―Realmente no tenía intenciones de que entraras a mi corazón, pero estoy completamente agradecido de que lo hicieras. Gracias por darme tu amor. ―Comentó. ―Aunque no me creas, aunque no lo parezca, mi corazón y alma están jodidamente obsesionados contigo. Te amo, Eily, créeme que lo hago.
Estaba recostada en su pecho, cada que me encontraba de esa manera con él, sentía que todo el dolor y todo lo malo que había en mi vida desaparecía. La calma que sentía cuando estaba cerca de él, era demasiado agradable. Me sentía protegida, sentía que sus brazos eran el único lugar al cual pertenecía.
― ¿de verdad? ¿De verdad estás agradecido de que una persona como yo esté en tu vida?
―Sí, si no lo hubieras hecho en estos momentos probablemente ya estuviera muerto y... ―Me observó por algunos segundos con un poco de enfado en su mirada.
Lo miré un poco sorprendida mientras intentaba comprender que era lo que había sucedido.
―Y a ti sólo el diablo sabe quién mierda te estaría cogiendo, sólo de imaginarlo me dio un puto coraje Eileen. ―Dijo con tono de enfado mientras me observaba.
Sonreí un poco mientras lo miraba, cuando fingía un poco de enfado era encantador y quizás hasta tierno, pero cuando su enfado era verdadero, estaba segura que el diablo salía corriendo para esconderse en un búnker.
―Saca el cuaderno. ―Dijo mientras se movía con intenciones de levantarse.
Me aparté de él y tomé mi mochila, me había pedido que llevara un cuaderno, pero no me había dicho para que por un momento, pensé que me iba a pintar, tenía mucho tiempo que no pintaba un cuadro mío.
― ¿quieres una manzana? ―Cuestioné.
― ¿no está envenenada?
― ¿crees que tengo razones para terminar con tu vida?
―Sí, demasiadas Eileen.
Abrí la boca en señal de asombro, no podía creer que me considerara una asesina, eso era demasiado
―Pero no quiero hacerlo porque tu muerte sería como un suicidio para mí, así que no está envenenada, cometela.
― ¿la manzana o que otra cosa?
―Evan. ―Exclamé.
―Me encantas, mujer. ―Dijo después de dar un par de mordidas a la manzana. ― ¿no se te antoja? Estoy hablando de la manzana Eily, así que no hagas esa cara.
― ¿Cuál cara?
― ¿Cuál cara? ―Me imitó. ―Ahora que si se te antoja algo más que la manzana, dímelo cariño.
― ¿de verdad quieres que te lo diga?
―Claro, estoy dispuesto a complacer a la madre de mi segundo hijo en todos sus antojos, mientras no sea un tipo, claro.
Había decidido seguir con el embarazo, tal vez era algo demasiado irresponsable, pero pensé que Evan se iba a sentir mal si no lo tenía y realmente yo quería ser la madre de un bebé que cuyos ojos se parecieran a los de Evan, sentí que en esos meses todo iba a cambiar, ya todo estaba mejorando, todo iba a hacer perfecto para cuando él llegara a este mundo.
― ¿Qué se te antoja, Eily? ―Preguntó.
―Unos ruffles... con Nutella.
―qué asco. ―Comentó Evan haciendo una cara de disgusto.
―Oye no te burles. ―Dije.
―Está bien, cuando regresemos te los compro. Dame la libreta.
Tomé el cuaderno y se lo di de inmediato
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ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020