- Te veo abatido cariño. Supongo que estas fechas son las más difíciles.
Sirius le miró y compuso una media sonrisa algo triste. Helen aún conservaba la tienda de libros y la había remodelado de una forma en la que ahora también era un café donde podías sentarte a leer. Aquella tarde, el ojigris se había quedado a ayudarle en la tienda por un momento, estar ahí le traía buenos recuerdos. La mujer le había dejado una taza con chocolate que el tomó con gusto mientras se sentaban uno frente al otro.
- ¿Cómo está Rosie? Ya extraño tenerla por aquí. Me recuerda mucho a su madre - suspiró y él sonrió ante aquello.
- Está bien. Pienso traerle antes que terminen sus vacaciones de invierno, cada vez está más alta y más guapa - dijo con orgullo en su voz - Desearía que su madre pudiera verle.
- Oh querido, entiendo. Pero, Rosie es una parte de ella y estoy segura que dónde sea que esté, Jean estará muy orgullosa - Helen le palmeo delicadamente su mano mientras le observaba - Aún tienes tu anillo.
- Si, ¿eso que?
- Así no conseguirás alguna otra mujer querido. Aún eres joven y...
- No tengo interés por encontrar a alguien, Helen. Solo he podido amar a una persona y dudo mucho que eso vuelva a suceder, no existe alguien que pueda ocupar su lugar.
Helen le observó con aquellos ojos azules llenos de tristeza. Aquel hombre parecía haber quedado suspendido en el tiempo debido a la muerte de su esposa, aunque era visible cuanto amaba a su hija y la manera en la que le cuidaba.
- ¿Sabes? A veces me parecía que Jean era una persona curiosa. Una vez me pareció verle levantar unas cajas sin tocarlas.
Sirius soltó una risita ante aquello. Entonces la precavida Hermione no lo era tanto. Sin embargo, Helen era una persona de fiar, le había ayudado con Rose muchas veces y sobretodo era una amable mujer algo solitaria.
- ¿Que dirías si te dijera que la magia realmente existe?
- No creo que me sorprenda. Jean solía decirme que hay cosas realmente inexplicables a los ojos de muchos...y...si puedo ser sincera contigo, elijo creerlo - ella se acercó más a él y bajo su tono de voz - Cuando Rosie tenía unos cuatro años, le dejaste conmigo por aquella emergencia, ¿recuerdas? Hizo que algunos libros y otras cosas llegaran hasta ella. ¡Quizás eran alucinaciones! Pero, estoy segura que hay algo muy diferente en ti. Cómo de pronto hacer aparecer aquellas flores que le traías a tu esposa o desaparecer tan rápido en la calle. Debes ser un brujo.
- Bueno Helen el término correcto sería mago o hechicero - se encogió de hombros y con un movimiento de su mano atrajo el azucarero a su lado - pero para ser la primera vez, te lo perdono.
La expresión llena de sorpresa de Helen le hizo reprimir una sonrisa, sobre todo por el hecho de que ella ni siquiera se movió y que sus ojos se habían abierto increíblemente. Ella no decía ni una palabra, pero Sirius no tuvo que saber lo que pasaba por su cabeza. Se despidió de ella con un beso gentil en su mejilla no sin antes tomar el libro que había comprado, alejándose lentamente bajo la nieve.
Al llegar a la casa la primera persona en recibirle fue Hermione y soltó un suspiro cansado, ya no le parecía tan problemático verle todo el tiempo, pero no se acostumbraba a su presencia menos a sus ojos castaños mirándole con tanta avidez.
- Hermione, ¿dónde están todos? - preguntó mientras se quitaba la capa.
- James y Lily han salido junto con Harry. Rose se ha ido con Remus y estoy casi segura que se debe a las compras de último momento - dijo con tranquilidad.
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Marauder's Supremacy
FanfictionLas reglas deben romperse pero para comenzar, una joven deberá dejar todo atrás.