Lo supo en ese instante.
James y Lily habían cumplido uno de los requisitos de la profecía; habían desafiado a Voldemort tres veces y habían sobrevivido.
Aquella batalla había sido arrolladora y aunque atraparon a dos de los Mortífagos, tuvieron que llevar a Hestia y a Marlene a San Mungo. Remus no aparecería, estaba vigilando a Peter y aunque parecía no haberse reunido últimamente con nadie extraño, Sirius y James tenían sus sospechas acerca de sus metodos de comunicarse.
Solo faltaban tres días para el cumpleaños de Hermione y había planeado junto con James y Lily un pequeña celebración, ella se encargaría del pastel y por supuesto, él de la cena. Sin embargo, la castaña se la pasaba de un humor terrible cada vez que leía el diario, se sentía frustrada y Sirius lo veía en sus ojos. Esa noche llegó casi entradas las 4 de la mañana, intentó no hacer ruido pero Hermione se levantó rápidamente del sofá y corrió a abrazarlo.
- Estaba preocupada por ti - dijo mientras lo miraba con aquellos ojos llenos de inquietud - Estás herido, ¿sucedió algo? Ven, debo curarte.
- Hey, calma castaña - le detuvo Sirius y le besó con rapidez - estoy bien, lo juro. Son solo unos pequeños raspones.
- ¡¿Raspones?! Tienes la cara con cortadas y el labio lo tienes roto, Sirius Black - se exaltó y Sirius rodó sus ojos - Ven, no te vas a escapar.
Sirius obedeció y se dejó estar mientras ella aplicaba las pociones cuidadosamente y con mucha paciencia. Ella levantaba su mirada y notaba los ojos grises de Sirius sobre ella, escrutandole decididamente.
- ¿Sucede algo? - preguntó ella mientras curaba su labio.
- Nada - dijo guardándose un quejido - solo veo lo guapa que estás hoy.
- Eso no te salvará de que vuelva a pedirte que me dejes acompañarte en las misiones, por favor Sirius. No hago nada aquí, solo sentirme inútil mientras tu vas y arriesgas tu cuello, es peligroso.
- Hermione, ya hemos hablado de esto lo suficiente - le habló con un tono serio - no irás, incluso si Dumbledore dice que si.
- No eres nadie para prohibirmelo, Sirius - se quejó ella y él rodó sus ojos - ¿Crees que me puedo quedar tranquila sabiendo que estás afuera y puedes morir? ¿James o Lily? ¿Que hay de Remus?
- Estaremos bien, yo...escucha, no quiero que te suceda algo, ya has hecho mucho y ya pasaste por una guerra - instó - es suficiente para ti.
Hermione tomó sus frascos y los guardó violentamente en su pequeño bolso lo que le confirmó a Sirius cuan molesta estaba. Cuando se levantó, él le alcanzó en la habitación, ella solo intentó sacarlo pero Sirius ni siquiera se movió de la entrada.
- Eres tan testaruda - Sirius la abrazó y ella se relajó - Mione, si algo te pasa yo no podría vivir con eso.
- Soy adulta Sirius, no puedes tomar una decisión por mi - terció y él acarició su cabello - por mas que quieras mantenerme a salvo.
- Oh, bueno, así como no puedes decidir por mi cuanto preocuparme. Hermione, correrías peligro, a todos los que capturan los interrogan con torturas, es simplemente terrible - susurró a su oído - Además, aparecer de pronto, ¿no crees que sería extraño?
- No - ella le separó para verle - puedo inventar algo. Sirius, por favor, habla con el profesor Dumbledore de esto - rogó - pediré estar contigo en las misiones si eso te deja tranquilo.
- No lo se Mione...
- Sirius, estaré bien. Además, he decicido algo -soltó y luego se arremangó el sueter - quiero tatuarme la runa, dijiste que sabías hacerlo.
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Marauder's Supremacy
FanfictionLas reglas deben romperse pero para comenzar, una joven deberá dejar todo atrás.