Capítulo 31

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Lo primero que hice cuando abrí los ojos fue enviarle un mensaje a Evan felicitándolo, estuve esperando respuesta pero después de un tiempo me aburrí y me levanté de la cama, Nadia aún estaba acostada, así que sin hacer ruido me puse de pie y me vestí.

Después de entrar al baño a lavarme la cara bajé a desayunar Sebastián estaba sentado demasiado pensativo, pero se miraba mejor, tenía el poder de recuperarse de las cosas muy pronto, cuando me acerqué a él se sobresaltó.

― ¿Dónde estabas? ―Pregunté.

―En casa de Zac.

Tomé un vaso de agua y una manzana del frutero, Sebastián me esperó y salí junto con él, yo iba ir a correr y él a su empleo, trabajaba de mesero en un restaurante. Se despidió de mí y nos separamos. Llevaba una vuelta y ya me había cansado, así que me detuve a tomar aire, segundos después los gemelos ya estaban a mi lado.

―Qué bueno que viniste a correr. ―Comentó Tadeo.

―Estoy de acuerdo, ya se me hacía gorda.

―Uriel. ―Lo reprendió Tadeo.

Después de unos segundos entendí el comentario, le di un golpe y seguí corriendo, tiempo después ellos iban a mi lado.

― ¿Eileen que me vas a regalar? En cinco días cumplo años.

―Qué casualidad yo también. ―Dijo Uriel.

―No seas idiota. ―Se burló Tadeo.

―No sé, deja lo pienso.

Después de un tiempo nos detuvimos, saqué mi celular y volví enviar otro mensaje a Vean, sonreí al recibir su respuesta y luego hizo una llamada.

―Hola princesa, ¿Qué estás haciendo?

―Feliz cumpleaños, cariño. ―Grité

Al mirar a los gemelos, miré que ambos pusieron los ojos en blanco y caminé un poco lejos de ellos.

― ¿Qué estás haciendo? ―Pregunté.

― ¿De verdad quieres que te diga?

―Si.

―Estoy mas... estoy pensando en ti, te cuelgo ya voy a terminar.

Sin embargo, no colgó y lo tuvo que hacer yo.

― ¿Por qué estas sonrojada? ―Preguntó Uriel.

―Por la agitación, ¿continuamos?

Ellos avanzaron adelante y yo los seguí, después de un tiempo me volví a detener ya me había cansado. Ellos dieron otra vuelta y yo me senté a esperarlos, luego de algunos minutos se sentaron a mi lado estuvimos en silencio mientras recuperaban su respiración.

―Vamos hacer una fiesta, hemos contratado una bailarina, no hagas esa cara no todos los día cumples dieciocho años, ¿Si vas a ir? -Dijo Tadeo.

―Claro, ¿puedo ir con Evan?

En cuanto terminé de decir eso me arrepentí de hacerlo.

Uriel levantó la ceja y movió la cabeza aceptando.

―Puedes llevar a ese imbécil.

―No lo llames así.

Tadeo tomó una fotografía y la posteó en redes sociales, al entrar a los comentarios me di cuenta que Evan ya había hecho uno, según él no le gustaba pasar tiempo en redes sociales.

''Eili, sal de esa puta foto, por favor''

No pude evitar sonreír, al imaginarlo molesto, minutos después Uriel la eliminó.

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