Pedido número once.
Capitulo dedicado a: gritodeluzoscura
Disfrutenlo mi gente UwU●•●•●•●•●•●•●•●•●•●•●•●•●•●•●
Cada persona tiene su alma gemela, no importa tu edad, tu raza o tu sexo, en algún momento, el destino llegará a ti.
Para esto, hay tres opciones posibles.
La primera es tener una marca de nacimiento, un símbolo o figura, que tu alma gemela tendra tatuada en el mismo lugar.
La segunda son los recuerdos, puede ser a través de sueños o dejavus, pero sabrás quién en tu alma gemela antes de conocerla.
Y por último, la frase. Cuándo el destino crea que es el momento adecuado para unir sus caminos, aparecerá una frase tatuada en alguna parte de tu cuerpo.
Bakugou no pertenecía a las dos primeras categorías, así que tuvo más que esperar.
Cuándo niño estaba muy emocionado por encontrar a su alma gemela, cada noche le rezaba a los dioses para que su destinado estuviera bien.
Cuando se sentía solo, le hablaba al aire, esperando que la otra persona lo escuchara, solía susurrar sus problemas al cielo, creyendo que le llegarían a su persona especial.
A los doce años perdió la esperanza, todos sus amigos tenían una estúpida marca. Hasta el pendejo de Deku tenía un puto símbolo en su pecho.
¿Y qué tenía él? Nada, ni un mísero indicio de que había una persona allá afuera listo para amarlo.
Días tras días se fue decepcionando, hartó de ver como todos podían hablar de su persona especial.
A los trece años comenzó a odiar a las parejas destinadas, creyendo que era solo una estupidez, convenciendoce de que no necesitaba ese tipo de mierdas.
Jamás volvió a pensar en eso, evitaba el tema a toda costa y si alguien lo mencionaba, no dudaba en callarlo a golpes.
El tema quedó totalmente exiliado de su vida, hasta aquella mañana.
Se levantó como cualquier otro día, bostezando sonoramente por la noche de mierda que había pasado.
Se rasco el antebrazo y procedió a colocarse el uniforme, lentamente, deseando volver a estar en su cálida cama.
Abrió las ventanas de su cuarto y se rasco el antebrazo, tendió su cama y se rasco el antebrazo, tomó su mochila y se rasco el antebrazo.
Estaba a punto de salir de su habitación, cuándo le volvió la picazón. De forma irritada dirigió su mirada a la piel, temiendo que algun insecto lo hubiera picado durante la noche.
Pero las letras en negro, no era algo que se esperaba encontrar.
¿Acaso vas a llorar, rubia?
No necesitaba ser un genio para saber que esas estúpidas palabras venían cargadas de burla.
Miro con incredulidad su piel, tanto tiempo soñando con ese momento... ¿Para esto?
Se bajó la manga de la camisa con furia, decidido a ignorar las palabras.
No tenía tiempo para esas mierdas, lo único que le importaba era ser el número uno, y ningún extra iba a cambiar sus planes.
Hasta el momento su día había transcurrido con normalidad, evitó salir del salón y trató de mantenerse lo más sereno posible.
La hora del entrenamiento llegó y para su suerte, Aizawa dejó que escogieran a sus compañeros.
De inmediato fue a por Kirishima, era el único con el que podía luchar al cien por ciento sin tener miedo a lastimarlo.
Y realmente necesitaba descargarse.
Cada golpe que recibía era una noche menos pensando en su destinado, cada golpe que daba era un día menos sintiéndose insuficiente por no tener una marca.
Sus sentidos se vieron colapsados, no podía dejar de recordar su infancia, donde admiraba el amor de sus padres, el de sus maestros y sus propios compañeros, todos ellos lucían jodidamente felices con su marca.
Entonces... ¿Por qué a él le tocaba lo peor? ¿Acaso no merecía ser amado? ¿No era lo suficientemente bueno? ¿Era por su personalidad? ¿Por todas las veces que lastimó a Midoriya?
¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué no podía ser normal?
Las cintas de Aizawa rodeando su cuerpo y de manera brusca lo sacaron de su mente, podía escuchar fuertes murmurllos a su alrededor.
Fue entonces cuándo vio a Kirishima tendido en el piso, tratando de respirar bien y con herias bastante feas en el cuerpo y rostro.
Se miró sus propios puños, incapaz de soportar ver la sangre de su mejor amigo manchando su piel.
Los murmullos cada vez tomaban más fuerza.
Es un monstruo. ¿Cómo pudo hacer eso? Que miedo. No puedo creer que vaya a ser un héroe. Es un villano. Solo sirve para lastimar.
Las cintas de su Sensei dejaron de sujetarlo con tanta fuerza y aprovechó ese momento para escapar. Sintiéndo que sí seguía ahí iba a explotar.
Dejó todo atrás y simplemente corrió.
Sin percatarse de la persona que lo estaba siguiendo de cerca, queriendo averiguar porque había salido así del gimnasio.
Corrió hasta que sus piernas dolieron por el esfuerzo, hasta que sus pulmones suplicaban por un poco de aire y sus ojos picaban con fuerza.
Es por eso que no merecía tener una buena alma gemela, merecía ser odiado. Merecía haber sido secuestrado.
Sin percatarse llegó a la parte trasera de la escuela, se apoyó en la pared y se deslizó lentamente hacía el suelo. Haciéndose bolita, tratando de callar las putas voces burlonas de su mente.
Y entonces, aquella persona se asomó, observando con curiosidad al estudiante de la clase A.
-¿Acaso vas a llorar, rubia? -Preguntó, listo para burlarse de él- Porque si es así, déjame traer mi cámara.
Bakugou no levantó la mirada, reconociendo de inmediato la irritante voz.
Eso era lo último que le faltaba.
-Vete a la mierda- Murmuró en respuesta, sin fuerzas para otra cosa.
No quería mirarlo, no quería enfrentarse a su puto destino. No con ese idiota que gustaba de provocarlo a cada oportunidad.
El silenció los rodeo por varios minutos, hasta que el estudiante de la clase B tomó la iniciativa.
-Escúchame bien, rubia... mi Alma gemela no puede ser tan patético- Su voz sonaba seria- No puedes simplemente quedarte ahí, quiero al idiota que siempre esta gritando y se atreve a desafiarme sin dudar- Declaró.
Katsuki lentamente levantó su rostro, dejando a la vista sus mejillas empapadas de lágrimas y sus ojos hinchados.
-Ugh... esta claro que el guapo de la relación soy yo- Dijo tratando de aligerar el ambiente- Venga rubia, demuéstrame porque el destino nos juntó.
El chico de ojos grises le ofreció la mano a su destinado, incitándolo a levantarse del sucio suelo.
-Tú... realmente no me agradas- Aclaró Bakugou, tomando la mano que le era ofrecida.
-Si si, ya luego me agradeceras con tu cuerpo, ahora vamos a lavarte la cara, que realmente luces horrible- Habló el de cabellos caídos.
Sus manos no se soltaron.
Y Bakugou se dejó arrastrar por Monoma, al parecer, el chico no era tan hijo de puta como aparentaba.
Aunque si seguía hablándole así, consideraría seriamente tirarle un par de dientes a puñetazos.
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Bakugou Pasivo •One Shots•
FanfictionSerie de one-shots de diferentes shipps de BNHA, pero teniendo como protagonista a nuestro explosivo favorito ¡Bakugou Katsuki! Podrás encontrar shipps homosexuales y heterosexuales, genderbander y AU'S, entre otras cosas. Algunas parejas: TodoBaku...