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COOPER


Recordé cada escena vivida hace unas horas atrás mientras le relataba todo. No podía omitir ningún detalle, por más insignificante que fuese.


Cuando por fin me aseguré de que no me veían ni me escuchaban, y mucho menos de que no sabían que de que me encontraba aquí, puse toda mi atención en la conversación-discusión de mi padre y su ex secretaria.

—¿Se los dirás? —insistía ella.

—Pronto —confirmó él—, pero aún no.

—Mason, llevamos meses saliendo. Ni siquiera tu hijo menor lo sabe, y es en cual confías más. Me pregunto si de verdad necesitas tiempo para decírselos o sólo te avergüenzas de mí.

—No, Monique, hablo en serio. Completamente. Es sólo que... temo a la reacción de cada uno de ellos, sobre todo la de Allie.

—Tendrán que aceptarlo porque nosotros estamos siendo felices el uno junto al otro. Y ella también lo aceptará al fin y al cabo, ya verás.

—No sé... Me ha dicho que no quiere tener otra madre.

—No estamos comprometidos... aún.

Por el tono de Monique, sabía que estaba sonriendo. Maldita.

—La quiero demasiado para perderla, Monique —suspiró Mason—. Dame más tiempo. Una semana, o dos.

—No perderás a tu hija por salir con otra mujer. Te acostabas con una diferente cada día, no entiendo por qué esto sería peor.

—Será peor para ella porque entenderá que esto es algo serio, que estamos en una relación fija. Creo que sospecha algo.

—No puede, fuimos cuidadosos. No me ha visto en tu casa, no te preocupes. Siempre me he ido al amanecer, como planificamos.

—Pero aquella vez que te quedaste... oí a alguien fuera del cuarto —murmuró mi padre—. Y la puerta estaba casi abierta.

—Estabas conmigo debajo de ti y le sería imposible verme por el pequeño hueco de la puerta —le explicó ella—. Dudo mucho, en serio, que nos haya descubierto.

—Debería preguntarle.

—Has lo que quieras; pero yo quiero que se los digas. No me gusta andar a hurtadillas por tu casa cuando están ellos presentes como si no debiera estar aquí. Se siente feo.

—Tú tranquila —le suspiró él—, pronto les diré. Lo prometo.


Esperé a la reacción de mi hermana. Su cara estaba tan blanca como un papel y su boca había formado una O perfecta. Si ella no se la podía creer, yo menos. Y eso que había sido testigo.

—No...

—Sí —confirmé—, papá está saliendo con su ex secretaria.

—¡Hace meses! —Añadió— ¿No sabes si dijo cuántos exactamente?

—Todo lo que te dije es lo que sé. Pero Allie, no puedes reprocharle nada.

—¿Por qué no? —frunció el ceño, enfadada. Sabía que reaccionaría así y que lo primero que haría sería querer estallar en la cara de Mason con la verdad.

—Porque A) papá no sabe que estaba en casa, yo me meteré en un problema y de verdad no quiero eso. Y B), dijo que nos lo diría en su debido tiempo, así que confía en eso.

—No puedo quedarme cruzada de brazos mientras veo cómo nos miente a la cara.

—Técnicamente nos está ocultando algo.

—Es otra forma de mentir, no me hagas discutir contigo cuando estoy enojada con él —señaló con su dedo.

—Sólo estoy diciendo que podemos ser más astutos. Meterle prisa, pero indirectamente.

—¿Cómo haríamos eso?

—Tengo ideas; pero te las diré luego. Mason debe estar preocupándose por nosotros, Zack y Ethan han llegado antes.

Allison asintió con la cabeza y desabrochó el cinturón de seguridad. Ella y yo tendríamos que ser cuidadosos, más ella, para simular que seguimos sin saber nada. Esperaba que resultara bien conociendo la mala suerte de Allison y su actitud; sin mencionar su bocaza que le ha dado tantos castigos en el instituto.

Tenía planes. Planes para hacer hablar a Mason de una vez, y lo único que podía esperar es que saliera todo bien.

Y que mi hermana menor colaborara con esto.

Yo no fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora