- ¿Estás bien?
Hermione había visto llegar a Sirius e ir directo hacia su habitación y ahora tocaba la puerta para saber que le había sucedido.
- Sirius, ¿estás bien? - preguntó de nuevo y esta vez él abrió la puerta. Sus ojos estaban rojos pero no dijo ni una palabra - ¿Ha sucedido algo en la Orden?
- Nada que debas saber - le respondió tajante.
Ya hacía un par de semanas que Sirius solo se limitaba a dar respuestas cortas y amables, evitaba verla a los ojos y se refugiaba en la soledad de su habitación al llegar. Casi contrario, llegaba a altas horas y se quedaba en la sala seguramente durmiendo hasta irse muy temprano luego de dejarle el desayuno. Incluso, los días libres en la academia los pasaba la mayoría del tiempo fuera de casa. Quizás después de ese día de arrebato, si se había sentido incómodo y las cosas habían cambiado.
Él volvió a cerrar la puerta y la mañana siguiente, Hermione tomó una decisión. Tomó sus cosas y caminó hasta el Caldero Chorreante, realmente le hacia bien caminar y ver otro ambiente, por fin se sentía libre. Habían pasado casi dos meses desde que había llegado y respirar aire fresco en el camino le recordó que aún estaba viva.
Pensó en que quizás luego buscaría un trabajo, aunque estaba difícil en ambos mundos. Sin identificación comprobable n mágica, nadie le daría uno. Luego pensaría en eso, algo se le ocurriría.
Pidió una habitación para ese día y el hombre que recibió el pago le miró confundido, algo que le incomodó.
- ¿Eres nueva por aquí? No me parece nunca haber visto tu rostro.
- Recién vuelvo así que, dudo que me conozca - respondió firme aunque no sonó tan convincente como quería.
Esa noche cuando llego al apartamento, Sirius notó que Hermione no había tocado nada del desayuno, no estaba encendida la luz de la sala como usualmente la encontraba y su habitación estaba vacía y sola. Buscó en su armario y no había nada. El apartamento estaba completamente solo. Respiró profundo y sintió la necesidad de hablar con James y decirle que había pasado, pero entonces comenzarían las preguntas y no quería hablar de nada, ni siquiera que llevaba tiempo evitando verla pues no quería sentir que necesitaba hacerlo.
Se sentó en el sofá un instante y lo meditó. Quizás que se fuera era lo mejor. Aquello que comenzaba a suceder no lo deseaba en lo absoluto, no quería acostumbrarse a su presencia y mucho menos a sentir la necesidad de llegar al apartamento solo para sentir su mirada por un pequeño instante.
¿En serio piensas dejarla por allí sola? No es muy prudente de tu parte.
La voz hizo que sintiera un vacío. ¿Y si alguien podía averiguar quien era y a que había venido?
- Sabe sobrevivir, es una luchadora - le dijo a la voz para callarle.
Pero no sobrevivirá mucho si la consigue una horda de Mortífagos y la torturan.
El ojigris exhaló y se levantó para tomar su chaqueta y salir del apartamento. Tomó su forma animaga para seguir el rastro y agradeció que llevara puesto esa fragancia a flores que le hacía fácil de detectar. Quizás, pensó, si lo hubiese analizado con calma, era sencillo de predecir que estaría allí, en el Caldero Chorreante. Cuando iba hacia un escondite a transformarse de nuevo la vio subiendo las escaleras y cerrar la primera puerta de la derecha, así que esperó un poco para ir tras ella.
Tocó la puerta dos veces y escuchó una voz que le pidió esperar. Cuando abrió, sus ojos castaños mostraron sorpresa por unos segundos y luego frunció el ceño, Sirius se hizo paso y cerró la puerta tras él.
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Marauder's Supremacy
FanfictionLas reglas deben romperse pero para comenzar, una joven deberá dejar todo atrás.