Devoted to you

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Sirius nunca se arrepentía de sus acciones o decisiones, pero poco a poco descubría que Hermione ejercía un efecto en él que incluso James tenía rara vez. En ese instante, cuando tuvieron que petrificar dos Mortífagos que les seguían no sin antes librar una batalla.

- Si los llevo al Ministerio y los interrogan, sabrán que estabas conmigo - musitó Sirius y Hermione solo le miró.

- Soy buena con los hechizos desmemorizantes, puedo simplemente omitir la parte en donde estaba yo y modificarles un poco.

- Es complicado - advirtió Sirius pero Hermione no le hizo caso y apuntó su varita al primer Mortífago.

- Obliviate - musitó y cerró sus ojos para concentrarse. El ojigris mantuvo su mirada fija en ella tratando de analizar por qué usaría un hechizo como aquel. Hizo lo mismo con el otro y al terminar, observó a Sirius quien tenía una expresión algo pensativa.

- Luego hablaremos de esto Mione - le dijo con sobriedad - Ve al apartamento, mantente alerta. Revisa sobre tu hombro y sobretodo, Hermione, si ves algo extraño, ve a algún lugar donde te sientas segura.

- ¿Pero si voy a otro lado como haré para encontrarte? - preguntó algo confundida y Sirius frunció el ceño, aunque una chispa se encendió en él.

- La biblioteca pública tiene una entrada para trabajadores que está por un callejón estrecho. La puerta no sirve, si no te encuentro en casa, refugiate allí, ¿entendido?

- Ni siquiera preguntaré como sabes eso - murmuró pero Sirius logró escucharla y le tomó de la mano.

- Nunca suelo decir esto, pero...esta fue de mis peores ideas. Traerte, quiero decir - aclaró y Hermione rodó sus ojos.

- Pues a mi si me parece que tuviste una buena idea, Black - le aseguró - Nos vemos.

- Hey, espera - le detuvo. Hermione estaba segura que le repetiría las instrucciones, cosa que era graciosa viniendo de el maestro de la desobediencia. Sin embargo, no sucedió nada de eso. Sirius le abrazó y besó su mejilla para luego dar unos toques algo torpes en su hombro - Mantente en una pieza, Granger. Ahora ve, recuerda las instrucciones chica lista.

Hermione se alejó unos pasos y desapareció rápidamente dejando al hombre de ojos grises con un aire de preocupación. Las ordenes de Dumbledore eran claras, capturar Mortífagos si se daba la ocasión, llevarlos con Alastor y regresar al cuartel a informarlo, asi que lo hizo de esa manera y lo mas rápido que pudo, aunque unos ojos azul eléctrico se quedaron observándole.

- ¿Por qué tan apresurado? -preguntó Minerva mientras lo escrutaba y este solo se encogió de hombros - Albus me ha contado de algo importante, acerca de una jovencita y un giratiempos, también de lo que hiciste.

- Oh, bueno. Es lo menos que podía hacer, ¿no es así?

- ¿Eso cree usted, señor Black? Puede que haya sido dura con usted la mayoría del tiempo, pero creo conocerle un poco y se que nunca ha tenido un sentido de apego o del deber. Así que lo que ha hecho es porque ha querido.

- Minnie, puedes tutearme y la verdad, no le he dado muchas vueltas. Esa chica se ha arriesgado por todos cuando no debía hacerlo, dejarla morir habría sido...no lo se, pagarle con una mala moneda - le respondió con total firmeza - Quizás no tengo mucho sentido del deber, pero se lo que es ser leal a algo. James y Lily son mi familia y alguien que esté dispuesto a salvarlos o a sus hijos, merece mi respeto.

Minerva sonrió complacida con la respuesta y alzó sus cejas al ver el anillo en la mano del joven.

- Pensé que no viviría lo suficiente para verte sentar cabeza. Merlín sabe todos los rumores acerca de tu ímpetu joven con las señoritas que llegaron a mis oídos - hablo algo escandalizada y Sirius rió.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora