IidaBaku

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La primera vez que fue a la habitación de su novio se sorprendió al ver lo normal que era, según los extras de mierda su megane tenía una colección gigante de anteojos.

Pero lo único que encontró fue un escritorio ordenado perfectamente, la cama hecha y un armario cerrado. Nada fuera de lo normal, ni nada personal... la habitación lucía muy fría a su gusto.

La segunda vez que fue a la habitación, Iida lo dejó solo por unos minutos, ya que tuvo que salir a atender una llamada de su hermano.

Bakugou había intentado contenerse, pero la curiosidad era más grande.

El primer lugar que registró fue debajo de la cama y tuvo que contener sus carcajadas al encontrar cajas llenas de anteojos.

Luego revisó las cosas sobre el escritorio, pero solo eran los materiales de las clases.

Y finalmente abrió las puertas del armario, se sorprendió al encontrar que la mayoría de las prendas eran camisas y pantalones, debía admitir que el chico tenía un estilo simple, pero elegante.

Pero hubo algo en especial que le llamo la atención. Era una sudadera de color verde, se notaba gruesa y aunque era muy simple, cautivó toda su atención.

Pero tuvo que cerrar el armario al sentir los pasos de su novio acercándose a la habitación, se sentó en la ordenada cama y fingió que estaba revisando su celular.

La tercera vez que estuvo en el cuarto de su pelinegro, estaba decidido a robar esa sudadera.

Por lo que con el dolor de su corazón, tuvo que decirle una mentira piadosa a su novio. Y cuando el chico se fue rumbo a la enfermería por el remedio para su supuesto dolor de estómago, Katsuki actuó.

Tomó la ansiada prenda, se asomó por el pasillo y asegurándose de que nadie lo viera, corrio como loco hasta su piso. Entro a su habitación con rapidez y escondió la sudadera debajo de sus almohadas.

De la misma forma volvió al cuarto de su megane y se acurruco en la cama, sonriendo satisfecho al finalmente cumplir su plan.

Cuando Iida volvió, tuvo que tomarse ese asquereso jarabe, pero luego fue recompensado con suaves besos y caricias.

Se quedó toda la tarde junto a su pelinegro, vieron una película en el computador del más alto y se besaron por un largo rato.

Iida le ofreció que se quedara a dormir, pero Katsuki tuvo que negarse. Le dolía tener que rechazar a su novio, pero la sudadera lo estaba esperando.

Cuándo llegó a su habitación se deshizo de su uniforme, hasta quedar solo en ropa interior. Tomó la cálida prenda y se la colocó.

Sonrió emocionado al ver como las mangas cubrían por completo sus manos y la prenda le llagaba hasta la mitad de los muslos. Se miró en el espejo y una idea malvada cruzó por su mente.

Tomó su celular y se aseguró de que la camara estuviera enfocando bien, colocó una expresión inocente, que quedaba a la perfección con su look.

Miró la foto con satisfacción y se la mando a su novio.

"Ahora podré sentirte a mi lado todas las noches"

Escribió y lanzo el teléfono a su cama, a los segundos su celular comenzó a vibrar ante la llegada de los mensajes.

Pero Katsuki los ignoró, demasiado nervioso ante la reacción de su pelinegro.

Unos golpes en la puerta lo sobresaltaron, se tragó su nerviosismo. Escondió su cuerpo detrás de la puerta y abrió lentamente, solo mostrando su rostro.

Más su sorpresa fue grande al encontrar a su querido novio, quién lo observaba con una expresión indescifrable.

El pelinegro entró a su habitación de inmediato, cerró la puerta con fuerza y acorralo al rubio contra la pared.

Lo observó detalladamente por largos segundos, para luego relamarse los labios.

-Si querías provocarme lo lograste- Declaró con la voz ronca- No esperes que sea amable contigo, Katsuki- Gruño con fiereza.

Bakugou tuvo que contener un gemido y miró con los ojos llorosos a su novio, amaba cuando lograba sacar el lado más salvaje de Tenya.

Desde ese día, esa sudadera se convirtió en su prenda favorita y la usaba a cada oportunidad, especialmente si iba a estar con su novio.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora