Habían pasado dos días desde que Evan me había contado, lo que había sucedido con Andrea, jamás lo había visto en ese estado, estaba con una actitud más autodestructiva que nunca, Evan ya no me rompía el corazón ya no podía hacerlo, mi corazón estaba tan destrozado que era imposible reconocer los pedazos que lo habían conformado, él dijo que ya no lo iba a romper, pero como era su costumbre otra vez no había cumplido su promesa.
Me quedaba callada mientras lo observaba de nada serviría que me pusiera a gritar, necesitaba que alguien lo viniera a salvar porque yo no había podido hacerlo, estaba decepcionada de mi misma, había perdido las esperanzas otra vez, ya no tenía esperanza en ese amor ya no tenía esperanzas en ninguno de los dos.
Tomé su mano, y derrame algunas lágrimas mientras observaba que tenía su piel inflamada debido a la droga que le había inyectado, aunque al principio me negaba terminaba por hacerlo.
Quería salir y dejarlo sólo para ya no seguirme lastimando más, pero lo correcto era quedarme, no debía abandonarlo si de verdad lo amaba, abrió los ojos sonrió débilmente y se puso de pie, y caminó lentamente hacia donde estaba.
Tomó mi mano y la sostuvo entre las suyas, di un suspiro mientras lo miraba y pensaba que era lo que realmente se podía hacer por él y quien era esa persona correcta. Decidí no atormentar mi cabeza y preguntarle, estaba segura que él conocía la respuesta.
― ¿Quién es la persona que te va a salvar?
―Sólo yo puedo hacerlo y tal vez tú.
― ¿Cómo?
―No lo sé, ya deja de atormentarte por eso. Todo estará bien.
― ¿Cuándo?
Le había preguntado eso demasiadas veces, él siempre respondía que pronto, pero ese pronto estaba demasiado tardado, terminó de limpiar su nariz y prosiguió a limpiar mis mejillas, la chica que odiaba llorar se la vivía haciendo eso últimamente, mis ojos estaban demasiado rojos e hinchados. Me senté mientras observaba que estaba marcando un número en su celular, al no recibir respuesta lo aventó a la otra orilla de la cama y se sentó mientras observaba todo a su alrededor parecía desorientado, como si estuviese perdido deseando que alguien lo ayudara a encontrarse.
― A veces me preguntó por qué si quería a Andrea no me di cuenta de su dolor, fui demasiado egoísta con ella, ¿no crees? Pero lo estoy siendo más contigo.
―Claro que no, sólo estas siendo egoísta contigo.
Movió la cabeza negando mientras se colocaba una camisa.
―No me di cuenta porque estaba en mi mundo, viviendo bajo mis propias reglas y era tan idiota que el resto no me importaba. ―Respondió el mismo su pregunta.
― ¿y ahora?
―Sigo estando en mi mundo, pero contigo y tú si me importas.
― ¿Por qué no lo demuestras? si de verdad te importo demuéstralo un poco. ―Dije un poco alterada.
―Me he quedado contigo, eso significa que me importas. ―Dijo y acarició mi mejilla.
―Pero sólo te quedas conmigo para hacerme mierda.
―Deja de decir tonterías.
―Entonces deja de hacer tonterías. ―Comenté.
Él caminó con rumbo al baño, me quedé sentada y limpié un poco la habitación, escuché el agua caer, cerré los ojos y debido al cansancio de los últimos días me quedé dormida. Desperté cuando escuché voces en la sala, me puse de pie y caminé, quise lanzarme en contra de Evan cuando miré que estaba junto con una chica, me di cuenta que era Brenda.
Caminé a donde estaban, Evan sonrió me abrazó de la cintura y saludé a Brenda.
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ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020