Evan fue por mí a la florería, me llevó a comer y después fuimos al apartamento.
―Creo que ya te voy a traer a vivir conmigo. ―Dijo en cuanto encendió la luz.
Negué en cuanto lo escuché decir eso y caminé a la cocina a tomar un vaso con agua, al darme la vuelta miré a Evan que ya se había quitado la camisa, caminé a sus brazos y le di un beso, miramos películas por un tiempo hasta que salió de la habitación y fue a bañarse. Me quedé en la cama y después cambié las sabanas, ya que estaban manchadas y Evan ni siquiera las había cambiado. En cuanto entró a la habitación sonreí porque ya había llegado y me hacía feliz verlo, se vistió con un short y se acostó a mi lado.
Encendió un cigarro de marihuana y después de fumar un poco, me lo dio.
―Cuando sea un adulto de bien para la sociedad, como dice mi padre, abriré un centro de rehabilitación para ayudar a personas con problemas de droga.
Me burlé, porque creí que lo había dicho de broma.
― ¿Les darás un crédito para que lo usen con el Griego?
Me miró con enfado y después comenzó a reírse.
―La idea era otra, pero esa es mucho mejor.
― ¿Estabas hablando en serio?
― ¿Tú que crees?
―Siento haber sido grosera. ―Dije arrepentida.
-Randy también dijo eso.
Me di cuenta que Evan si quería sanar, pero que tal vez ese no era momento.
Estuve mirando el humo que salía de su boca y me reí al mirar las figuras extrañas que formaba, que no pude evitar acordarme de la película de Dumbo.
―Evancito, haz un corazón con el humo.
―Que idiota eres, hazlo tú.
Tomé el cigarro y le di unas caladas.
―Listo. ―Dije.
―No hubo ningún corazón, princesa.
― ¿No lo viste?, Que tonto.
Me pegó más a su cuerpo y me dio un abrazo, levanté la mirada para verlo, seguía pensando que era perfecto e inclusive lo miraba más, me miró y sonrió.
―Vamos ir a pasar navidad a la casa de mi abuela, ese es el único lugar al que no he llevado a nadie, ¿Qué dices? Falta menos de dos semanas, así que no se te vaya a olvidar.
Acepté emocionada, me sentí afortunada de que por primera vez iba a ser la primera en algo, le di un beso cerca de la boca y él me dio uno en la mejilla. Me puse de pie y miré la hora, el tiempo pasaba demasiado rápido cuando estaba con él. Busqué mi celular y miré varias llamadas de Marinna.
―Me tengo que ir.
―No te vayas, quédate conmigo siempre. ―Guiñó el ojo.
Pensé un poco, quería quedarme con él, pero no quería tener problemas con Marinna. Era una decisión difícil, mordí mis uñas y me senté en la silla. Estaba dibujando círculos en mi pantalón con el dedo y cuando levanté la vista, me di cuenta que Evan estaba mirándome parecía preocupado y enojado. Creí que se había molestado porque no quería quedarme con él.
― ¿Qué te pasa?
Cruzó los brazos y encendió otro cigarro.
―Ya te arrastre a mi mierda, pero te voy a sacar.
Me quedé callada y mirándolo sin saber que decir, opinaba que eso no era cierto, yo lo había decidido y no era justo que él tomara una culpa que no era suya. También pensaba que no era algo tan grave como para ponerse así, sólo lo había hecho pocas veces, no era una adicta. Así que no le di importancia.
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ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020