Tender and rough

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Hermione estaba en su habitación pensando en Sirius.

Si, definitivamente pensaba en él. Porque en sus propias palabras era un asburdo idiota. Pero, tenía una forma profunda y apasionada de describir algunas cosas, hasta que volvía a ser el mismo.

Se había duchado y pasó en toalla aprovechando que el joven había salido a hacer yonosequé que no supo explicarle. Pero agradecía aquel momento de soledad en el cual se miró en el espejo del armario. Tenía mucho mejor color y los moretones y heridas habían desaparecido, excepto la cicatriz de las palabras que tanto detestaba. Dio un respingo y se lanzó sobre la cama luego de ponerse la ropa interior, pero ciertas palabras llegaron a su cabeza, taladrándole.

¿Alguna vez te has tocado tu misma allí abajo o alguien lo ha hecho por ti?

- Maldito Sirius - gruñó.

Obviamente ella lo había hecho muchas veces a sí misma, pero jamás alguien la había tocado de esa manera, impensable se dijo. Pero quizás si Ron y ella... sacudió la cabeza quitándose la idea. De hecho, aquellos sonidos de Sirius le habían hecho sentir un cosquilleo diferente, uno agradable, caliente y placentero aunque le dejara avergonzada.

Mientras cerraba sus ojos, fue bajando la mano poco a poco, recordando su voz, sintiendo como el cosquilleo volvía nuevamente.

De un tirón se puso de pie al escuchar la puerta principal cerrarse y la voz de Sirius llamándola. En un instante y con la respiración agitada, pensó dos cosas. Estaba viva en un lugar donde jamás saldría de nuevo incluso estaba mas que segura que aunque Dumbledore fuese brillante no lograría regresarla a su tiempo, lo otro es que se sentía febril, como si su cuerpo ardiera y quizás Sirius tenía razon en algo, a veces no solo era amor lo necesario, quizás satisfacer otra parte de ella que clamaba a gritos ser tocada o besada.

Cuando Sirius tocó a su puerta, su razón quedó a un lado dejando paso sin retorno a su líbido así que abrió la puerta y el ojigris le miró con una mezcla de confusión y aturdimiento. Llevaba una bolsa en su mano y aunque parecía querer decir algo, no lo hizo. Llevaba solo su ropa interior puesta y en una situación normal, la habría tomado en brazos y desvestido ahí mismo, arrastrado hacia la cama y por supuesto saciar todas sus ganas. Pero estaba realmente impactado y una parte de él no podía dejar de mirar su rostro que estaba totalmente sonrojado.

- Yo venía a... - pero sus labios se vieron aprisionados por los de ella que parecían haber estado esperandolo. Ella fue quien le tomó el rostro y le besó mientras lo arrastraba al interior de la habitación. Por primera vez, Sirius se sentía agitado, sin tener la seguridad de tocarla aunque tomó su cintura y fue subiendo sus manos hasta su espalda. Hermione parecía no saber lo que hacía, sin embargo Sirius la dejaba continuar, quería ver hasta donde llegaba y realmente estaba tan inmerso en el beso que no le molestaba en lo absoluto. Era inexperta y Sirius lo notó rapidamente cuando intentó quitarle la chaqueta la cual terminó lanzando él hacia la cama. Sentía sus manos temblorosas mientras lo matenía pegado a su rostro y lo empujaba hacia la cama.

Quería tocar toda su piel, saber si eran tan suave, pero una parte, la parte racional se lo impedía. Mientras, solo se dejó hacer por ella. Hermione estaba sobre él, aprisionandolo, sus ojos permanecían cerrados y Sirius decidió romper con el beso y bajar rapidamente a su cuello y un gemido inmediato salió de la boca de la castaña.

De pronto sus ojos se abrieron y se encontraron con los grises suyos y parecieron aterrorizados. Ella tapó su boca con ambas manos y se levantó de encima del muchacho retrocediendo rapidamente.

Sirius se sentó en el borde de la cama, notablemente despeinado y la miró con una sonrisa divertida.

- Joder, ¿se acabó la magia de la Cenicienta? - preguntó tratando de romper el hielo pero ahora ella tenía sus manos cubriendo todo el rostro. Él se levantó y la cubrió con su chaqueta mientras le acomodaba un poco el cabello - ¡Hey! Quita tus manos, no es como si hubieses asesinado a alguien - le dijo suavemente - Tienes la piel mas suave que haya tocado jamás.

- Eso no ayuda en nada - dijo aún sin verle.

- Pues deberías sentirte bien contigo misma. Jamás me había pasado que...no supiera que hacer - le confesó - Por Merlín, Granger. ¿Puedes mirarme a la cara cuando te hablo?

Hermione respiró profundo y le miró. Para Sirius era gracioso, el rostro de ella estaba completamente rojo, parecía a punto de estallar sin embargo lo tomó entre sus manos y esta vez le dio un beso. Hermione no lo separó pero si tomó sus manos como precaución, para evitar nuevamente caer en el aquel absurdo momento de nuevo. Pero no sucedió. Aquel beso no era demandante ni apresurado, no era ansioso y no parecía pretender terminar lo que ella había comenzado. No tuvo la necesidad de separarlo porque no duró demasiado y Sirius esta vez fue el quién retrocedió y pareció confundido con lo que había hecho.

- Este...  no debes sentir vergüenza, Mione. Eres una chica, no solo los chicos tienen necesidades - le dijo con convicción - Pero, no creo que yo sea la persona ideal para ayudarte.

Hermione le miró y fruncio el ceño mientras se aferraba la chaqueta al cuerpo.

- No soy el tipo de hombre que será delicado contigo y...no te ofendas Hermione, pero no quiero que las cosas se vuelvan...raras entre nosotros. En serio eres...nos llevamos bien - dijo mientras el pasaba una mano por su cabello - Te traía esto - Sirius tomó la bolsa y se la extendió - Iremos con James y Lily mas tarde y ya que tu ropa es demasiado futurista,  compré algo que espero te guste. No es costoso y quizás no estés acostumbrada pero...la dependienta dijo que era bonito. Me pareció bonito en el mostrador. ¡Ah! Viene con los zapatos. No sabía tu talla pero se un hechizo para acomodarlos.

Ella tomó con cuidado la bolsa y caminó hacia la cama, pero luego se giró hacia Sirius y lo miró.

- Yo...lo siento...no se que...me ha pasado. Lo siento en serio - se disculpó pero Sirius sonrió amablemente y se encogió de hombros.

- No hay problema giratiempos no has hecho nada malo. En serio. Eres una chica guapa, cuando todo esté mas tranquilo puedo llevarte a que conozcas gente - le animó pero la idea le pinchaba, parecía hacerle arder el estómago de pronto.

- Se que tu y James son amigos pero...

- No le diré nada a nadie. Es un secreto entre tu y yo. Palabra de Merodeador - prometió con su mano derecha alzada - Te dejo para que te vistas. Luego me la devuelves - le señaló la chaqueta y ella asintió.

Al cerrar la puerta Sirius liberó el aire que tenía aprisionado. Sentía como su rostro quemaba, ardía, como una fuerza se presionaba en su pantalón. ¿Que le había pasado a Hermione? Quizás jamás lo sabría y no se atrevería a preguntarle.

La pregunta es, ¿que te está pasando a ti? Nunca habías besado así a alguien Canuto. ¿Desde cuando tan delicadito?

La voz en su cabeza era idéntica a la de James y comenzaba a pincharle. Pero tenía razón. No recordaba la primera ni la última vez donde no le hubiese metido la lengua hasta el fondo a alguna chica.

Es porque te ha gustado. Sientes las ganas de volver a hacerlo de nuevo.

- No - se dijo en voz baja mientras se encerraba en su propia habitación y lanzaba un hechizo silenciador a la puerta. Esta vez para gemir libremente con el pensamiento de aquellas manos en su rostro y la piel mas suave que jamás había sentido.


Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora