CONNOR
Al salir del gimnasio, dejando a Allie toda confundida, me dirigí especialmente a las duchas. Luego del entrenamiento era lo que más necesitaba con urgencia.
En los vestidores me encontré con mis compañeros, yendo y viniendo con toallas anudadas a sus cinturas, dentro de las duchas o ya quitándose la ropa. Algunos se encontraban platicando entre sí sobre los próximos partidos de fútbol americano, lo que harían en el siguiente fin de semana o con qué chica se habían acostado ayer. Daba igual, tampoco me interesaba.
Cuando fue mi turno, entré sin objetar. Dejé que el agua rociara mi cuerpo, enjaboné cada parte de él y lavé mi cabello. Terminé a los diez minutos con una toalla nueva colgando de mis caderas.
Para cuando salí de la ducha, vi a Trixie hablando con un chico que creo que se llamaba Blake. Bueno, no estaba charlando, veía la intención siempre presente en los ojos de una Dowell.
Ella enredó un mechón de su pelo en el dedo índice mientras sonreía, coqueteando. Sip, esos dos se acostarían hoy, confirmado.
Pero si Trixie estaba aquí, entonces las otras dos hermanas andarían cerca.
Nunca se distancian.
Y lo supe en cuanto Roxie se acercó a mí.
—Hey, Connor —murmuró sensual.
—No preguntaré por qué tú y tus hermanas están aquí, Rox, porque ya lo sé —respondí en cambio.
—¿De verdad? —Arqueó su delgada ceja rubia— De acuerdo, entonces, ¿por qué estamos aquí?
—En términos... pues, adecuados creo, de cacería.
Ella rió.
—Aciertas, entonces.
—Bien por mí —me encogí de hombros mientras tomaba mi bóxer.
Roxie bufó al darse cuenta de lo que trataba de demostrar.
—¿Por qué no?
—No se me apetece ahora, Roxie.
—Siempre se te apetece —objetó seria—. Y nunca me rechazaste antes.
—Dije que no ahora.
—¿Qué te pasa? Estás muy extraño últimamente.
—¿En qué sentido? —me puse los jeans mientras fruncía el ceño.
No me equivoqué al pensar que Roxie desviaría la vista a mi torso desnudo; porque eso mismo hizo.
—En el único sentido que la palabra extraño pueda interpretarse. Ya no eres el mismo; y creo saber por qué.
—Bien, entonces dímelo. Tengo tiempo.
—Que podrías implementar en otra cosa, conmigo —ronroneó, alargando una mano para tocarme el pecho.
Automáticamente, y antes de perder el control, retiré su contacto de mi piel.
—No evadas el tema. Habla.
—Estás extraño desde que comenzaste a darle la tutoría a la desafortunada Allison.
—Se llama Allison —protesté—, y eso es mentira.
—¿Ves? La defiendes, Connor.
—¿El hecho de que la llame por su nombre es señal de que la estoy defiendo? No entiendo, yo a ti te digo Roxie y a Peter, Peter.
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Yo no fui
Teen FictionAllison Donnovan es conocida por causar problemas desde que es pequeña. Teniendo cinco años hizo explotar el microondas de su cocina. A los ocho años, incendió el baño de su casa. A la edad de diez, hizo que toda su ropa cayera por el desagüe de su...