Yo no fui

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ALLISON

¿Cómo pudo? De verdad, ¿cómo pudo hacerme esto? Sabiendo que estamos tratando de sobrellevar una relación, ¿se atreve a acostarse con alguien más a mis espaldas? ¿Y encima que aquella persona fuera Lexie? ¿Era una broma?

—¿All? —susurró, frunciendo el ceño.

—No te hagas el idiota. ¿Cómo... te atreviste?

Él miró a Lexie, me miró a mí, volvió a ver a esa Barbie y después reparó en su camisa.

—Oh no, no, no, no es lo que crees, de verdad.

—¿Y qué es lo que creo? Lo veo muy claro, Adams. Te acostaste con ella.

—Creo que ya la cagaste —susurró Lexie a Connor. Luego se dirigió a mí—. Allison, si me permites decirte qué...

—No. No quiero tu opinión de nada. Evita cuanto puedas interactuar conmigo de cualquier manera.

—Creo que te mereces una explicación por mi parte, esto fue idea mía.

—¡¿Y TÚ HAS ACEPTADO TAN SENCILLAMENTE?! —le grité a Connor, sintiendo la rabia extendiéndose por todo mi organismo.

—¡QUE NO ES LO QUE CREES, MIERDA!

—No nos acostamos, Allison —Lexie era la única que mantenía su tono de voz apaciguado.

—Oh, ¿y entonces por qué van tan desarreglados? No tiene otra explicación. Connor, tú...

—Antes de que digas nada, es verdad: no tuvimos sexo. De hecho no me acuesto con nadie desde... —se mordió el labio antes de decir más— Desde hace tiempo. Esto es un plan para hacerles creer a Trixie y Jake que sí lo hicimos cuando en realidad ni siquiera nos hemos tocado un pelo.

Habló demasiado deprisa porque tenía miedo de que saliera corriendo.

En realidad, estaba a punto de hacerlo, pero su confesión me dejó paralizada en el suelo.

—¿Y por qué harían algo así? —murmuré.

—Porque son dos bastardos súper pesados que necesitan callarse —contestó Lexie—. De verdad, nada pasó entre nosotros. Lo juro. Yo no... Yo tengo códigos, no me metería con el novio de otra chica.

El aire se atascó en mi garganta.

—No somos...

—Tranquila —susurró—, guardaré el secreto.

—Pero no somos...

Lexie giró sobre sus botas de tacón y se marchó simplemente.

—No somos novios —susurré al aire.

—No oficialmente, si quieres reparar en tecnicismos —contestó él también en un susurro—. Eso que acabaste de hacer... ¿fue una escena de celos?

—Estaba lejos de ser una escena de celos. Fue simplemente... un altibajo. Me tomaste desprevenida.

—Ya, siendo serios —asintió—. Dime qué pasó.

—Creí... creí que tú y ella... Me sentí traicionada, eso es todo.

—No te traicionaría nunca. Eres demasiado importante para perderte ahora que finalmente te tengo.

—Quizá ir al baile sea una mala idea.

—¿Por qué lo dices?

Suspiré, recordándome que no me importaba lo que los demás dijeran de mí.