la puerta y abandono su habitación, llendo en busca del unico que le quedaba.

Nadie dijo nada cuando la mañana siguiente vieron salir a un desanimado Katsuki del cuarto de Kirishima. Tampoco hablaron al notar lo sobreprotector que actuaba el pelirrojo y como Mina los miraba desde lejos.

Algo se había roto ese día y toda UA lo sabía.