Not a single fuck

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Sirius había decidido esa mañana que recuperaría el relicario, aquel que Regulus había querido ocultar y tratar de destruir, sin embargo no se le había ocurrido un plan para entrar a la impenetrable Grimmauld Place. Así que la opción suicida como la había llamado Hermione, era dramatizar de alguna forma un gran bullicio y revisar entre las cosas de Kreacher mientras estaban distraídos.

- Iré contigo, Sirius - sentenció Hermione mientras el pelinegro se acomodaba la túnica. Levantó una ceja y sonrió de medio lado con arrogancia.

- Es obvio que no irás, Mione. Ya hablamos de esto - aclaró mientras seguía en lo suyo pero ella le hizo girar, su rostro estaba crispado en una expresión molesta y Sirius lo sabía - No me das miedo, ¿lo sabes?

- Se que no le tienes miedo a nada, Black - siseó - pero por el bien de mi paciencia y sobretodo, por el de mis nervios, no puedes impedirme que vaya contigo. Además, siempre bromeas acerca de como sería si tus padres supieran de mi, ¿que no quieres armar un gran barullo?

- Me sorprende que tomes una broma como esa en serio, pero, no Mione, no irás y ya está dicho.

Hermione resopló y solo pudo cruzarse de brazos, tratando de mantenerse molesta. Sirius se veía asombrosamente atractivo en aquella túnica completamente negra, había decidido dejar el cabello suelto, lo llevaba un poco mas largo que antes pero estaba peinado pulcramente dándole un aspecto mucho mas maduro.

- Si me sigues viendo así, pensaré que quieres que juguemos al gato y el ratón - sonrió con picardía el ojigris - Mas bien, al gato y al perro. Siempre he dicho que si fueses animago serías un hermoso gatito.

- Sirius, deja tus bromas para otro momento - le riñó - Iré y no me lo impedirás.

- Pues, si que puedo - Sirius se acercó y le tomó de la cintura, acercando peligrosamente sus labios a su cuello. La castaña contuvo su respiración - Existen formas mas eficientes para dejarte desarmada y no tienen nada que ver con magia.

- Si-Sirius, dejame ir contigo. Por favor - le pidió casi en un hilo de voz.

El ojigris se separó de ella no sin antes dejar un pequeño beso en su nariz y soltar un suspiro preocupado.

- Nena, no conoces a Walburga y Orion. Además, si bien se, la casa puede estar infestada de Mortifagos.

- No me importa. Ya se como es tu madre, el retrato de ella que conocí es capaz de despertar al mismísimo inframundo y fue el único objeto que conocí con la capacidad de generar magia sin ser humano - le contó ella y luego le miró con inquietud - Hay algo que siempre ha rondado en mi cabeza, Sirius.

- Espero ser yo quien ronde en tus pensamientos - le guiñó y ella rodó sus ojos.

- En realidad eres tu, pero, es un pensamiento. Logras hacer magia sin varita y de hecho, lograste escapar de Azkaban convirtiendote en Canuto sin necesidad de una. ¿Que tan poderoso eres? Quiero decir, tu madre aún siendo un retrato ella...

- ¿Importaría si fuese poderoso o no? De cualquier forma eso no me serviría para ser invencible - respondió con sabiduría - Pero, ¿que es lo que te intriga? Cualquier mago puede llegar a ser tan bueno con esfuerzo, Mione.

- Pero siempre dices que lo tuyo es un don natural. ¿Acaso te ha dado un ataque de modestia repentino? - alzó una ceja ella.

- No es modestia, y si, es algo natural, pero por creerte superior en cuanto a habilidades es que existen inmundicias como todos en mi familia - gruñó mientras le miraba con algo de incomodidad - Una clase de gente con la que no quiero que te mezcles. Pero si tanta curiosidad te causa, si, hay cosas que puedo hacer, desde niño. Incluso James ha presenciado un par de ellas y no es por modestia que me las reservo Hermione, es por evitarme el mal rato de tener que partirle la cara al que insinúe que hago magia oscura.

- ¿Es eso? ¿Tienes miedo de convertirte en lo que tu familia siempre quiso que fueses?

Aquella pregunta de Hermione le dejó perplejo y sobretodo sin saber que responder. Era un miedo que siempre rondaba en su cabeza, como un eco de algo que pudo ser.

- No es miedo, es repulsión Mione. Solo pensar en lo que es ser parte de la familia Black, me recuerda la razón por la cual decidí huir en primer lugar. ¿Puedes entederlo? - Sirius le tomó la mano y le miró fijamente, traspasandole con sus ojos grises - Escucha, muchas noches desde que me di cuenta lo mucho que te amo, me acuesto con la constante idea de que te he metido en un lío por ser un idiota. Llevar mi apellido no es algo muy bueno y muchos me miran por encima del hombro murmurando la mayoría de las veces.

- Como si eso me importase - replicó y Sirius sonrió complacido.

- Lo se, se que no te importa. Pero a mi si, de alguna forma, eres la única mujer que he conocido que realmente no le he gustado solo por lo que ve, así que, de cierta forma, en un pensamiento aún mas profundo me preocupa que eso que ves en mi sea relegado de cualquier manera por lo que otros puedan decirte.

- Nunca hago caso a las opiniones de otros, Sirius. Lo que me recuerda, que tampoco te haré caso así que iré a Grimmauld Place.

-  Pueden hacerte daño - siseó el pelinegro mientras veía como ella tomaba su capa - Hermione, eres mas sensata que esto.

- También pueden hacerte daño a ti y entonces yo no tendría nada, eres lo único que tengo y aún asi eres tan egoísta como para solo preocuparte por tus propios sentimientos.

Hermione no previó cuando Sirius le tomó del rostro y le besó con tanta pasión que casi la dejó sin respiración, luego hundió su rostro en el espacio que había entre el cuello y su hombro derecho mientras soltaba un largo suspiro.

- Nena, pensé que eras la mas sensanta entre los dos.

- Supongo que algo se me ha pegado de ti, Sirius - le dijo acariciandole el cabello.

- Mi madre intentará asesinarte a la primera oportunidad - le advirtió mientras levantaba su rostro y tomaba sus manos.

- Se que tu nunca dejarías que eso pasara y por supuesto, se defenderme mejor de lo que piensas - soltó con firmeza mientras él se mantenía en silencio - Sirius, se cuanto odias volver a Grimmauld Place, lo se desde mucho antes de venir aquí - el pelinegro gruñó sabiendo a quien se refería - al menos, esta vez, puedo acompañarte.

- Bien, bien. Pero no se te ocurra separarte de mi en ningún instante, Mione.

- No lo haré - afirmó ella - Sirius, ¿por qué vas tan bien vestido?

El ojigris soltó una risita y besó su frente antes de separarse.

- Oh, bueno. Tengo esperanzas de que mi adorable madre se muera de la impresión al verme y quiero estae vestido para la ocasión - le guiñó - ¿Lista entonces? Es hora de ir a la casita del horror.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora