Last betrayal

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James escuchó el tic tac de un reloj muy cerca e hizo una seña a Sirius de que echase un vistazo. Entonces todo sucedió demasiado rápido.

Para el castaño, la idea había sido descabellada, atroz, nada agradable y sabía que lo hacia todo para convencerse a sí mismo que todo con Peter estaba perdido. Sin embargo, la mirada atónita de Sirius al ver las condiciones en las que se encontraba el hombre le dieron un indicio de que el ojigris también había cometido un error al pensar que ya no había nada rescatable en el pequeño Peter.

Las cosas poco a poco comenzaron a salirse de control y perdió el foco en el plan cuando un hechizo de Rabastán dió en el brazo de Sirius haciéndole gritar de dolor. Vio como Peter trató de arrastrarse hasta Sirius quien se sostenía como podía tratando y fallando en contener la sangre. Luces iban y venían, desde el piso el ojigris se defendía y a su vez trataba de liberar a Peter quien jadeaba y sollozaba. Remus mantenía una batalla con alguien que no reconocía y tuvo que retroceder cuando dos contrincantes mas se unieron.

El grito de Bellatrix señalando un punto en específico le dio oportunidad a James de hacerse paso hasta Sirius y Peter, pero el gemido ahogado del pelinegro le hizo voltear. Hermione se acercaba amenazadoramente con su varita alzada, sus ojos se enfocaron en Sirius y James le vio titubear.

- ¡¿Quien demonios eres tu?! - gritó Bellatrix con un chillido ensordecedor.

- ¡Tu peor pesadilla! - soltó para luego lanzar un hechizo de bomba que hizo estallar media sala. Hermione corrió hacia ellos y conjuró unas cuerdad invisibles que ataron a Peter y Sirius, levitandoles y siguiendole. James le seguía y corría tras ella mientras que Remus, mantenía a raya a los tres mortífagos que le seguían. El agujero que daba a  aquel pasadizo estaba oscuro, pero vio a Hermione sellarlo con magia, causando que tras ellos perdieran por completo la oportunidad de regresar a la mansión.

- Mione - musitó Sirius entre el dolor.

- No hables, vas a estar bien. Lo juro - dijo con firmeza - ¡Debí ir con ustedes! Tu James, eres igual que tu hijo. Piensan que pueden hacerlo todo solos...y mira el estado de Sirius.

- Nena, no ha sido su culpa - susurró sin fuerzas el pelinegro.

- ¡No he dicho que lo haya sido, Sirius! Pero tu me quisiste fuera de esto y solo has demostrado que soy tan competente para salvarte el culo como tu lo eres.

Remus vio la sonrisa débil de Sirius cuando el claro de la media luna le iluminó al salir del agujero.

- Soy una mala influencia para ti nena.

- Eres una mala influencia para cualquiera - se giró ella y besó sus labios con fuerza. James suspiró. El rostro de Hermione era preocupado y aturdido. Sacó algo de aquel pequeño bolso que llevaba y derramó un poco en la herida del brazo del pelinegro quien hizo un gesto de dolor - Es díctamo. Cerrará tu herida. ¿Todos ustedes están bien? ¿Remus?

- Solo un pequeño rasguño, nada mas. Pero Peter...

Hermione lo miró. Peter parecía a punto de desmayarse y ella soltó un largo suspiro.

- ¿Te sientes bien, Peter? - preguntó con calma y el hombre asintió a la pregunta de Hermione - Te ves terrible. ¿Deberíamos ir a...?

- No. Sirius no puede aparecerse así - saltó Remus.

- Tienes razón - admitió Hermione - Pero no podemos quedarnos aquí. Nos encontrarán.

- Sirius, ¿crees poder transformarte en Canuto? - preguntó James y este asintió - Bien, Peter, ¿donde está tu varita?

- Be-Bellatrix ella...

- Bien, te prestaré la mia. Pero entiende una cosa - James se acercó y Hermione pensó que jamas le había visto tan amenazador - hemos arriesgado mucho al venir a salvar tu maldito ser, te juro que si intentas huir o volver a traicionarnos te asesinaré no sin antes hacerte sufrir tanto como te merezcas, ¿te queda claro?

- Yo...yo lo...yo...está bien James. Lo juro solemnemente - aseguró Peter. James tomó un respiro y la castaña vio el titubeo al entregarle su varita, sin embargo, Peter se transformó y permaneció en el mismo lugar.

Sirius hizo lo mismo, seguido de James y Hermione se vio maravillada en aquellas figuras que tenía frente a ella. Sirius no se veía para nada como el perro que vio en su tercer año, su pelaje era negro y brillante, era un ejemplar hermoso al igual que el ciervo a su lado. Las tres criaturas comenzaron a andar seguidas de Remus y Hermione, corrían tan rapido que les era difícil seguirles el paso.

- Eso ha sido valiente de tu parte - soltó Remus de pronto - Supongo que reñirle a Sirius despues por hacerte quedar sería lo mas justo.

- No puedo perderlos, a ninguno - dijo sin mas mientras se detenían cerca de una calle que no reconocía - Nunca pensé que serían tan importantes para mi. Sobretodo Sirius.

- Eso es lo mas hermoso que te he escuchado decir de mi - soltó Sirius de pronto acercándose a ella en su forma humana, apuntando a Peter para devolverlo a la suya - Traidorcito, te presento a mi esposa.

- ¿Tu...tu esposa? Pero tu... - Peter titubeó y Sirius alzó sus cejas - ¿Cuando decidiste sentar cabeza?

- ¿Cuando decidiste ser un maldito traidor? ¡Ah! Muchas preguntas pocas respuestas - bramó el ojigris -Te lo juro Peter, me cagas mi futuro y te haré sufrir, de la peor manera. Si crees que Bellatrix es despiadada, no sabes cuanto puedo serlo yo tambien.

- Sirius, Peter - les llamó James - Habrá tiempo de discutir. Tendremos que pedir un traslador. Por ahora, solo nos queda rogar porque sea rápido.


Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora