Capítulo 56

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Por primera vez después de tanto tiempo, entre a una iglesia, buscando ayuda en el ser más poderoso del universo, pero no sentí consuelo aun ahí me seguí sintiendo sola, minutos después salí, las palabras que Evan había dicho resonaban en mi mente, su mirada estaba presente, había sido demasiado cruel y aun así quería seguir estando con él, pensé en ir a la casa de Lidia, pero luego me acordé que su madre ya no me quería cerca de ella, no quería causarle problemas, no quería causar problemas en ningún lugar así que no supe a donde ir. Mi cuerpo seguía temblando, cuando me detuve, miré el poco dinero que había en mi cartera y decidí caminar un poco y encontrar un hotel para esperar la noche. Aunque realmente deseé no volver a despertar para ya no volver a sufrir.

Me detuve mientras observaba una fotografía de Evan e ignoraba su llamada, él había ignorado mi amor, el simple hecho de que yo ignorara una llamada ya no tenía importancia. Ya todo había dejado de tener importancia y nunca debió de haberla tenido, nunca debí de haber dejado que me destruyera de todas las maneras que él quisiera.

Juré que jamás iba a regresar, tenía que rescatar un poco de mi dignidad de donde sea que se haya ido, aunque no sabía cómo le iba hacer, sentí que llevaba tanto tiempo sin respetarla que no iba a querer regresar conmigo. Todo tiene un límite, todo tiene un principio y un fin y el amor que sentía por él ya había muerto, ya no me iba a dejar humillar, ya no le iba a suplicar nunca más aunque eso era lo que quería hacer.

Y después de caminar un poco, me detuve enfrente de un colegio cuando los estudiante estaban saliendo, imaginé a una chica con uniforme escolar tomada de la mano del quien fue su primer amor, una chica que jamás había conocido lo que era sentir un corazón roto a causa de un chico, tiempo después lo supo y a su corazón le gusto tanto sentirse así que siguió enamorándose sin importarle el fin. me sentí mal por seguir construyendo sueños junto con personas que un día los iban a terminar rompiendo, la imagen se desvaneció y regrese a la realidad, la chica ya estaba tan jodidamente rota a causa de ese sentimiento que ella llamaba amor, que tal vez nunca se iba a poder recuperar. Sentí lastima por ella, no entendía cómo era posible que le encantara seguir arruinando su vida, definitivamente algo no estaba bien con ella y lo tenía que arreglar aunque no sabía por dónde comenzar.

Encontré un hotel, tuve que fingir una sonrisa a la chica de recepción y después de eso subí a la habitación, me deje caer en la cama y abrí la botella que había pasado a comprar.

Pensé en ir a la fiesta de Diane, pero ese era el primer lugar al que Evan iba ir a buscarme, no porque me quisiera si no porque estaba segura que aún no había terminado conmigo. Le hice una llamada le deseé un feliz cumpleaños y me disculpé porque no iba a estar presente.

Tal vez dormí por un tiempo, soñé con él, y desperté de inmediato porque sabía que él no estaba soñando conmigo, abrí nuestra conversación y leí los mensajes, me sentí mal por no haberme dado cuenta que todo eso era mentira, que todo el amor que decía tener por mí nunca había existido y tal vez nunca iba a existir, observé el resto de la botella bebí un poco mientras deseaba que el recuerdo de Evan se desvaneciera, quería que desapareciera por completo, pero eso era imposible por momentos me olvidaba de mí, pero no de él.

Miraba las fotografías que teníamos juntos las seleccioné para borrarlas, pero no lo hice, sólo quería borrarlo de mi corazón y sabía que de ahí nunca lo iba a poder lograr.

Desperté con un terrible dolor de cabeza, al observar el celular me di cuenta que tenía demasiadas llamadas de él y que debí de haberlo apagado para no recibirlas, me deje caer en la cama mientras sentía que estaba girando alrededor de la maldita habitación, miré la botella que estaba casi vacía y de inmediato la levanté para terminar de beber. Segundos después me di cuenta que si seguía bebiendo de esa manera, el amor hacia Evan no iba a desaparecer, pero tal vez yo sí y entonces decidí ponerme de pie e ir a comprar otra botella, caminé hacia el baño y lavé mi cara. Hice un gesto de desagrado al mirar mi apariencia, pero todo lo que estaba pasando me lo merecía por haber sido tan estúpida y haberme quedado, cuando él lo único que quería era alejarme. No sabía porque me había portado de esa manera conmigo misma, me sentía la más grande estúpida del universo.

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