Take the lead

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- Mierda.

- Cada vez que lances una de tus palabrotas, tendrás que echar un galeón en aquel frasco - señaló Hermione mientras leía El Profeta.

- Pues ve buscando un frasco mas grande, Granger - dijo mientras seguía revolviendo la poción pero no parecía del color que debía - Joder. Menuda mierda.

- Van 2 galeones - sonrió ella mientras alzaba su vista - ¿Quieres ayuda?

- No, se supone que soy bueno en esto, Mione - terció y se rascó la nariz - Un domingo y nosotros aquí, deberíamos ir donde James de una buena vez.

- Tienes examen en dos semanas y no se porque se te está dando tan mal esa poción - resaltó la castaña - Comienzo a pensar que tus habilidades son una pequeña estafa.

- Puedo mostrarte otras habilidades que ciertamente no encontraras que sean una estafa - le guiñó haciéndole sonrojar - ¿Alguna vez piensas en...? Bueno, ya sabes. La vez que te abalanzaste sobre mi...

Hermione dejó el diario a un lado y observó a Sirius mientras este seguía revolviendo el contenido en su caldero. Se había sonrojado, lo sentía en el calor de sus mejillas y sobretodo sabía que aquella media sonrisa del ojigris no se debía a las intrincadas indicaciones de aquella poción.

- Si mal no recuerdo, fue asunto zanjado en el Caldero, ¿no crees que deberías concentrarte en lo tuyo?

- ¡Nah! De cualquier forma está echa una piltrafa esta poción y me parece mas productivo ver como te incomoda una pregunta tan sencilla, Hermione. ¿Acaso también te sonrojas en los examenes o solo yo te provoco ese efecto? - tentó el pelinegro mientras trataba de no soltarse a reír ante la cara perpleja de ella - Yo siempre pienso en eso, no como te estas imaginando. Es que...usualmente, no suelo rechazar a las chicas y se me hizo tremendamente difícil comportarme esa vez.

- ¿Por qué lo hiciste?

La pregunta salió tan rápido que ni lo pudo prever. Era curiosidad. Pero quizás, por el brillo de los ojos de Sirius, él la había interpretado de otra forma.

- ¿No querías que lo hiciera? - alzó una ceja.

- Realmente no lo se, no pensaba en lo absoluto - admitió apenada - Pero, por todo lo que había escuchado de ti, pensé que realmente no te detendrías.

- Bueno, las apariencias engañan. Tampoco debes creer todo lo que escuches, ¿no crees? - dijo esta vez revisando el libro de pociones - Tu, no eres como otras mujeres con las que he estado. Sinceramente, encuentro muy divertido que no te rindas ante todas las atenciones que te doy o a mis encantos naturales.

- ¿Con encantos te refieres a tu innegable arrogancia y a tu incensante sarcasmo?

- De eso hablo - esta vez Sirius dejó su actividad, limpiandose las manos con un pañito y acercandose - Cualquiera encontraría mi arrogancia encantadora y atractiva. De hecho, me consiguió muchos besuqueos en el armario de escobas y te sorprenderá aún mas saber que fue con chicas de Ravenclaw.

- Creo que el sombrero ciertamente se equivocó al enviarlas ahí - se encogió de hombros la castaña con un deje de molestia.

- Me detuve porque no quería arruinarlo - dijo sin mas - No acepté casarme contigo porque sintiera algo por ti al inicio, o quizás si, quizás había algo de mi que intuía que tu eras la persona con la que debía estar - soltó casi como si le costara - Pero no quise dañarlo, no quería que me vieras como la persona que se aprovechó de ti, aún cuando en esas circunstancias habrías sido tu quien se aprovechase de mi. Te había salvado y con eso me bastaba. Además, James o Lily me matarían si se hubiesen enterado que me acosté contigo en menos de una semana de que te diera asilo en el apartamento.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora