Tenía unos días que me había salido de la casa jurando no regresar y dejar de amarlo, pensé en irme lejos y desaparecer exactamente como él lo hacía, pero Lidia no me dejo que lo hiciera, decidí quedarme cerca de ella porque la estaba pasando demasiado mal desde que Tadeo había muerto, me preocupaba demasiado y para ser sincera tal vez eso era lo mejor, si me iba lejos iba a sentirme sola, ella me necesitaba y yo la necesitaba a ella. Pensé en esforzarme más por ser una mejor amiga. La imagen de Tadeo aparecía constantemente en mi mente, miles de preguntas sin respuesta, ¿Cómo es posible que tras de una sonrisa se oculten tantas cosas? ¿Cómo es posible que seas tan ciega y que no te des cuenta de que tu mejor amigo está pensando en quitarse la vida? ¿Qué debí de haber dicho para poder salvar su vida? ¿Qué clase de amiga era? tal vez era la peor del mundo, sentía remordimiento, en todo ese tiempo había estado tan ocupada por intentar entender a Evan que no me había preocupado ni en lo más mínimo por los que en algún momento se habían preocupado por mí, tal vez si me hubiese tomado un poco de tiempo en escucharlo, tal vez si le hubiese escrito algún mensaje, tal vez si hubiese respondido su llamada en la noche que se quitó la vida, tal vez él aun estuviera con vida.
Di un suspiro mientras observaba a mi alrededor.
— ¿Cariño, cómo es la vida sin mí? —Preguntó cuando me acerqué a la mesa donde estaba.
—maravillosa.
—mentirosa.
― ¿piensas estar todo el día aquí?
—Pienso estar siempre cerca de tí, sé que me extrañarás si me voy.
Lo miré enfadada una vez más, estaba cansada de que apareciera en mi vida y que siempre ocasionara un desastre en ella, ya no lo quería más cerca de mí, pero me era imposible alejarme más de él definitivamente, claro que lo intentaba, pero no lo lograba, realmente no sabía que era lo que necesitaba.
― ¿no te piensas alejar nunca de mí? ―Cuestioné, ―Aléjate de mí, Evan.
―No, tengo que cuidar siempre de ti, así que aunque tú no me quieras me quedaré siempre contigo, cariño.
―Me siento acosada. ―Susurré. ―Vete a la mierda, ¿acaso no recuerdas lo que hiciste? ¿Cómo mierda te atreves a aparecer aquí después de lo que hiciste? ¿Eso es cuidar bien de mí?
―Cariño, sabes perfectamente que desde que me aceptaste el que yo estuviera encima de ti era una de esas condiciones. Ya te pedí disculpas, lo siento.
―No me gusta, estás completamente loco, actúas de la mierda y después te presentas como si nada hubiera pasado, ya deja de actuar así, búscate otro puto pasatiempo, haz otros planes con tu maldita vida y no me incluyas en ella. Olvídate de mí.
―Eily a ti te encanta que esté encima de ti. ―Comentó y una sonrisa coqueta se dibujó en su rostro. ―Te tengo malas noticias, cariño. Tú estás en todos los planes de mi maldita vida. ¿Tú ya te olvidaste de mí? Me olvidaré de ti el día en que tú dejes de extrañarme. ¿Cómo mierda quieres que olvide a lo que más he amado en mi vida?
A mí me gustaba que él estuviera encima de mí, pero no de esa manera, eso era un poco desesperante, me sentía un poco incomoda porque sentía que si miraba algo que no le pareciera iba a terminar haciendo un escándalo y no quería ser despedida por eso. Lo miré molesta y moví la cabeza negando
Yo volteé a mí alrededor para asegurarme que nadie nos estuviera prestando ni la más mínima atención.
―Pero tú y yo ya no somos nada, ya hemos terminado, ya nada de lo que digas o hagas me va hacer regresar a ti, ya no, deja de hacerme esto, por favor.
―Tú y yo siempre seremos todo y eso lo sabes perfectamente, y te voy a decir algo más, seguiré apareciendo hasta en tus malditos dueños con tal de que regreses conmigo, el perro te extraña, cariño. Por favor, regresa si no vuelves me voy a volver más loco, ni siquiera puedo dormir por estar extrañándote, mi cuerpo extraña su alma.
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ABISMO
Randomy me subía al cielo, sólo para dejarme caer al abismo. ABISMO: 16 Primer actualización: 18/03/2020