Brotherhood

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James se levantó de la cama algo alarmado, maldiciendo en su cabeza que estuvieran tocando la puerta. Sabía y estaba seguro que era Sirius, sobretodo porque ningún mortífago tendría la decencia de tocar, por supuesto. Lily, desobedeciendo la orden de James de quedarse a salvo en la habitación, bajó sigilosamente las escaleras y fue la primera en saltar a abrazar a Hermione.

- Lily, te pedí que te quedaras - gruñó James -  Sirius, joder, ¿ha pasado algo? ¿Hermione? ¿Pasa algo con la Orden? Literal espero que sea algo urgente, porque Merlín sabe que necesito dormir.

- El James que conocía se quedaba hasta la madrugada despierto - soltó con una risita el pelinegro.

- Ese James ha sido reemplazado por la versión gruñona - se jugó Lily - ¿Esta todo bien Sirius?

- Bueno, contando el hecho de que Mione y yo tendremos un bebé y que hemos rescatado el maldito relicario de casa de las serpientes, si, todo bien - respondió el pelinegro con rapidez.

Esta vez, Lily se tapó la boca sorprendida mientras que James tenía el ceño fruncido y la boca en una expresión de sorpresa y confusión.

- ¿Estoy aún dormido? - se pellizcó y de pronto abrió sus ojos como platos - ¡No puede ser! ¡Canuto! ¡¿Hablas en serio?! - gritó con emoción - Hermione, ¿es en serio? ¡Joder! ¡Debo buscar el Whisky!

James se dios vuelta pero de pronto se detuvo y se abalanzó sobre Sirius a darle un abrazo fuerte. El pelinegro se dejó estar y sonrió con felicidad mientras James le revolvía el cabello, luego cargó en brazos a Hermione y le hizo girar para terminar con un beso sonoro en la mejilla.

- ¡Seré tío! ¡Espera! ¡No,no,no! Seré el padrino de ese bebé. Porque, es lo lógico. Le compraré su primera escoba, no espera, le compraré todo el kit de Quidditch y...

- Puede que sea una niña - intervino Lily mientras se acercaba a abrazar a ambos con lagrimas de felicidad - ¡Oh estoy tan contenta!

- Niña, claro. Igual le enseñaré a jugar. Un kit de juego es unisex, Lily amor - sonrió hacia ella - Harry y ese bebé serán mejores amigos, eso es una ley. ¡Eh! Pero si nace chica, quizás sean pareja en el futuro, entonces seríamos legalmente fam...

- ¡Eh! Para tu carroza, Cornamenta. Ninguno de los dos ha nacido y ya andas emparejandolos - se quejó Sirius - Si es una niña, no dejaré que se empareje con ningún cuatro ojos de apellido Potter. Pobrecilla, dirán que le han dado un filtro de amor o algo así.

- ¡¿Qué?! Hermione dijo que Harry era parecido a mi con los hermosos ojos de Lily. De cualquier manera, nuestros hijos serán mejores amigos. Crecerán juntos y sobretodo, serán familia - se alegró el castaño - ¡Joder el Whisky!

James salió corriendo y llegó con dos vasos, sirviendo un poco en cada uno.

- Ustedes son dos mujeres embarazadas, así que el licor está prohibido - dijo James hacia ambas mientras alzaba su vaso - ¡Joder! Nuestros hijos van a ser cojonudos, Canuto.

- Te recuerdo que puede que tengan una niña, cariño - saltó Lily y James asintió energicamente.

- ¡Pues ya esta dicho! Salud por nuestros hijos. Que el mundo mágico que hagamos para ellos sea el mejor - brindó James con ojos brillosos, mirando a Sirius con orgullo - Vas a ser un excelente padre Canu y lo mejor de todo es que estaré para verlo.

Sirius y Hermione se quedaron allí, explicandoles todo lo que había sucedido y le mostraron el relicario. James evitó que Lily lo tocase y lanzó una mirada preocupada hacia Hermione y Sirius quienes supieron lo que pasaba por su cabeza.

- ¿Hay manera actual de destruirlo? - preguntó James mientras que veía el objeto con recelo.

- Tengo aún algunos colmillos de Basilisco pero...no se si sean suficientes, James - explicó la castaña - Debemos entregarlo a Dumbledore.

- Albus no estará en Hogwarts hasta mañana y creo que es muy tarde para enviar un patronus. Además, no creo que debas llevar ese relicario tu, Hermione - le dijo James con absoluta seriedad - Estas embarazada y no sabemos que pueda causarte ese objeto. Tu lo dijiste, hace sacar lo peor de cualquiera, ¿no?

- No lo llevarás mas - Sirius se lo quitó de las manos - A primera hora iremos con Albus, ya has hecho suficiente Mione y no quiero que te veas mas involucrada.

Hermione le miró y aunque quería replicarle, no lo hizo. Solo soltó un suspiro y guardó silencio. James besó su mejilla al despedirse y Lily le abrazó con fuerza, para luego mirarle con un brillo particular en sus ojos.

El abrazo mas largo fue el de James hacia Sirius. Hermione se prometió guardar aquel momento en su memoria pues en ese instante, incluso cuando Sirius era unos meses mayor que James y que ambos eran contemporáneos, el castaño se vio mucho mas maduro mientras hablaba con él, quizás como lo habría hecho un padre. Entonces, entendió el alcance que tenía James en la vida de Sirius, porqué el pelinegro parecía haberse roto tanto luego de perder a su mejor amigo.

Llegar al apartamento bajo los terminos de seguridad de Sirius era el protocolo últimamente, pero esa noche, decidio que se quedaría despierto a vigilar el relicario como si temiera que fuese a desaparecer de su vista.

- No se irá, Sirius. Creeme, ya lo he tenido en mis manos - aclaró ella - Debes dormir.

- De cualquier manera no puedo pegar el ojo -   admitió Sirius mientras le miraba y luego dirigió su vista hacia su abdomen, sonriendo - Entonces, un bebé.

Hermione frunció el ceño y tocó hacia donde Sirius miraba. La expresión del ojigris no era para nada preocupada o nerviosa. En su lugar, parecía feliz llena de algo que ella no supo descifrar.

- Un bebé sorpresa. Aunque, sinceramente pensé que se necesitaría mas esfuerzo para tener uno - declaró el hombre mientras alzaba una ceja - ya veo que es tan sencillo como respirar.

- Tu no pareces muy sorprendido - le tentó.

- Ah, es que la sorpresa me la he pasado como una pastilla luego de que Orion fuese quien lo notara primero - gruñó - ¿Tu estas bien? Yo...se que no es momento para críos y tampoco es que yo haya pensado en uno, es solo que...¡Vaya! Un bebé esto es...

- Pues estoy sorprendida, solo un poco - sonrió ella - y si, que tu padre sea el primero en enterarse ha sido todo un desastre, Sirius.

- ¿Crees que nos vaya a querer cuando crezca? - preguntó Sirius tocando delicadamente el abdomen de la castaña - ¿Será que puede escucharme ahora?

Los ojos de Sirius brillaron inocentemente mientras le miraba.

- No lo se, quizás no. Pero, un día lo hará - asintió ella.

- Mione - suspiró él para luego dejar descansar su frente en el hombro de ella - ¿ya entiendes por qué dejé Grimmauld Place? ¿Entiendes por qué no quiero ser como ellos?  Por un instante, juré que te harían daño y te aseguro que no me habría importado asesinarlos allí mismo.

- No eres como ellos y no lo serás. Nunca - afirmó mientras le acariciaba el cabello.

- Este bebé tampoco. Espero realmente Merlín me escuche y se parezca a ti. Realmente amaría que se pareciera a ti.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora