AiBaku

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Kirishima observaba preocupado el lugar donde debería estar su mejor amigo.

Habían sido atacados por un chico desconocido mientras regresaban de salir a correr por una plaza cercana a la UA.

El joven salió huyendo luego de gritar que era un gran fan del Aibaku, Eijiro no sabía a lo que se refería.

Pero lo que si sabía era que su rubio explosivo había desaparecido en cuestión de segundos.

De pronto vio como algo se movía entre la ropa que se había hecho bulto en el suelo y con algo de miedo la removió suavemente.

Una pequeña y peluda cabeza se asomó luego de algunos segundos y miró a Kirishima con el ceño fruncido.

El teñido se quedó de piedra... ¿Los gatos podían hacer ése tipo de expresión?

Fuera como fuera, era el minino más esponjoso que había visto en su vida y se moría de ganas de acariciarlo. Así que se agachó y estiró su mano para tocarlo, grave error.

Apartó la mano de forma tan bruca que terminó cayendo de trasero al suelo y observó con miedo como el gato se trepaba a su cuerpo.

Por un momento esa furiosa expresión le recordó a su mejor amigo y aún si era ridículo se atrevió a preguntar.

-¿Eres Bakugou? -Recibió un bufido a cambio, su rostro se colocó pálido, sin poder creerlo- Si eres Blasty gruñe dos veces- Dijo solo para comprobar.

Casi se desmayó cuando el animal solto dos gruñidos demasiado fuertes y su mejilla se llevó un profundo rasguño.

-¡No tienes que ser tan agresivo Blasty! -Reclamó el pelirrojo y apartó con cuidado al gato de su cuerpo.

Recogió la ropa de su amigo y miro al animal que lo observaba con indiferencia.

-Okay... esto no será cómodo para ninguno de los dos, pero tengo que llevarte entre mis brazos- El gato le dio la espalda y comenzó a lamerse una de sus patas- Por favor Bakugou, si nos tardamos más tiempo Aizawa sensei me matara- Esto último capto la atención del animal.

Se paro sobre sus patas traseros y dio un gran salto, cayendo elegantemente sobre el hombro del pelo pincho.

-Supongo que esto es todo lo que conseguiré -Habló para si mismo- No vayas a caerte- Advirtió, ganándose un bufido como respuesta.

El camino no fue tan incómodo como pensaba, aunque si recibió muchas miradas por la forma en que Bakugou iba recostado en sus hombros.

Cuando finalmente vio la entrada de la UA se alivió por completo, trató de cubrir lo mejor que pudo el cuerpo del minino y afortunadamente Katsuki entendió lo que estaba haciendo.

Una vez dentro del edificio principal todo fue mucho más fácil, camino con rapidez hacia la zona norte, donde se encontraba la sala de maestros.

Por comentarios de sus compañeros sabía que su profesor era uno de los últimos en irse y esperaba que aún de encontrara ahí.

Golpeó suavemente la puerta y sin esperar una respuesta la abrió.

Para su suerte solo estaba Aizawa Sensei en la habitación.

Eijiro alcanzó a avanzar unos cuántos pasos, cuándo el animal saltó de su hombro al regazo del otro hombre, ronroneando suavemente cuando el mayor le rasco detrás de las orejas.

El profesor lo miró expectante y Kiri procedió a explicarle lo sucedido.

Cuando termino, Shouta miro al animal y la forma desafiante en que el minino lo miraba fue suficiente para saber que su estudiante decía la verdad.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora