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Literalmente salimos corriendo de la institución como si un demonio nos persiguiera, sin importarme dejar a Lexie totalmente confundida y desorientada con su postre de chocolate en manos en la mitad de la cafetería. Yo solamente quería presenciar el drama.

Zack se unió a nuestra causa apenas nos vio huir del edificio, y no vacilé en preguntar:

—¿Cómo lo saben?

—Cooper no asistió a clases hoy. Monique llegó y se encontró con Trisha en la cocina. Ahora saca conclusiones por tu cuenta; ya sabes que Coop prefiere ver problemas dramáticos en la vida real que en la televisión donde todo está preparado de antemano.

Rodé los ojos mientras me montaba en la parte trasera de la motocicleta de Zack.

—¿Qué crees que esté haciendo Monique ahora mismo? —pregunté por curiosidad, aferrándome a la cintura de mi hermano mayor.

—Despotricando, gritando y enfureciéndose. Seguramente rompió un florero o dos de la rabia, pero tendrá que superarlo. Se lo merece, después de cómo nos trataba cuando Mason no estaba presente.

Asentí con la cabeza. Monique no entraba en la lista de mis personas favoritas en toda la Tierra, claramente, así que no me importaba en lo más mínimo como se encontrara. No podía sentir lástima por ella después de cómo se comunicaba conmigo y mis hermanos; maldita Cruela.

Ethan conducía a nuestro lado en su propia moto, con el casco puesto, y la sonrisa en su cara no se le borraba por ninguna razón. Parecía algo satisfecho y feliz, no entendía el motivo exactamente, pero me obligué a recordar averiguar por qué más tarde.

Llegamos a nuestro hogar familiar —o algo así—, y rápidamente mis hermanos se deshicieron de sus cascos y vehículos. Corrí hasta la entrada, abriendo la puerta principal de un empujón, y llegué a la sala de estar con mis hermanos mayores pisándome los talones. Literalmente, me habían quitado una zapatilla en el camino al pisarme, así que no sabía si era igual de incómodo o peor que la vez que Connor y Cooper ataron mi ropa a los tobillos; ambos infelices tuvieron que lavar toda mi ropa y comprarme dos blusas nuevas... Así que no podía quejarme mucho, saqué ventaja de ello de todas formas.

—¿Qué está...? —La voz de Mason se escuchó por toda la sala cuando nos vio— ¿Qué carajos hacen los tres aquí? ¡Tendrían que estar en el colegio!

Uy sí, de verdad era un momento incómodo e inoportuno para aparecerse. Papá nunca empleaba palabrotas frente a nosotros, así que esto era serio... Y grande, algo muy grande.

—Clausuraron la escuela por las ranas disecadas del laboratorio —mentí—, se escaparon.

Sólo un tonto podría creerse semejante estupidez.

—¿De verdad? —Cooper se puso de pie del sofá. Hasta ahora no lo había visto— ¿Y yo me lo perdí? Mierda, nunca falto a la escuela y cuando lo hago hasta pueden aprender cómo desactivar una bomba y ponerlo en práctica desde Narnia.

Bien, me corrijo: sólo un tonto, y Cooper, pueden creerse semejante estupidez.

Ethan chocó la palma de su mano contra su frente, preguntándose cómo nuestro hermano podía ser tan estúpido, cómo tanta idiotez podía caber dentro de él.

Y lo sabía porque yo también estaba preguntándome lo mismo.

—¿Por qué se fugaron? —Trisha insistió.

—Queríamos ver el drama —me encogí de hombros.

—No ayudes más, Allison —Zack me calló entre dientes.

Yo no fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora