Best wishes

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Estaba en un profundo sueño donde se sentía ligera, donde cada parte de su cuerpo parecía blanda, gelatinosa y a veces como una pluma. Una sensación tan particular a la que podría acostumbrarse.

Se removió un poco, aunque había algo que la tenia aprisionada y no es que se quejase de aquello. Abrió los ojos lentamente y se giró con cuidado. Sirius permanecía profundamente dormido y de aquella forma, Hermione tuvo que admitir, se veía igual de encantador que despierto. Su cabello que ya estaba un poco mas largo, cubría parte de su rostro. Extendió su mano y lo apartó. Sirius soltó un pequeño suspiro y como acto reflejo le acercó mas.

La castaña sonrió y luego se mordió el labio inferior, pensando en los sucesos de la noche que recién había pasado. Aún sentía cada cosquilleo en su cuerpo y se encontró a sí misma deseando que Sirius despertase rápido, que quizás una tercera vez antes de que el sol traspasara la ventana no estaría mal. Se quedó observándole un rato, mucho mas de cerca y con la luz que reflejaba desde la calle notó que tenía sobre su ceja derecha una pequeña cicatriz, casi imperceptible si no te le quedabas viendo de cerca. No pudo evitar la tentación de tocarle, lo hizo con delicadeza para no despertarlo, pero a los segundos unos ojos grises le miraban adormilados y con una media sonrisa marcada en su rostro.

- Se que soy irresistible, pero...cuando me decían que le quito el sueño a las chicas no me lo creí tan literal - bromeó y esta vez, Hermione se dio el lujo de reír felizmente.

- No te creas todo lo que te dicen, Sirius. Usualmente, solo lo hacen para elevarte el ego al que te juro no he visto de lo alto que lo tienes - replicó y eso solo amplió la sonrisa en el ojigris quien le acercó para besarle.

- Tonterías - susurró despacio - de cualquier manera, mi amor, prefiero no quitarte el sueño. Sino que me tengas en ellos. Pero, siempre he sido curioso - Sirius acarició su rostro y dejó un mechón de cabello tras su oreja - ¿Que haces despierta?

- No lo se, solo...me desperté - explicó sin mas - Estaba pensando...

- No me sorprende - le dijo dejando un beso delicado en su nariz.

- ¿Como te hiciste esa cicatriz? La que tienes aquí - señaló con un toque suave.

- Pensé que nadie se fijaría. Bueno, siempre te fijas en todo Mione - suspiró - Me la hizo mi madre. Aunque gracias a Merlín fue desapareciendo mientras crecía - explicó con normalidad mientras la veía.

Hermione solo le miró durante un rato y sintió un nudo en su estómago. Sirius nunca hablaba de su infancia, mucho menos de Grimmauld Place, para él, parecía que su vida había comenzado a los dieciseis años al huir de aquella casa y eso, le hizo sentir furiosa, molesta. ¿Que clase de padres serían tan despiadados con su propio hijo?

- Escucha, lo puedo ver en tu rostro. No le des tantas vueltas, Mione. Fue hace mucho. Estoy tan feliz aquí contigo que lo menos que me apetece es recordar esos días - Sirius le dejó un beso corto y acarició su mejilla - Quizás, un día, te deje saber lo que desees. Pero no me pidas eso en este momento, porque nunca me había sentido tan...tan...

Pero no encontraba la palabra adecuada. ¿Feliz? ¿Completo? ¿Extasiado? Quizás una mezcla de todas.

- Pasaría toda mi vida metido entre las sabanas contigo, no creo que exista mejor lugar para estar - dijo sin mas, mientras le miraba traspasandole con sus ojos grises - Te confesaré que, pensé que calmaría mis ganas de tenerte cuando eso sucediera, pero es todo lo contrario. Será un poco difícil dejarte ir cuando amanezca. ¿Que te parece si renuncias a la tienda? No necesitas...

- Ni hablar - interrumpió con una media sonrisa - El sexo no es excusa para renunciar.

Pudo ver como Sirius fruncía el ceño y abrió la boca ligeramente, como si un pensamiento se quedara a mitad de camino. Sin embargo se compuso rápidamente y con una voz firme y decidida, solo logró descontrolarle aún mas.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora