Capítulo 71

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Evan se salió de la habitación,  no volvió para dormir conmigo, pasé la mayor parte de la noche con los abiertos, mientras pensaba que era lo que iba a hacer. Desperté gracias a un beso que me dió en la mejilla.

—Buenos días princesa, Siento toda la mierda que dije, lo siento cariño,  ¿Por qué no me lo habías dicho antes? Perdón por ser tan mierda contigo.

—No lo sé, no estaba segura.

—Te amo, sé que no me crees, pero te amo de verdad lo hago. 

 Lamió sus labios, se colocó una camisa y me tomó de la mano, miré su mirada, no me gustó, pero mejor no dije nada.

― ¿vamos al médico? ―Cuestionó mientras tiraba la jeringa en el cesto de basura.

― ¿de verdad quieres que me vaya de tu lado? ―Cuestioné.

―No lo quiero, eso es lo que menos quiero en la vida, no quiero que te vayas nunca, pero tampoco sé hacer nada para que te quedes conmigo, todo es una puta mierda. Soy una puta mierda.

― ¿a qué quieres que vayamos?

―A que te revisen, a que te receten vitaminas y que nos digan si será niño o niña.

―Aún es muy pronto para saber eso. ―Respondí.

―Ojala tenga tus preciosos ojos, mis preciosos ojos. ―Murmuró.

Sujeté mi cabello, lave mi cara que estaba hecha un desastre y fuí a desayunar aunque le ofrecí un par de veces comida, no probó bocado.

En el estacionamiento nos encontramos a la niña y como siempre, ella le ofreció una paleta.

― ¿crees que a mi hijo le gusten los dulces?

―No lo sé.

―Ten, chupa un poco.

Por primera vez condujo con más cuidado del normal, realmente eso me sorprendió.

Estaba completamente nerviosa cuando entre al consultorio, me senté mientras miraba a Evan que estaba comenzando a morderse las uñas. Mientras esperábamos los resultados de la prueba de sangre, por mis cálculos inexactos calcule que aproximadamente tenía un mes de embarazo y según el médico eso era probable.

― ¿Quién te cogió hace un mes? tienes que ir a decirle que será padre. ―Dijo y sonrió. ―Y si no te responde me casó contigo.

―Evan.

Miré a la doctora que sonrió un poco por el comentario que él había hecho. Aunque lo había susurrado la doctora no era sorda y había escuchado todo. Moví la cabeza negando al mirar su sonrisa.

― ¿doctora? ―Cuestionó.

― ¿Qué?

―Pero si voy a poder seguir cogiendo con ella, ¿eso no le hace daño al bebé?

La doctora sonrió y movió la cabeza aceptando.

― ¿Por qué preguntas eso? ―Murmuré.

―Prioridades cariño.

―Estás jodidamente loco.

―Pero me amas.

―Pero te amo.

― ¡mierda! voy a ser padre.

Miré un poco la mirada de Evan, me sentía increíblemente bien, creía que su reacción no iba a ser agradable, pero me realmente me había sorprendido demasiado.

― ¿Qué quieres que sea? ―Pregunte cuando salimos del consultorio.

―Niño.

― ¿y si es una niña?

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