Yo no fui

68

CONNOR

—Bien, All —tomé un sorbo de la bebida—, ¿de qué quieres hablar?

—Esto... sí —se relamió los labios e inspiró—. Lo que sucedió allá, en la... la rueda de la fortuna...

—¿Estás nerviosa por algo? —arqueé una ceja. Nunca la había visto titubear.

—Connor, no quiero decírselo a Warren todavía —suspiró; y luego bebió de su vaso.

—Pues no se lo digas —me encogí de hombros—, será tu decisión, no tengo nada que ver con ello. No veo cuál es el problema en todo esto.

—No es literalmente eso. Quiero decir —bebió más Coca-Cola—, no quiero que se entere.

—Me extrañan tus palabras —fruncí el ceño—, es tu mejor amigo.

—Se lo diré —asintió—, pero no ahora. Con esto me refiero a que no... A que no quiero que nos vea tan juntos como estábamos en el juego. Esa es la cuestión.

—No estarás diciendo lo que estoy pensando, ¿cierto?

—Lo siento —hizo una mueca.

—No —negué con la cabeza—, yo lo siento. No puedo creer lo que me estás diciendo, All, ¿tú piensas que puedo olvidarme de nuestro beso increíblemente inmemorable así como así, sólo porque tú me lo estás pidiendo para proteger a Willow? No. Ni hablar. No hay ninguna jodida manera en que acepte hacerlo.

Es que era así: de ningún modo podría acatar a esa petición. No había ningún método a mi alcance para hacerlo; ¿y ella creía que lo haría? No quiero que malinterpreten, quiero muchísimo a Allison, pero a veces simplemente lo que dice no tiene sentido para nadie.

—No puedes retrasar lo inevitable, Allison —mascullé—. Si Warren no se entera por ti, de alguna maldita manera lo hará. Y será peor, créeme.

—Tú ni lo pienses —sentenció con voz grave—. Connor Adams, ni pienses en decírselo a mis espaldas.

—No me refería a ello, Donnovan. Sólo... se dará cuenta, eso es lo que estoy diciendo. Las mentiras tienen patas cortas.

—Tenemos que mantener una distancia razonable para que no lo sepa; no todavía.

—¿No lo entiendes aún? ¡Allison, no puedo estar lejos de ti! ¡Me vuelve loco! Lo que me estás pidiendo es estúpido, sobre todo después de que nos besamos. ¿Cómo pretendes que, queriéndote como lo hago justo ahora, obedezca esta decisión sin sentido tuya? ¿Cómo crees que me siento al escuchar todo esto? Puedo no quererte tan intensamente como lo hacen los personajes de novelas famosas, pero mi forma de quererte no varía demasiado de ellas. Te quiero Allison, ¿por qué no puedes verlo?