ABISMO

Capítulo 51

― ¿Cómo se va a llamar? ―Preguntó.

Sentí un pequeño escalofrió en mi cuerpo, y un poco de felicidad porque sabía que él iba a estar conmigo y tendría su apoyo, Llevé las manos a mi cara, pensé en hacerme la otra prueba tal vez esa estaba dañada. Aun no lo podía creer.

―No lo sé.

―Erling si es niño y Rigel si es niña. ―Comentó.

―No que se llame Iván y Rigel si es niña. ―Protesté.

― ¿y si son dos?

―No, yo no voy a poder con dos bebes en mi vientre. ―Grité.

―Claro que si vas a poder. ―Dijo.

―Déjame verla. ―Pedí.

―Esto ha arruinado mis planes. ―Comentó.

―Lo siento.

―Eso no es tu culpa, tal vez sea lo mejor. ―Comentó.

Él observó la prueba y movió la cabeza negando, parecía un poco decepcionado, se puso de pie y me la entregó.

Suspiré y di un gritó emocionada, Evan me pegó más hacia su cuerpo para besarme una vez más, estaba tan feliz, volví a mirar la prueba y observé a Evan sonreír.

―Estoy pensando que soy estéril. ―Comenté.

―Yo sólo sé que otra vez tuve demasiada suerte. ―Dijo mientras tiraba la prueba al cesto de basura.

―Yo si quiero tener un hijo tuyo, pero no ahora, quiero terminar la universidad, quiero viajar contigo.

―Yo también quiero tener un hijo que tenga sus ojos del mismo color que los tuyos, quiero que se parezca a ti. Es que tú tienes los ojos más preciosos del universo, pero después por ahora sólo quiero seguir cogiendo contigo.

―que se parezca a ti.

―No, a mí no. ―Protestó aterrado.

―Sera bonito.

―Y muy gritón, muy travieso y un puto dolor de cabeza, nos va a sacar las putas canas muy pronto si se parece a mí.

― ¿Tú hiciste todo eso?

― ¿Qué no has visto a Cesar? entre y yo el Griego le sacamos las putas canas, pobre alma, que no se parezca a mí.

―Sí, será lindo tendrá una sonrisa bonita, será la mejor persona del mundo si se parece a ti.

Me dio un beso en la frente, se puso de pie y encendió un cigarrillo

―Después de este tremendo susto, creo que tenemos que cuidarnos más, porque tienes razón, no es el momento para tener un hijo, antes de procrear tengo que dejar mis medicinas ―Comentó.

―Claro, tomare pastillas.

―No, no tomes esa mierda, yo voy a comprar condones que si sirvan y sean resistentes muy resistentes y también te voy a comprar unas pastillas para matar tus putas lombrices.

―Idiota, son mariposas por lo enamorada que estoy de ti.

―Son lombrices.

―Está bien tú ganas.

―Eso ya lo sé, yo siempre gano, ahora vamos a desayunar, ¿O si quieres podemos intentarlo otra vez?

―No.

―De acuerdo.

Me puse de pie y salí atrás de él, preparamos el desayuno y después de eso Evan recibió una llamada, hizo un gesto de enfado.