Esa mañana se levantó mas temprano de lo usual, de hecho estimó que solo durmió un par de horas. Lavó sus dientes, su rostro y peinó su cabello. Tomó del perchero su chaqueta de cuero y salió de la casa sin hacer mucho ruido, estuvo tentado a usar la moto, pero era mas fácil aparecerse así que pensó en su destino.
Hogsmeade
Lo había hecho cientos de veces, escabullirse en la tienda con los demás Merodeadores, pero esta vez entró por la parte de atrás y tomó lo que necesitaba, dejando un par de monedas en el mostrador. Respiró un poco del aire puro que había ese día en el pueblo y fumó un cigarrillo mientras pensaba y repasaba aquel plan nuevamente en su cabeza. Una completa insensatez de parte de todos. Incluso de él.
Al llegar a San Mungo, se dio cuenta que Hermione había pedido no recibir ninguna visita, sin embargo, en un descuido se escabulló a la habitación y le miró dormir durante un rato. Se cruzó se brazos y resopló. Después de todo lo que habían hecho, la malagradecida castaña no quiere vernos las caras. Seguía murmurando en sueños, pero esta vez era el nombre de Harry al que llamaba, se acercó a ella lentamente y tocó su frente que estaba tibia, sentándose al borde de la cama. Pareció sentir su presencia porque abrió sus ojos ante la sorpresa y se cubrió con la sabana.
- ¿Que haces aquí? - murmuró molesta - Vete, por favor.
- ¿En serio te echarás a morir? - le preguntó con el mismo tono - Vine a ver como seguías.
- Igual o peor, no creo que vaya a mejorar. Viajé demasiado lejos y por eso, cada vez todo va mas rápido - dijo con tranquilidad - Sinceramente no me apetece hablar con nadie, Sirius. Pero agradezco tu visita. Quizás...deba decirte algo mas. Deberías ayudar a tu hermano, como sabes, no es tan malo después de todo.
- Vere que hacer - soltó tajante -Tienes muy mal color, ¿no has pensado en nada para...?
- No y no quiero hablar de eso. Por primera vez, no tengo la solución a algo y...no se que hacer - dijo con la voz quebradiza - Debes irte, por favor. Quiero poder estar sola y pensar en algunas cosas.
- Escucha, la solución de Dumbledore es...un asco. ¡Horrible! Ni que lo digas, mas que nunca te entiendo, pero, es una solución, ¿no?
- Según todos, ¿pero quién estaría tan demente para aceptar ese plan? - preguntó mirándole fijamente.
- ¿Pero aceptarías? Digo...quizás eso quite la oportunidad de que te cases con cualquier pobre diablo en el futuro, pero...te salvarías, o al menos podrías ver si funciona - insistió.
- Prentendamos que acepto - dijo luego de respirar profundo y soltar un pequeño gemido de dolor - ¿Quien podría unirse a ese vínculo que es de por vida?
Sirius removió algo en su bolsillo y sacó de una bolsa de papel llena de algo, una cosa pequeña que no se distinguía bien, hasta que la puso en sus manos.
- No te rías, se me ocurrió que si de cualquier forma todo esto es una locura, podría ayudarte - soltó con rapidez mientras Hermione miraba aquello en sus manos y fruncía el ceño.
- Es un anillo - musitó confundida.
- De dulce - sonrió alegremente -pensé que además de que fuese una propuesta sería divertido y te animaría comertelo, tengo varios aquí - le dijo acercándole la bolsa entera - Antes que repliques, cosa que se que harás, no creo en el matrimonio, en lo absoluto, estar atado a una persona que no sabes si realmente amarás toda la vida me parece...una idea absurda, pero...ya que soy el menos interesado en las formalidades, creo que ofrecerme a ayudarte es la mejor de las opciones.
- E-estás demente - Hermione le devolvió el anillo pero él empujó suavemente su mano.
- Por eso es que soy el mejor candidato para ti, la mejor opción. Solo un demente se uniría a este plan. Tu lo has dicho - declaró - no me sobra mucha cordura después de vivir en Grimmauld Place y ¡Eh! No creo que jamás en la vida me case, así que me dará igual.
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Marauder's Supremacy
FanfictionLas reglas deben romperse pero para comenzar, una joven deberá dejar todo atrás.