- Mira quién viene ahí, la princesita de Ravenclaw - soltó Draco de pronto mientras Rose se acercaba con una ceja enarcada.
La pelinegra solo exhaló y le miró fijamente. Draco no cambiaría, aunque aquella amistad clandestina que ambos tenían bien que le podía traer problemas, no solo a ella. Solo quedaba fingir un rato.
- Ah, el idiota de turno. O debería decir los idiotas de turno - soltó con arrogancia y aquellos ojos grises brillaron llenos de picardía - ¿Acaso a Goyle le he creado una adicción por mis hechizos de levitación? Dime cariño, ¿quieres vivir siempre en las nubes?
Draco recién había admitido que Rose había cambiado en el verano. Ahora con quince años, realmente era la semblanza de aquel apellido que llevaba. Rose Black le miraba con aquellos ojos grises y el rostro delgado, sonrojado por las carreras que daba para llegar a cualquier sitio. Estaba un poco más alta y aquel delicado escote que mostraba le hizo sentir un extraño borboteo en el estómago.
- ¿Por qué no le damos una lección Draco? - hablo Crabbe - Ya es hora.
Ella soltó a reír y aquello pareció dejar atontados a los tres. Rose se acercó lentamente hacia Draco y sintió como había cortado su respiración, la pelinegra sabía lo que estaba causando y le miró fijamente mientras acomodaba su corbata.
- ¿En serio quieres tener un duelo aquí en medio del pasillo? - alzó una ceja con una media sonrisa - ¿Cómo se vería que dos prefectos estén batiéndose en duelo? Te creía mejor que eso Draco.
Draco gruñó por lo bajo. Ella había ganado, aunque la mirada incrédula de Crabbe y Goyle le tenía el cuello pesado. El rubio se aclaró la garganta y compuso una pose amenazadora.
- Vaya Black, ¿te crees intocable?
- Define intocable - le pinchó - Creo que hay un par de chicos que podrían refutar tu cuestionamiento.
- ¡Rose!
La recién llamada se giró y pudo ver un cabello castaño revuelto y unos ojos verdes que le miraban fijamente para luego desviarse hacia Draco.
- ¿Te ha hecho algo? - preguntó Harry con fuerza.
- No - contestó ella con simpleza - ¿Te molestaría devolverte por dónde viniste Potter? Sinceramente, prefiero ver la cara de Malfoy.
Draco abrió su boca indignado aunque aquello realmente le divertía un poco. Ver a Harry con aquella expresión molesta y aturdida podía hacer mejorar su día.
- No deberías estar cerca de alguien como él - instó el castaño para luego mirarla - ¿Que no te lo ha dicho Sirius?
- Usualmente le hago poco caso a papá. No sabía que te tenía como guardaespaldas contratado a tiempo completo, Potter - siseó Rose hacia él - Solo estaba pinchando la paciencia de estos tres porque de cualquier forma, se defenderme. ¿Por qué mejor no te vas a inmiscuir en tus cosas?
- Esta vez apoyo a la traidora - soltó Draco con arrogancia - ¿Que no tienes admiradoras que atender, Potter? ¿Quizás ir a peinarte ese desastroso cabello?
Harry le apuntó con la varita y los otros tres muchachos hicieron lo mismo. Rose sin embargo se alejó unos pasos y comenzó a caminar lejos de ellos.
- Me avisan quien gana, sinceramente tengo mejores cosas que hacer - gritó hacia ellos. Rose iba riéndose silenciosamente por el pasillo hasta que una mano le tomó del brazo con algo de fuerza.
- ¿Estás demente? - preguntó Harry con voz agitada. Ella se cruzó de brazos visiblemente fastidiada.
- ¿Por qué me molestas? ¿Si entiendes que puedo hacer lo que me viene en gana? Además, deberías dejar el mapa y no vigilarme - gruñó hacia él - ¿Que hay si estoy en el baño? O que se yo...eso sería asqueroso, Potter.
ESTÁS LEYENDO
Marauder's Supremacy
FanfictionLas reglas deben romperse pero para comenzar, una joven deberá dejar todo atrás.