Capítulo 119

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Di un par de pasos hacia atrás cuando él se acercó a mí con intenciones de abrazarme, estaba enojada con él, conmigo y con todos.

Cuando Roland entró a la habitación lo miré con enfado por haberlo llamado, yo ya no quería estar cerca de Evan.

—Que ya te vayas a la mierda Evan. —Comentó Roland.

—Vete Evan, ya no quiero volver a verte, quiero estar lejos de ti y de tu vida de mierda.

— ¿Por qué? —Cuestionó él.

— ¿Por qué? No quiero verte, ya no quiero nada de ti. Ya no quiero saber nada de ti, vete a la mierda- —Grité.

Ya no dije ningún comentario y salí del apartamento, di un suspiro y caminé. No sabía que hacer, sentí que me iba a volver loca, necesitaba hablar con alguien y no había nadie a mi lado. me sentía desesperada y más abandonada que nunca, no me gustaba lo que estaba sucediendo con mi vida, quería detenerlo o cambiarlo, pero no sabía cómo hacerlo.

Estaba por golpear la puerta de la casa de Lidia, cuando la realidad golpeó mi mente e hizo que los recuerdos volvieran, me di la media vuelta y seguí caminando.

Estaba sentada a un lado de la lápida, miré su fotografía y la abracé con fuerza, la extrañaba como nunca había extrañado a alguien y lo peor era que tenía que vivir con esa sensación de vacío por el resto de mi vida, sentía que no iba a poder soportarlo. Pero tal vez me lo merecía.

— ¿Qué harías conmigo si estuvieras aquí? ¿Qué me dirías? ¿Por qué tú también me abandonaste? ¿Por qué no quisiste quedarte conmigo? Dijiste que seríamos amigas toda la vida, dijiste que sería tu dama de honor el día de tu boda, y tú también lo serías de la mía, dijiste que estarías conmigo siempre, dijiste... perdón por todo... Nunca creí que... Lo siento, tal vez tenías razón cuando decías que mi relación con Evan iba a terminar conmigo porque ya no queda nada de mí, ya solo queda fragmentos de lo que un día fui.

—He estado toda mi vida queriendo morir y ahora que tengo tantos motivos para hacerlo, siento que no puedo, llevo todos estos días intentando llorar y tampoco puedo, no sé qué mierda sucede conmigo, solo sé que estoy jodidamente cansada y quiero huir a un lugar lejos de aquí.

No sé cuánto tiempo estuve ahí en medio de ese cementerio y abrazando una fotografía, solté la fotografía y la volví a colocar en el sitio que había estado anteriormente.

Cuando llegué al apartamento Roland se encontraba en la cocina, lo observé por algunos segundos hasta que se dio cuenta de mi presencia.

— ¿Volviste?

—Ya te lo dije, pero sigues sin creerme, tú eres mi lugar seguro Roland.

Puso los ojos en blanco mientras dejaba el vaso con agua en la encimera de color negra.

— ¿Le dijiste a Evan la mierda que pasó con Seth? ¿Quieres que me encargue de eso? Sólo pídemelo Eilenna.

Moví la cabeza negando.

— ¿Por qué no?

—No quiero que me vuelva a pasar nada, por eso no voy a volver a estar cerca de él, por eso me iré contigo. ¿Cuándo nos vamos?

—Diecisiete de Diciembre.

— ¿seguro que me llevaras?

Movió la cabeza aceptando.

— ¿no me abandonaras ahí?

— ¿Cómo Evan cuando te abandonó en Grecia?

Puse los ojos en blanco y fingí una sonrisa. No sabía cómo era que sabia todo.

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