- Un bebé, ¿por qué no me dijiste? - susurró mientras aún le tomaba del brazo.
- Por si no te diste cuenta, estoy casi tan sorprendida como tu. Aunque...no debería sorprendernos del todo - respondió ella.
- Joder y se ha enterado Orion antes que yo. Menuda mierda. No debí haberte traido - se quejó por lo bajo - Ahora estos dos pretenden encerrarnos.
- Como si no pudiera escucharte - gruñó Orion - Siempre hablando por lo bajo, tanto dinero desperdiciado en tu educación para que fueses lo peor que le pudo pasar a esta familia. Ahora traeras a un bastardo al mundo que seguramente será una decepción a nuestra sangre.
Lo que sucedió ni la mismísima Hermione pudo preverlo. Sirius dirigió su mirada a ellos y levantó su mano izquierda hacia Orion quien cayó sobre sus rodillas con una sonrisa diabólica que incluso de una extraña manera parecía orgullosa. Con su mano derecha apuntó su varita hacia Walburga y se fue acercando poco a poco, mientras Orion intentaba respirar.
- Mi hijo podrá llevar mi sangre que lamentablemente será la misma de ustedes, pero se que será mucho mejor que cualquiera de nosotros - soltó con seguridad - Si te escucho diciendo alguna otra sarta de mierdas acerca de mi hijo te juro que usaré todo lo que me enseñaste Orion.
Hermione se acercó a él y le hizo liberar a Orion que estaba al borde del colapso. El hombre tomó una bocanada de aire y retrocedió arrastrándose.
- Sirius - susurró Hermione - Vamos.
- No - negó esta vez con una poderosa voz - Creo que es momento de decirle la verdad a Walburga y Orion. De como su querido hijo predilecto terminó salvandoles el culo a muchos y sobretodo traicionando a su amado señor tenebroso.
- ¡Es mentira! - gritó Walburga con furia y Sirius le miró con rabia. Hermione estaba preocupada, aquella mirada en el rostro del ojigris era una que jamás habia visto.
- ¡¿Mentira?! ¿Que ganaría con eso? ¿Tu amor maternal y la aprobación de Orion? O mejor, ¿crees que quiero volver a esta maldita casa? Pueden pensar lo que quieran pero Regulus tuvo mas bolas que todos ustedes e hizo lo correcto.
- ¡Sirius, basta! - intervino Hermione pero él solo se giró molesto.
- Tienen que saberlo.
- ¡Podrías arruinarlo todo! Sirius...no.
- Ve por lo que tengas que ir - siseó con furia hacia ella. Hermione le dio una mirada severa y comenzó a caminar hasta que sintió como caía de boca hacia el piso. Orion había sido mas rápido y le había lanzado un conjuro para detenerle, sin embargo, Hermione se giró como pudo y le apuntó rapidamente desarmandole.
- ¡Te voy a matar! - Sirius cogió a Orion por la túnica y lo estampó hacia la pared. Walburga alzó su varita pero Hermione le desarmó de igual manera dejandole boquiabierta. La castaña se levantó y corrió hacia Sirius interponiéndose entre el hombre y su padre.
- ¡No! Sirius, déjalo.
- ¡¿Estás bien?! Joder, yo...- Sirius dejó a Orion que respiraba agitado y le miró con miedo. El ojigris tocó cuidadosamente el abdomen de Hermione y le miró preocupado - El bebé...
- Estoy bien, lo juro. Sirius, por favor. Debes controlarte - pidió ella - Se que no quieres hacerles daño.
- Te equivocas, si quiero hacerlo - sentenció con fuerza.
- Una parte de ti lo desea pero la otra, sabe que no vale la pena hacerlo. Iré por el objeto - le dijo rápidamente - Mantente en una pieza, por Merlín.
Aquello último le causó gracia aunque tenía tanta rabia en su sistema que no hizo ni una mueca. Ambos, Orion y Walburga le miraban fijamente como si temiesen que fuese a hacer algo en cualquier instante. Hermione corrió hasta la cocina, dónde sabía se encontraba el pequeño cuartucho del elfo. Recordó haber limpiado allí cuando llegó a Grimmauld Place junto con Ginny. De pronto, Kreacher se interpuso entre la puertecilla y ella mirándole con ojos ceñudos y aquel aire de desprecio.
- Ninguna sangre sucia tocara las cosas de Kreacher.
- ¡Apártate Kreacher! - le gritó ella. Sabía que el elfo le discutiría, que replicaría hasta el cansacio y le insultaría pero eso nunca sucedió. En su lugar, aquella pequeña criatura parecía estar luchando consigo misma. Jadeaba y chillaba en el mismo lugar, sin embargo, para sorpreda de ella, el elfo obedeció.
Hermione se apresuró a hurgar en aquel desastre hasta que consiguió el relicario. Gimió de la sorpresa y la preocupación de tener semejante objeto pero lo guardó rapidamente en el bolsillo de su túnica y se dirigió hacia Kreacher.
- Kreacher ni una palabra de esto, a nadie, ni a tus amos. Por favor.
Ella sintió que el elfo bien podía negarse pero nuevamente, solo gruñó y comenzó a darse golpes.
- Lo que la ama ordene - siseo en un jadeo el elfo.
La castaña salió disparada hacia donde se encontraba Sirius aún apuntándoles con la varita a Orion y Walburga.
- ¿Lo tienes? - preguntó él y ella asintió - Bien, nos iremos.
- ¡¿Viniste a robarnos?! Maldito engendro, inmundicia de esta familia. Agradezco que te hayas largado de esta casa, fuiste y siempre serás una decepción - declaró ella - y maldigo al hijo que has engendrado, te aseguro Sirius que ese niño jamás llegará a ver la luz del día.
Sirius solo le miró con odio y tomó la mano de Hermione para luego dirigirse hacia Orion.
- Deshaz el hechizo ahora o explotaré la entrada si es necesario - exigió amenazadoramente a su padre. Orion alzó su varita y la puerta se abrió dejando pasar el frío aire nocturno.
Con paso firme y con un fuerte agarre, Sirius y Hermione desaparecieron en medio de la noche y aparecieron cerca del parque favorito del pelinegro. Uno que parecía un pequeño bosque oculto entre tanto arbusto espeso. Él la llevó a través de este en un silencio sepulcral y se detuvo luego de unos minutos para verle.
- Un bebé - musitó casi en un susurro - Pensé que...
- No se necesitan muchas veces Sirius, solo bastó una vez sin el hechizo - dijo con nerviosismo - Aunque pensé que no sucedería de cualquier forma.
- Pero, ¿que hay de ti? Tu no...
- No lo se. Además, me he enterado igual que tu. Yo...de todas formas, ya la tenemos muy jodida.
Esta vez Sirius solto a reir y ella le secundó.
- Esas no son palabras de una ex-prefecta - dijo con una ceja alzada.
- Eres una mala influencia - susurró - Sirius, tus padres...
- ¿Entiendes por qué no quiero saber nada de ellos? Orion pudo hacerte mucho mas daño, a ti y al bebé. Te juro que al próximo que te toque, lo mataré. Lo juro Mione, si alguien se atreve a siquiera mirar en tu dirección o decir algo de nuestro hijo, seré tan despiadado como creen algunos.
Él posó una mano en el abdomen de la castaña y le miró fijamente.
- Estuve preocupado cuando fuiste a buscar ese maldito relicario. Kreacher, él...
- Kreacher me ha llamado su ama. Yo no...se supone que...
- Eso solo confirma que tienes un crío alli metido - apuntó con una sonrisa - Kreacher solo te ha obedecido porque llevas sangre Black dentro de ti y la ha reconocido.
- Eso lo explica - asintió ella - debemos llevarle el relicario a Dumbledore.
- No, primero debemos darle la noticia a James. Es mas importante - sonrió ampliamente para luego besarla - Joder. Espero no ser igual de adorable que Walburga con el bebé. Me odiará.
- Nadie te va a odiar, deja de ser tan dramático. Mejor, apurémonos a ir con James y Lily. Quiero ver la cara de James cuando se entere.
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Marauder's Supremacy
FanfictionLas reglas deben romperse pero para comenzar, una joven deberá dejar todo atrás.