Breaking aching heart

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Las noticias de la retención de Peter en uno de los cuarteles secretos del Ministerio de Magia, habían calmado los ánimos entre los merodeadores restantes y sobretodo el de Sirius que aún insistía en que lo mejor era petrificar a Peter por un largo período de tiempo.

Para desgracia de Sirius, al Peter dar su declaración, mencionó la aparición de una persona diferente en casa de los Potter por lo que algunos miembros en la Orden decidieron interrogarlos en el cuartel. Marlene fue la primera y ante la mirada inquieta de Minerva y la tranquilidad de Dumbledore saltó inmediatamente.

- ¿Desde cuando hay miembros nuevos y no lo sabemos los demás? - inquirió con sus ojos azules clavados en el pelinegro.

- No es un miembro de la Orden, McKinnon - siseó - Albus lo sabe.

- Oh no me digas, pero le han interrogado en casa de James y Lily, a Peter, con esa muchacha. Era un asunto de la Orden y a menos que sea una auror, o uno de nuestros miembros, no tenía derecho a estar allí - espetó casi con el rostro lleno de molestia.

- Por Merlín, Marlene, deja de ser tan dramática - dijo un muchacho alto y pelirrojo - Deberías estar en la Orden de Drama y no en la del Fenix.

- ¡Callate Fabian! - sentenció la rubia - Profesor Dumbledore, ¿usted que tiene que decir al respecto?

- Opino que, en este instante, Sirius debería decir la verdad.

El aludido casi se atraganta con su propia saliva y dio una mirada alarmada hacia el profesor y luego hacia James quien no entendía nada de aquello.

- Sirius, creo que debes decirle a la Orden lo que representa esa jovencita para ti y por qué se encontraba en la casa de James y Lily. Puedes decirles muchacho, usa la verdad como siempre has hecho en mi despacho desde que eras estudiante.

Con que es eso se calmó Sirius al pensarlo. Dumbledore entre líneas le pedía que dijera la verdad a medias, de cualquier forma, ese día llevaba el anillo, así que verle la cara de sorpresa a todos sería una gran revelación.

- Bueno, no es que deban saber de mi vida privada, profesor - replicó el pelinegro - pero ya que McKinnon quiere saber hasta el color de mis calzones, pues les diré.

El gran número de miembros parecía atento, sobretodo Alice, Frank, Marlene y una joven de cabello negro y ojos del mismo color que parecía divertida con todo aquello. Hestia, por su parte prestaba gran atención y se acercó aún mas.

- Esa chica se llama Jean, es hija de muggles, estudió en Francia y se ha quedado aquí desde hace un tiempo, ha sido perseguida por Mortífagos y pues bien...creo que es justo decirles que es mi esposa.

El murmullo general y la mirada aturdida y sorprendida de todos, hizo sonreír a Sirius con entera satisfacción, vio la mirada de James llena de diversión y sobretodo reprimiendo una gran sonrisa.

- ¡¿Estás casado?! - soltó la mujer de cabello negro - ¿Acaso esa pobre alma incauta sabe en que lío se metió? Joder, definitivamente lleva las de perder. Perseguida por mortífagos y de paso casada contigo, Black. ¡Que desgraciada es su vida!

Todos rieron y Sirius frunció el ceño gruñendo.

- Que tu vida sea triste y solitaria, Meadowes, no es mi culpa. Quienes estamos felizmente casados no andamos metiéndonos en la vida de los demás - esto último lo dijo hacia Marlene quien alzó una ceja.

- ¿Por qué mantenerlo oculto? - preguntó un muchacho junto a la pelinegra.

- Porque Jean está en peligro - terció Sirius con un deje de molestia - Dumbledore lo sabe y no se porqué todos se molestan.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora