—Estúpido baile.
—Deja de maldecir y entra ahora mismo en ese vestido —exigió Trisha.
—¿Por qué tengo que ir? —me quejé.
—Porque le dijiste que sí a Connor. Ponte ese vestido inmediatamente.
—Mamá —lloriqueé—. No quiero, ¿puedo quedarme aquí a tu lado mientras comemos pizza y helado?
—Por mucho que quiera aumentar unos kilos contigo hoy en la noche, y por mucho que quiera llorar de risa con comedias hasta el amanecer, tú ya aceptaste ir a ese baile.
—Estúpido baile —repetí, resignándome.
—¿Connor no te prometió que sería una linda noche?
—¡Eso no asegura que lo sea para mí! Quizá sí para él, pero ¿recuerdas que soy la desgraciada Donnovan?
—Date una oportunidad, por favor.
—No.
—Muy bien. Allison Marguerite Donnovan, entra ya en ese vestido que me costó mucho dinero y ve a ese estúpido baile. Es una orden. Te divertirás, reirás y bailarás. No puedes contradecirme.
Separé los labios ante la autoridad de su voz.
No se había puesto tan seria desde... Bueno, para qué mentir: siempre se ponía seria conmigo porque siempre causaba problemas.
Pero esta vez parecía ser diferente.
—Per...
—¡Sin peros, ni objeciones! Anda, vístete. Luego te maquillo.
—No quiero...
—¡Sh! —interrumpió nuevamente, saliendo de mi cuarto.
Bufé cuando cerró la puerta. Me estaba arrepintiendo de haberle dicho que sí a Connor; justo ahora yo podría estar encargando una pizza echada en el sofá con la televisión de fondo.
Miré el vestido que Trisha me había comprado en Ladies semanas atrás. En realidad, era bonito. No lo recordaba tan lindo la última vez.
Suspiré profundamente y lo tomé entre mis manos. La tela era tan suave como aparentaba, y parecía cómodo de vestir.
No perdí más tiempo; eso no serviría de nada. Además, si Connor llegaba, no quería dejarlo plantado después de todo lo que sucedió entre nosotros los últimos días.
Al tener el vestido turquesa sobre mi cuerpo, sentí cómo se ajustaba a mi figura personal. Ladeé la cabeza frente al espejo, algo inconforme conmigo misma.
—Oh, cielos —Trisha entró al cuarto—. Te ves...
—¿Extraña?
—Iba a decir preciosa. Seguro que con esto, Connor ya caería rendido a tus pies definitivamente.
Él caería a los pies de cualquiera que tuviera poca ropa. Yo sólo estaba usando ropa interior y este maldito vestido, así que el argumento valía.
—Pero no podrá —añadió—, porque todavía falta peinarte y maquillarte. Ven aquí.
Entonces me entregué a las manos expertas —creo— de mi madre. Esperaba que esto no saliera mal entre tantas otras cosas de mi vida.
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Yo no fui
Teen FictionAllison Donnovan es conocida por causar problemas desde que es pequeña. Teniendo cinco años hizo explotar el microondas de su cocina. A los ocho años, incendió el baño de su casa. A la edad de diez, hizo que toda su ropa cayera por el desagüe de su...