Capítulo 58

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Cuando la persona que sabía mi nombre se dio cuenta que Evan se estaba acercando, se dio la media vuelta y se marchó. Me levanté de inmediato, yo no necesitaba ayuda y podía levantarme sola. Caminé para seguir alejándome de Evan, no quería regresar y seguir escuchando palabras que no me gustaban escuchar, pero no avancé rápido él me detuvo. Lo miré a los ojos y le pedí que me soltara del brazo, pero no lo hizo. Estaba destrozada, pero ya no quería volver a estar cerca de él, ya no quería volverá a sentirme de esa manera.

―Lo siento, no quiero que te vayas, sé que es necesario, pero no quiero que estés lejos de mí. ―Dijo. -Disculpame, olvida todo lo que dije, no quería decirlo, olvídalo y regresa conmigo.

Moví la cabeza negando de inmediato, él no tenía por qué seguir comportándose de esa manera conmigo y yo no tenía que seguir soportándolo.

―Suéltame ya no quiero escucharte. Ya no sigas confundiéndome por favor.

―Jamás te soltaré. ―Dijo.

―Ya lo has hecho varias veces y estoy segura que lo seguirás haciendo.
―Dije. ―Suéltame.

― ¿Quién era ese hijo de puta? ―Preguntó enfadado.

―No lo sé.

―Deja voy a preguntarle, ¿Por qué mierda se acercó a ti?―Dijo y avanzó un poco. - ¿Quién mierda es? ¿ Lo conoces?

Lo detuve de inmediato, no quería que se metiera en problemas con gente que no conocía.

―Regresa. ―Dijo.

― ¿Por qué? ¿Para qué mierda me quieres cerca de ti? -Grité enfadada.

Me miró por unos segundos y yo aparté mi mirada.

―Porque no puedes irte sola, quiero que regreses aun no quiero terminar. ―Respondió.

―Me vas a volver loca, no puedo entender toda la mierda que dices, por favor deja de jugar conmigo, deja de jugar con lo que siento por ti, deja de defraudarme. Cambias de opinión a cada instante, siento que tú me vas a volver loca.

―No quiero que me entiendas, sólo quiero que te quedes conmigo y si te quedas dejaré de defraudarte.―Dijo.

― ¿Para qué? ¿Algún día vas a cambiar tu actitud?

―No lo sé, en ocasiones cambiar solo significa desintegrarse. ―Susurró con intenciones de que no lo escuchará, pero lo hice.

―Tú no te desintegraras.

―No puedo hacerlo. ―Murmuró.

―Entonces ya no me voy a quedar, no quiero terminar en la mierda por tu culpa, no quiero seguir soportando tu actitud, no quiero terminar como tú, no me gusta, no quiero.

Llevé la mano hacia mis ojos, estaba cansada de esa situación, estaba cansada de irme y regresar al día siguiente, él no se cansaba de mentirme y yo no podía dejar de creerle, estaba cansada de derramar lágrimas a cada instante, sentía que ya no podía más, que en cualquier momento me iba derrumbar y lo peor de todo era que a él no le iba a importar.

―No, estoy cansada. Cansada de ser la estúpida que espera amor de una persona que ni siquiera sabe que es eso. ―Grité alejándome de él.

Me miró a los ojos, me di cuenta que estaban enrojecidos y había algo de dolor en ellos. Los deje de ver para que no me conmovieran más.

―Si estas cansada, yo puedo seguir luchando por ambos estoy dispuesto a esforzarme.

― ¿tú? ―No pude evitar reírme. ― ¿Qué estupidez estás diciendo? Tú no eres capaz de luchar ni por ti mismo.

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