Letting go

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Andrómeda Black, debía admitir Hermione, parecía una mujer dura y fiera por fuera, seguramente eso era un rasgo distintivo en la familia Black, pues Sirius también fruncía los labios de la misma forma y alzaba su ceja derecha tan arrogante, que rayaba en lo odioso. Sin embargo, Sirius parecía ser una parte importante para ella pues le trataba de la misma forma en la que lo haría una hermana mayor y la castaña lo agradecía profundamente.

- Tener un profundo y amor a la muerte o al peligro, Sirius, ya no me sorprende de tu parte - le riñó la mujer - ¿No crees que si quieres realmente quedarte con esta criatura debas al menos tener un mínimo de miedo a morir?

- Por cositas tiernas como ese bodoque es que me arriesgo, Dromeda. ¿Quien mas arriesgaría el pellejo? - insistió mientras Nymphadora se sentaba en sus piernas.

- ¿Es tu nueva hija? - preguntó la pequeña mientras pasaba su mano por la barba del hombre.

- Es probable que lo sea próximamente - le respondió Sirius mientras tocaba su nariz con delicadeza y ella sonreía.

- ¡Estan muy jóvenes, Sirius! - terció la Andrómeda - ¡Cuidar de una criatura no es igual a tener una mascota! ¡Una lechuza! Además, haberme ocultado que te has casado y enterarme hasta hoy en la mañana.

- Eso ha sido mi culpa, he estado en peligro y le pedí que lo supiera el menor número de personss posibles - intercedió la castaña y Andrómeda le miró para resoplar.

- Te quiero Sirius, Merlin sabe cuanto lo hago, pero todo esto es una locura. ¡¿Desde cuando el matrimonio ha sido algo tuyo?!

- Dromeda, amor...- saltó Edward Tonks mientras se le acercaba - Sirius lo ha decidido así.

- ¡Pues entonces ambos son un par de idiotas! - bramó ella - Son jóvenes, tener un hijo no es una clase de juego y estar en esa maldita Orden es una sentencia de muerte segura. ¡Fuimos compañeros de Emmeline! ¡Ahora esta muerta, Edward! ¡Muerta! Mismo destino que podrían tener ustedes - apuntó hacia ellos la mujer.

- ¡Es nuestra decisión, Andrómeda! - Sirius dejó a Nymphadora a un lado y se levantó para estar a la misma altura de su prima.

- Pequeña, vamos. El tío Sirius y mamá tienen cosas que hablar - Edward la tomó en brazos y ella se despidió con un gruñido - Querida, no seas tan dura con ellos.

Esta vez, fue Hermione quien se levantó y tomó la mano de Sirius. Plantándole cara también a Andromeda quien parecía a punto de explotar.

- Sirius y yo estamos al tanto de los riesgos, Andrómeda. Pero, estoy segura que lo entiendes aunque te preocupes por él.

- Niña, Sirius sabe la clase de dementes con la que lucha. Vivió casi toda su vida rodeado de ellos - terció y se cruzó de brazos - ¿Te ha contado lo que le obligaban a aprender? ¿Lo que le hacían cuando mostraba piedad? ¿Te ha mostrado las heridas que le dejó mi hermana? Rodolphus casi lo mata cuando tenía seis años, ahogandolo con su propio jugo. Aún así, te fuiste de allí Sirius y pretendes toparte de nuevo con esa clase de gente de la que te pedí, huyeras si se daba la mínina oportunidad.

- ¡No puedo hacer lo que tu, Dromeda! Hacer como si no existiera nada mas, refugiarme aquí y pretender que todo pasará sea como sea - replicó y soltó la mano de Hermione - Temo porque Bellatrix o Lucius quieran vengarse de ti, porque le hagan algo a Ted o Nymph. Temo por mis amigos, todos los días arriesgamos el cuello uno por el otro. Huí de Grimmauld Place, pero si hago lo mismo de toda la horda de serpientes, pasaré mi vida en ello y no deseo eso - suspiró mientras la castaña notaba, trataba de calmarse - Lamento que no vinieras a la boda, fue algo rápido.

Hermione vio que Andromeda se relajó mientras se sentaba. Tomó un respiro y miró a Sirius con sus ojos oscuros.

- Al menos te has casado por amor. Como Ted y yo. Pensé que la tía Walburga había envenenado tanto tu corazón que...

- ¡Ah! Walbruja no puede envenenarme, aunque el elfo si lo intentó muchas veces - bromeó haciendo que la mayor de los Black rodara sus ojos - Ha sido un matrimonio por amor, ¿no Jean?

- Digamos que a veces cuando eres un idiota me pregunto si te amo lo suficiente - le pinchó y esta vez, lograron ver un atisbo de sonrisa - Pero si, ha sido un matrimonio por amor.

- Bien, pero el tema de la criatura... Son demasiado jóvenes, por Merlin. ¿Que sabes de cuidar niños?

- Nymphadora me ama, lo sabes. Solo estas celosa - le guiñó - Hermione y yo lo conversamos...

- ¿Que hay si su familia aparece? No te encariñes con ella, Sirius. A veces duele dejar ir y se que nunca has sufrido por ello, pero...otras veces es inevitable.

Al salir de aquella casa, Sirius estaba mas silencioso de lo usual y miró atrás solo una vez antes de desaparecer con Hermione de su mano. Parecía hundido en sus pensamientos, completamente abstraido y perdido.

- Cuando era niño, mis padres solían sentarme en la biblioteca durante horas, me dejaban repasando cuanto hechizo hubiese. Andrómeda se escabullía a dejarme galletas y chocolate caliente - contó sin mirarle - Una vez, mi madre le pilló y se lo dijo a mi tío Cygnus, su padre. Esa noche no pude dormir, Mione. Solo podia recordar los gritos de Andrómeda mientras le castigaban, solo por querer hacer algo bueno por mi.

- Pero no fue tu culpa - Hermione se abrazó a él y le vio sonreir.

- Lo se, pero...tenía solo diez años. Pensé en que si ser parte de mi familia sería eso, quizás no era tan bueno. ¿Que había si aunque quisiera cambiar yo tenía eso en mi sangre? Que quizás era tan malo y despiadado como mi tío Cygnus o como mi propio padre - se giró el ojigris hacia ella y por un instante, ella observó como un pensamiento se quedaba en sus labios - ¿Crees que sea irresponsable quedarnos con la pequeña Theo?

- Yo...no lo se. Quizás, puede que no podamos darle lo que necesite o...que no seamos tan maduros como para educarla - se sinceró y él soltó un largo suspiro.

- Seguramente tienes razón, Mione. Usualmente la tienes -asintió mientras caminaban por el centro lleno de personas en plena noche - aunque, no te diré que no he pensado en ello. No dudaría en decir que, querría a Theodora como si fuese nuestra. Pero, supongo que lo mejor es que alguien mas cuide de ella.

El pelinegro alzó una ceja y se detuvo con ella a su lado. Estaban cerca de una calle ya solitaria, Sirius tomó su rostro y le besó delicadamente, con ternura.

- Se que no estas embarazada. ¡Gracias a Merlin! Estarías tan estresada que te pondria de nervios. Además, te conozco - le dijo con una media sonrisa - no estarías tranquila con nada de eso. Pero, creo que debes disculparte por dudar de mi.

- Supongo que si, pero...¿cómo lo sabes? - inquirió ella algo sorprendida.

- Soy muy observador y hay dos opciones para haber salido tan relajada del baño esta mañana, opto por la menos asquerosa - soltó en medio de una carcajada haciendo que ella le propinara un manotazo en el brazo fingiéndose ofendida.

- Eres un...completo idiota Black.



Albus observaba aquel grupo mientras daba las últimas indicaciones. Vio la mirada preocupada de Sirius hacia Hermione mientras esta solo pretendía ignorarlo. James por su parte, llevaba la capa oculta en su bolsillo, excusando la ausencia de Lily en esa oportunidad.

- ¿Que pasa si nada de esto funciona? - dudó Remus en voz alta.

- Al menos tres espíritus podrán estar en paz, señor Lupin - asintió Dumbledore - estoy seguro de eso.

- Pues bien, entonces, es momento de poner en marcha el plan suicida - les alentó Sirius - vamos, somos maestros del peligro, todo saldrá bien.

Marauder's SupremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora