Abrí la puerta principal después de haberme vestido por completo, y Connor también. Mi maldito e inoportuno hermanito mayor estaba allí.
—¿Qué diablos haces aquí, Coop? —fruncí el ceño, totalmente enfadada por haber interrumpido nuestro... momento con Connor.
Él se adentró a la casa de Trisha, y se sacudió los pantalones por simplemente jugar con sus manos.
—Tú me pediste que viniera.
—No, no lo hice.
—Sí, lo hiciste, Allison —ahora él fue el confundido—. No estaría aquí de lo contrario.
Comencé a tratar de recordar, caminando hacia atrás y mirando el sofá en donde casi nos acostábamos con Connor antes de que viniera Cooper. Pestañeé y volví sobre mis pasos.
—¿Qué haces? —mi hermano se encontraba tan desconcertado como mi novio-tutor.
—Vuelvo sobre mis pasos. No recuerdo haberte llamado.
—Allison —Connor soltó una risotada—, eso es para cuando extravías algo. Vuelves sobre tus pasos para saber dónde lo dejaste, y no es tan literal.
—Es la única manera en que recordaré haber llamado a Coop —comenté, caminando hacia mi habitación de espaldas.
—No me llamaste. Me enviaste un texto, me dijiste que no querías que te escuchara estornudar porque daba mala suerte. Una muy mala excusa considerando que tú eres la mala suerte en general, personificada.
—Mentí, simplemente no quería escuchar tu voz a esas horas de la mañana.
—Qué buena hermanita eres —Coop rodó los ojos.
—¡Ya recuerdo! —corrí hasta mi cuarto y salté sobre la cama, rebotando en el colchón. Los dos hombres en mi casa no tuvieron más opción que seguirme hasta mi cuarto. Cuando Cooper fue el primero en entrar, le dije— Te envié el mensaje para que vinieras.
—Y estoy aquí ahora —puso los ojos—, y no sé por qué todavía.
—Oh —me puse de pie—, ¡también recuerdo eso! Casi se me olvida.
—Por un pelito, All —se burló Connor.
—Calla —interrumpí—. Coop, tengo que hablarte de algo de mamá.
—Adelante.
Me relamí los labios, porque no esperaba que Connor se ofreciera a sí mismo a marcharse para que yo pudiera hablar con mi hermano en privado. Sabía que él no lo haría, sencillamente porque era muy estúpido haberlo llamado a él al mismo tiempo que a mi hermano para que vinieran ambos a mi casa.
—Está en un lugar, y seguramente con papá. Oí su conversación telefónica.
—¿Y qué pretendes hacer?
—Jugar a los espías como hacíamos de pequeños —sonreí con malicia.
—¿Tan resfriada como estás ahora? —Connor alzó las cejas, asombrado.
—Sí. Necesito saberlo de una vez por todas y tenemos la oportunidad en frente de nuestros ojos. No pienso resignarme al resfriado. Averiguaré qué hay de nuevo entre Mason y Trisha hoy. A menos que papá esté en casa, no creo que haya otra explicación.
—No está —negó con la cabeza—. Nos dejó al cuidado de Monique, como si fuéramos niños de nuevo.
—Ugh —me quejé—. Creo que papá la trajo para que sea nuestra niñera más que una madrastra. Maldita Cruela.
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Yo no fui
Teen FictionAllison Donnovan es conocida por causar problemas desde que es pequeña. Teniendo cinco años hizo explotar el microondas de su cocina. A los ocho años, incendió el baño de su casa. A la edad de diez, hizo que toda su ropa cayera por el desagüe de su...