Capítulo 1

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Estábamos acostados mirando el cielo lleno de estrellas.
En ocasiones a Jeiron le gustaba conducir fuera de la ciudad, sólo para regalarme el cielo. Y a mí me encantaba que lo hiciera porque yo amaba mirar las estrellas, hacerlo era como un momento mágico, todo desaparecía, en ese momento solo éramos Jeiron, yo y un cielo lleno de brillantes estrellas, era perfecto.

—Es una estrella fugaz — Dijo mientras señalaba. —pide un deseo. — Susurró y después me dio un breve beso en la frente.

Y pedí un deseo, pedí estar siempre con él, pedí que mi vida estuviera llena de momentos como ese.

— ¿Qué pediste?

—Un deseo no se cuenta. —Dije negando con la cabeza.

—Ya dime que pediste. —Dijo y comenzó a hacerme cosquillas.

—Para. —grité mientras hacía todo lo posible para dejar de reírme.

— ¿me lo dirás? — Dijo se colocó encima de mí u acarició mi rostro.

—Si.

— ¿Cuál fue tú deseo?

—Estar siempre a tú lado.  —respondí.

— ¿Siempre? —Cuestionó.

— Siempre.

Nos estuvimos besando por un momento, hasta que escuché mi celular sonar.
Me aparté de él y le respondí a mi madre.

—Ya es tarde, regresa. — la escuché decir casi en un grito.

— Si ya voy.

—De acuerdo. —Dijo y después colgó.

Jeiron se apartó de mi cuerpo y se sentó a mi lado.

— Nos tenemos que ir. —Dije y me recargué en su hombro.

—Tu madre siempre arruina nuestros momentos románticos, en ocasiones pienso que nos tiene vigilados. — Dijo y después se rio.

—No seas dramático. —Dije.

—De acuerdo, vámonos.

Jeiron se levantó y después estiró su mano para ayudarme a parar.

—Dame tu mano.

Y cuándo se la di me sentí la persona más afortunada y feliz del mundo.
Estaba completamente segura de que, con él a mi lado, nada malo me pasaría y todo absolutamente todo estaría bien. Tenía un buen presentimiento sobre esa relación, sentía que duraría para siempre.

Caminamos hasta él auto, me abrió la puerta y después de que el entró colocamos música y comenzamos a cantar, cuando comenzó a sonar su canción favorita. la repetimos cerca de tres veces, sentía que esa canción estaba por volverse también mi canción favorita

Y él la cantaba con su voz perfecta mientras yo intentaba cantar.

Cuando llegamos a mi casa me despedí de él con un beso en la boca y él me besó en la frente.
Bajé del auto, me di la media vuelta para decirle adiós y caminé hacia la puerta.
Estuve tocando el timbre más de tres veces mientras volteaba a ver a Jeiron que había salido del auto y en ese momento se encontraba fumando un cigarro.

—Vas a descomponer el timbre. —Dijo mi hermana cuando abrió la puerta.

— ¿por qué no abrías pronto?

— No quería y deberías cargar tus llaves.

Después movió la mano saludando a Jeiron, yo le mande un beso y sonreí cuando hizo lo mismo.

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