Era como si Uriel hubiese muerto el mismo día que Tadeo, habían pasado cuatro días desde la muerte de él y Uriel no había dado noticias de vida, me sentía mal por eso, sabía que la estaba pasando terriblemente mal y lo peor de eso era que probablemente se encontraba sólo, deseaba que hiciera una llamada para que dejara de sentirme preocupada si hubiera hecho una llamada y hubiera dicho donde se encontraba probablemente yo hubiera ido a buscarlo.
Me detuve en cuanto miré a la hermanas de Tadeo paseando el perro que un día había sido de él, cuando estuve cerca de ellas, pude mirar en su rostro preocupación y dolor. Comencé a enfadarme con Uriel por desaparecer y estar haciendo sufrir de esa manera a las personas que lo querían, entonces llegue a la conclusión de que jamás iba a volver a huir. Me detuve cuando sentí que alguien toco mi hombro, volteé de inmediato y me aparte en cuanto miré al Griego.
Levantó la ceja y quitó el cigarro que llevaba en mi boca, lo hizo de una manera tan rápida que no me dió tiempo de evitarlo.
―Eres un terrible ejemplo para la sociedad. ―Comento mientras daba una calada y lo tiraba.
Hice una expresión de enfado al mirar como aplastaba mi cigarro con su zapato, a mí me había costado robárselos a Evan no a él. Tuve deseos de golpearlo por eso.
―Tú eres más hijo de puta.
Estaba enfadada con él por lo que había escuchado que le dijo a Roland cuando me tenía de rehén. Realmente no tenia deseos de mirarlo, no entendía como era capaz de pararse enfrente de mí aún después de lo que había hecho.
― ¿Quién te enseño a ser tan grosera? ay que pregunta tan estúpida eso se lo debo al noviecito que tienes, te has vuelto todo lo que él ha querido crear, eres como una muñeca que arreglo sólo para utilizarla como se le dé su puta gana, ¿acaso no te cansas de ser utilizada? ¿Quieres que te diga algo?
― ¿Qué? ―Cuestioné.
―Las muñecas en algún momento se terminan rompiendo o se les termina metiendo el demonio y cuando eso sucede terminan en una maldita vitrina y cuando se rompen si no las puedes arreglar terminan siendo tiradas a la puta basura y olvidadas completamente maltratadas. ¿Qué crees que te vaya a suceder a ti? ¿Cuál crees que sea el destino que tu amado Evan tenga para ti? ―Dijo con una enorme sonrisa en su rostro.
―No te preocupes por mi destino, preocúpate por el tuyo que estoy segura que será una verdadera mierda. ―Dije mientras sacaba otro cigarrillo y lo llevaba a la boca.
―No, porque a diferencia de ti yo no he dejado que los demás me hagan como se les de su puta gana. ―Dijo con desprecio. ―Evan te utiliza como se le da su maldita gana y aun sigues con él, ¿no conoces la dignidad mujer?
No entendía porque de un momento a otro había sido más desagradable que los días anteriores.
―Vete a la mierda. ―Dije empujándolo.
― ¿Vas a ver a Evan? ¿Me llevas? creo que hacia allá te diriges.
―Déjalo en paz.
―En estos momentos es de lo que menos tengo deseos.
― ¿ahora que mierda te sucede?
―Nada, sólo quiero ir a verlo y pedirle que me inyecte, ¿o puedes hacerlo tú? creo que tú eres demasiado buena en eso, dices: ''quiero que mi amor Evan cambie'' y lo único que haces es meterle la maldita aguja en sus venas ni la puta de Selene había sido así con él.
―Él me obligaba a hacerlo.
― ¿te amenaza?
―No, pero le tengo miedo cuando se encuentra de esa manera. ―Confesé
ESTÁS LEYENDO
ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020