DekuKatsu*

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Katsuki estaba emocionada, finalmente el doctor le había confirmado su embarazo.

Luego de estarlo intentándolo por más de un año, por fin lo habían conseguido. Su pequeño bebé tenía apenas dos meses, pero el doc había dicho que se veía completamente sano.

Esa tarde llegó a su departamento, aquél que compartía con su novio desde hace más de cuatro años, y preparó el mejor Katsudon que había hecho en meses. Sabiéndo que su pareja lo amaría.

Lavó la ropa sucia, ordenó un poco el apartamento y cambió ligeramente la decoración de su habitación. Logrando que todo luciera resplandeciente.

Observó emocionada el reloj, en menos de quince minutos su Deku debería estar llegando.

Le preparó el baño y sirvió la comida, llenando el apartamento del apetitoso olor.

Estaba agotada después del día de locos que había tenido y aún le faltaba comunicarle a su agencia la noticia, pero eso podría esperar hasta mañana.

Estaba segura que esta noche no podría dormir mucho gracias a la celebración que tendría con Izuku.

Cuándo estaba en la hora se paró del sofá y se acercó a la entrada, lista para recibir a su amado.

Frunció el ceño cuando pasaron cinco minutos, generalmente Deku era muy puntual con la hora de llegada y si tenía una emergencia se lo hacía saber.

Media hora después la chica volvió al sofá, acurrucandose y tapándose con una de las tantas mantas.

Tres horas habían pasado y su pareja aún no daba señales de vida, estaba sumamente preocupada por su peliverde.

La tina ya había sido vaciada y la comida guardada, no tenía sentido seguir esperando cuando ya todo estaba frío.

Pero no se iba a rendir, estaba decidida a darle la noticia hoy. Apoyó su cabeza contra el respaldo del sillón y lentamente sus ojos se fueron cerrando.

El sonido de la puerta al abrirse la despertó, observó el reloj de la sala y notó preocupada que eran más de las tres de la mañana.

Se levantó lentamente y se dirigió hacía donde sentía a se pareja. Lo encontró husmeando en las ollas y sonrió por lo bajo, Izuku nunca perdería esa costumbre de niño pequeño.

-Te estaba esperando- Frunció el ceño cuando el peliverde no volteó a mirarla- ¿No me dirás por qué llegaste a esta hora? -Cuestionó, cruzando los brazos de forma indignada.

-Tuve que rellenar papeleo luego de capturar a un pez gordo, lo típico- Dijo como si nada, sirviéndose comida en un plato.

-Tenía que decirte algo muy importante- Comentó luego de algunos minutos, recuperando su entusiasmo.

-Puede esperar hasta mañana- Fue su escueta respuesta- No te vas a morir si no me lo dices hoy- Dijo con burla.

Katsuki se quedo asombrada mirando a su pareja, Midoriya nunca le había hablado de esa forma.

-¿Puedes mirarme a los ojos al menos? -Preguntó con fuerza, sintiendo como la ira la empezaba a invadir.

El chico la miró con desdén y Bakugou supo de inmediato lo que sucedía.

-¿Estuviste bebiendo? -Cuestionó con incredulidad.

-¿Si, tienes algún problema con eso? -La rubia negó, aún sin asimilar la actitud de su dulce novio- Bien, si no necesitas nada más me ire a dormir- Dijo y se dio la vuelta.

-¿No piensas ducharte? No entraras a la habitación oliendo a alcohol -Sentenció la mujer.

-¿Hablas en serio? -La seria mirada se lo dijo todo- Bien, como la reina quiera- Dijo de forma sarcástica.

Paso por el lado de la chica y le dio un leve empujón con su hombro, logrando que la rubia retrocediera un par de pasos por la sorpresa.

-¿Qué mierda te pasa, Midoriya? -Cuestionó, aun sin creer la actitud del peliverde.

-¿Quieres saber que me pasa, Katsuki? -Dijo con burla, caminando hacía su novia- Pasa que Uraraka tiene razón, lo he dado todo por ti y por nuestra relación, pero tu nunca haz hecho nada por mí. Todo lo que hemos conseguido ha sido gracias a mi esfuerzo, tú jamás has movido un dedo por nosotros y estoy harto, harto de tener que soportar tu actitud de mierda- Dijo con furia, demasiado cerca de la más baja.

Katsuki colocó una mano en el pecho de Deku, empujándolo lejos de ella, el olor a alcohol estaba mareandola y sabía que eso no era saludable para el bebé.

-¿Eso es lo que piensas de mí? -Cuestionó con frialdad, sin demostrar cuán afectada estaba.

El más alto tomo el brazo de la chica y lo apretó con fuerza, alejándola bruscamente de su cuerpo y mirándola con furia.

-Por supuesto que si, Kacchan -Susurró el apodo con burla- No te soporto más, y ni siquiera tu físico puede compensar esa puta actitud que tienes- Se descargó.

Soltó el brazo de su novia, sin notar como sus dedos habían quedado marcados en la blanca piel y se alejó hacía el sofá.

La rubia se quedó parada en medio del pasillo, mirando la espalda de su querido Deku alejarse. Sin poder creer que esa mierda fuera su dulce chico que se sonrojaba por cualquier cosa.

Por supuesto que tenía que ser Uraraka la que le "abrió los ojos", esa perra había tratado de separarlos desde que estaban en secundaria.

Katsuki observó su brazo, notando como los dedos marcados tomaban un color morado que tardaría semanas en irse.

Pero no quería rendirse, no podía soportar la idea de hechar ocho años de relación a la basura por las palabras de una estúpida envidiosa.

Caminó con decisión hacía la sala y movió el brazo del durmiente peliverde.

-¿Aún me amas? -Preguntó con fuerza, mirando a los somnolientos ojos.

-Nadie podría amar a alguien como tú- Respondió el héroe con dificultad, más dormido que despierto, sin distinguir que la chica que le había hecho la pregunta era su novia y no la castaña.

Eso destrozó el corazón de la rubia y aunque sus ojos derramaban lágrimas, su corazón no.

No podía permitirse ser débil ahora, no cuando su bebé la necesitaría más que nunca.

Fue hasta la habitación que compartía con Deku y guardó todas sus cosas en una maleta. Media hora despues ya tenía todo listo, un taxi la estaba esperando abajo para llevarla al hotel más cercano al aeropuerto.

Dejo el primer test de embarazo que se habia hecho sobre la mesa de la cocina, junto a sus llaves del departamento y una nota.

"Espero que seas feliz ahora que no tendrás que seguir soportando mi actitud de mierda. Vete con la perra de Uraraka y no intentes buscarme, imbécil."

Observó con tristeza al peliverde que dormía como si nada, se inclinó y beso por ultima vez los suaves labios.

Tomó sus maletas y se alejó. Una vez en el taxi, le mando un mensaje a la agencia que la había contactado desde USA, estuvo a punto de rechazar la oferta de trabajo, sabiéndo que Deku se negaría a dejar Japón. Pero ahora no tenía nada que la detuviera.

Se limpió las lágrimas y sonrió, no tenia tiempo para llorar por el peliverde. Iba a continuar su vida como la mujer fuerte que era, por ella y su bebé.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora